Respondiendo a tu pregunta, Espíritu Libre. Yo tengo un pie en los 44, soy una tímida que ha pasado por muchas etapas: desde timidísima hasta fóbica social, pasando por etapas "normales". Lo que sí veo es que los que somos "asá", maduramos de otra manera, seguimos siendo adolescentes envueltos en papel maduro (a ojos de los demás, porque yo no veo una tía de 44 en el espejo todavía, sigo viendo una niña/adolescente muy desorientada).
Pero también he aprendido a convivir conmigo misma, me acepto mucho mejor que cuando tenía 16 años , aunque tengo mís días de flaqueza. Ahora soy mucho más sociable que hace quince años, pero, al mismo tiempo, paso más de pretender encajarme entre los demás, me estresa, me desgasta. Me gusta estar sola, pero puedo disfrutar con la compañía del prójimo, si este se mueve en la misma dirección que yo, y eso es lo jodido, encontrar personas que se muevan en la misma dirección.
Tengo la sensación de haberme cruzado con muchas personas que se movían en dirección contraria y con las que sólo pude coincidir durante un breve espacio de tiempo. Ernesto Sábato lo decribe muy bien en su novela El túnel.
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