Metería mi comentario sobre los hombres y las mujeres, pero ya paso de machistas y de hembristas, de feministas con escopeta, de feministos esposados, de caballeros con espada y damiselas en sus torres.
Sólo déjame adherirme a tu gusto por los felinos.
Mucho me temo, por lo que veo, que tendrás que esperar a tener tu propia casa -si la especulación inmobiliaria no te defenestra- para disfrutar tranquilamente de la compañía siempre interesante de estos curiosos animales (me refiero a los gatos, claro).