Si tuviese que poner en una balanza, el lado negativo saldría ganando claramente. Tengo que reconocer que no estoy orgulloso de la vida que he tenido, a pesar de que no he bebido, no me he drogado y haya cumplido algunos sueños que tenía. Sí, me hubiera gustado tener otra vida y lamento no poder volver atrás.
Ahora, mirando el lado positivo a las cosas, diría que la fobia social me ha permitido ser mejor persona (no sé si eso venía asociado), tener una capacidad de empatía mucho mayor a la media, relativizar las cosas y reflexionar para encontrar nuevas soluciones. Me ha servido para seguir luchando, tratando de superarla y para, una vez superada, tener una especie de efecto rebote y dejar atrás, no solo la fobia social sino también la timidez. Si no hubiese tenido fobia social, hubiese sido tímido de por vida.
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