astenia |
18-dic-2006 09:46 |
Me encantaría pensar que sólo con desear no hacerles daño y sí proporcionarles el máximo de felicidad que esté en nuestras manos ofrecer, podríamos tener hijos alegres y en paz con el mundo. Pero nunca he creído que eso sea algo que funcione así. A mí personalmente no me cuadra demasiado el procrear como parte de mi plan vital, y de hecho jamás en lo que llevo de existencia he sentido por un instante el tic tac del famoso reloj biológico de la maternidad que tantas molestias parecen tomarse algunos en hacernos creer a las mujeres que llevamos dentro, queramos o no. He de señalar que pudiera ser debido a que soy joven aún, pero también es cierto que sufro de casi un asco innato hacia la idea misma, no sé. Dudo que todo ser humano necesite reproducirse, y menos que en un momento u otro de su vida, en cuanto ve acercarse a una edad que podría empezar a complicarle la posibilidad de obtener resultados en ese aspecto, le entren las prisas por hacerlo. Tal vez porque somos los únicos animales con supuesta capacidad de raciocinio hemos venido a esteplaneta con alguna función más que la meramente biológica – aunque tampoco dicha función extra haya de tener mayor trascendencia o importancia, pese a que nos encantaría pensar que sí, que somos valiosos y nuestras actuaciones en realidad sirven para algo.
Mis padres decidieron engendrarnos a mi hermano y a mí porque no tenían demasiadas motivaciones en la vida, y esperaban que les concederíamos como mínimo una parte de la tan publicitada felicidad que se supone aporta la descendencia. Seguramente no dudaron un momento que serían unos progenitores estupendos, y nunca se pararon a pensar en que quizás no eran individuos tan aptos para ello. Son buenas personas, y querían que fuéramos felices por encima de todo, no me cabe la menor duda, pero nos volcaron encima todos sus traumas inconscientes. No sé cómo podría llegar a tener yo un hijo, en el supuesto de que un día encontrara mi instinto maternal, sabiendo lo mal que lo hicieron mis padres a pesar de que me querían. Si ni siquiera estoy segura de que yo también sea una buena persona.
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