El niño atrapado.
 

Hubo una vez un niño lleno de alegría que corría, saltaba, trepaba y retozaba. Eran días de risas y chirigotas, de sueños y fantasías, interminables jornadas henchidas de luz y de color.
Los malos tiempos llegaron cuando pasaron los años y el cuerpo de aquel infante se tornó en el de un fornido y tosco hombretón de voz ruda, con la cruel particularidad de que bajo la piel de ese gigantón seguía estando todavía el niño, mientras contemplaba angustiado como sus compañeros de generación ya se habían convertido en adultos.
En no pocas ocasiones se preguntó cómo pudo sucederle aquello. Quizá fue por su extrema timidez o por su recalcitrante inseguridad, sea como fuere, el momento de las respuestas quedó ya muy atrás en el tiempo.
A veces juega a que es mayor; trabaja como los mayores, se interesa por la sexualidad como los mayores y asume responsabilidades como los mayores, juegos éstos en los que demuestra una depauperada destreza y su baza de cartas casi nunca es ganadora.
Se consuela pensando que la única diferencia entre los adultos y los niños es el precio de los juguetes, pero tal vez sea ésta una máxima que no siempre le convenció demasiado.
Justamente hoy, ese niño se ha hecho un poco más viejo, pero en su infantil mente aún sigue albergando la cada vez más evanescente esperanza de llegar a ser algún día un hombre…

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Puede que un día ese niño se de cuenta que los hombres que le rodean no son más que él, y que todos somos niños atrapados en una espiral de principios y conductas que se nos han inculcado sin preguntarnos siquiera si las queremos hacer nuestras.

¿No siente ese niño que un tren le lleva por un camino que no es el que hubiera elegido para si mismo?

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Supongo que hoy ese niño ha cumplido un año mas.

Si es así, le deseo que tenga un buen dia y que apage todas las velas

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Seguro, en el fondo todos los adultos son un poco niños. La vida es como un juego, algunos de esos niños aprendieron bien las reglas para ganar las partidas y otros son nefastos jugadores.

¿Trenes?... ¿has dicho trenes?? Uy, precisamente también tengo un problema con los trenes.

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Bueno, esto.. ejem.. ¿y quién ha dicho que el niño era yo??:-o
Aunque casualmente hoy también cumplo años, muchas gracias por la felicitación.:wink:

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Felicidades LOU. Tal vez la madurez consista en nunca dejar de ser niño y no perder el norte. Dentro de 14 días le toca a mi cuerpo pasar por ese trance.

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Gracias por las felicitaciones. Además, es probable que incluso seamos de la misma promoción.

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Felicidades pues (:

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Desde mi punto de vista, te equivocas totalmente, el momento de las respuestas nunca queda atrás, es más, las respuestas son la única solución al problema.

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pero el juego consiste en participar todos y aportar nuestro granito de arena, donde uno tiene inmadurez tu le aportas madurez y donde tu tienes inmadurez otros te aportan esa madurez, ya el problema es cuando alguien quiere hacerle creer a los demas que solo goza de madurez total y se aprovecha de tu inmadurez en ese campo en vez de apoyarte, hace leña del arbol caido en cambio cuando uno siempre suele ve el arbol caido ajeno no hace leña, simplemente replanta ese arbol y si no puede hacerlo deja que el tiempo cure haga que el arbol se cure solo.

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No lo dudo, pero cuando tras mucho tiempo las respuestas no llegan ni ya se les espera, empieza a no ser tan importante el "por qué" sino el "cómo".

Todo aquel que participa en un juego, siempre tiene algo que aportar, pero quizá en la competición de la vida adulta, esa madurez de la que hablas no te la puede brindar nadie, es uno mismo el que ha de encontrarla y cultivarla.

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eso es llegar a la perfeccion y nadie lo consigue.

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Yo siempre he pensado que somos niños en trajes.

Eso se nota siempre que nos enojamos, reímos o lloramos. Dejamos a un lado esa firmeza que algunos llaman madurez, que es la verdadera máscara que llevamos puesta.

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El "por qué" es parte del "cómo", no como objetivo en sí mismo, sino como liberador.

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El problema del "por qué" es que no siempre es una opción conseguirlo. Es en esa circunstancia cuando el "cómo" adquiere mayor dimensión como suerte de vehículo para seguir hacia delante.
¿Se puede vivir sin respuestas? Yo creo que es una posibilidad, si se tiene hacia donde ir.

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¿Por qué no se puede conseguir?

Yo no podría, para mí es una necesidad. Igual es por eso que no te entiendo.

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Puede ser que no sea una opción conseguir el "por qué" porque cabe la posibilidad de que haya preguntas que no tienen respuestas, o si la tuvieren, no todos tienen la suerte de llegar a ellas; es más yo más bien creo que a veces las respuestas vienen a ti más que tú ir a ellas.

A lo mejor no me expliqué bien. Yo lo que decía es que si encuentras la motivación en tu existencia para seguir adelante, tal vez no sean tan necesarias las respuestas.

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Que curioso, yo pienso justo lo contrario, que no va a venir ninguna respuesta, que hay que ir a buscarlas. Bueno mas que pensar, es por mi experiencia, a mi no me ha venido ninguna respuesta, he ido a buscarlas y es lo mejor que he hecho en mi vida.

Si, lo que pasa, que precisamente mi motivación es encontrar las respuestas, después no se lo que pasará. Para mi no existe motivación posible que no pase por la búsqueda de mis preguntas y respuestas. No digo que no sea posible, pero para mi, no es posible.

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El psiquiatra Eric Berne creía que todos tenemos un niño interior, claro que él lo exponía en su teoría del análisis transaccional, que es bien interesante. La cuestión es que, según Berne, si bien todos tenemos un "niño" no todos los niños internos son iguales, algunos están demasiado oprimidos, o están frustrados o aletargados, mientras que otras personas tienen niños que son creativos, juguetones y amigables. El niño en la teoría de Berne es muy importante porque representa todas la cualidades espontaneas, creativas y expresivas del individuo.

El niño interno, naturalmente, nunca muere.

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Cada uno tendría que darle a su niño interno lo que no ha recibido de niño. Esas necesidades que no han sido satisfechas y que vuelven al presente de forma inconsciente y repetitiva.

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Coincido con ésto y lo que mencionó jipijay. Aquel niño que fuimos, de alguna manera sigue formando parte de nuestro ser, está integrado en algún lugar recóndito y arcano de nuestro psiquismo.
Aunque se suele asociar la infancia a la etapa de la felicidad y la alegría en el periplo existencial (si se tiene esa suerte, en mi caso así ocurrió), también es cierto que en esos años se atraviesan períodos de miedo, angustia y sufrimiento a los que el infante dispone de muy escasos recursos y herramientas para enfrentarse debido a su bisoñez.
Tal vez sería buena idea que ahora que somos adultos y disponemos de mayores recursos, mimemos y ofrezcamos el confort y la protección que ese niño no tuvo siempre a su entera disposición.

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“Toda vida y toda infancia están llenas de frustraciones. Sin embargo, no es el sufrimiento causado por las frustraciones lo que produce las enfermedades psíquicas, sino «la prohibición de vivir y articular dicho sufrimiento», aquel dolor ante las frustraciones padecidas.”

“Como el adulto ya no es débil, puede ofrecer protección y atención a su niño interior para que éste pueda articularse a su manera y explicar su historia.”


Es curioso como también aparte del niño interior, tenemos a los padres interiorizados:

“Es preciso que nos desprendamos de los padres que tenemos interiorizados y que continúan destruyéndonos” (en el caso de que así sea)

“Lo que sí debemos terminar es la relación enfermiza con los padres interiorizados de la infancia, esa relación a la que llamamos amor, pero que no es amor y que está compuesta de distintos elementos como la gratitud, la compasión, las expectativas, las negaciones, las ilusiones, el miedo, la obediencia y el temor al castigo”

“El proceso de separación, el camino del niño a la edad adulta, se realiza en el interior de las personas” Alice Miller

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A mí me ha parecido muy bonito el texto,me he sentido identificado,la verdad..

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Habeis hablado de un montón de verdades como pianos por ahi dentro... para que volver a repetir lo mismo....; Me quedo con esta reflexión del Capitan Musculitos... que a mi me parece una gran verdad...aunque resulte que a los propios adultos no les interesa reconocerlo!
y cuanto mas bobos y mas dormidos están.., menos aun lo reconocen..

Quizá esto sea la base del capitalismo: jugar a fabricar-vender-comprar juguetes , y disfrazarlo de que son cosas muuuuuuy importantes.

Hubo un tiempo en que el mundo no funcionaba así.. pero en el momento que empezamos a ser demasiados.... hubo que inventar unas reglas para que los perezosos no se comieran las lechugas del huerto del vecino..
(Teniendo en cuenta que el vecino se levantaba cuando cantaba el gallo, y el perezoso, no)