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El auténtico filósofo es misántropo

opino parecido a esto,lo encontre a ver que opinan sobre lo que dice de la felicidad

El filántropo es un cretino y un ganso.

"La misantropía, al igual que la filosofía, es un elevado puerto alpino; a ella conduce únicamente un sendero abrupto que discurre entre piedras agudas y espinas punzantes; es excesivamente solitario, y cuanto más se asciende más desierto se torna. Quien por él transita deberá deshacerse del miedo, abandonará todo tras de sí y, con perseverancia, tendrá que abrirse paso a través de la fría nieve. A menudo se detendrá de súbito ante el abismo y observará el verde valle allá en lo profundo: entonces, el vértigo se apoderará de él amenazándole con arrastrarle hacia abajo, pero deberá dominarlo, si es necesario incluso clavando a las rocas con su propia sangre las plantas de los pies. No cabe duda que serán muchos los sacrificios y que vacilará en más de una ocasión, evocará las charlas con los amigos y el gracejo de las mujeres bellas, todas estas aparentes pérdidas le aturdirán pero, si persiste en su empresa, a cambio pronto verá el mundo debajo de sí: ante su vista se esfumarán los desiertos y los pantanos, las desigualdades entre los hombres parecerán acentuarse o, siendo más precisos, se percatará de la diferencia que siempre ha reinado entre ellos, discernirá entre los becerros estúpidos, los seres anodinos y las rarísimas mentes excepcionales, éstas últimas por lo general se producen sólo muy avaramente y, por el contrario, aquéllas sabandijas nacen por legiones como las plagas. En suma, el orbe entero se extenderá ante la mirada del misántropo, y casi podrá saludar al sol cuando a sus pies aún gobierne la noche oscura.

La filosofía tiene como objetivo, en efecto, la búsqueda de la verdad y la correcta interpretación del mundo en que vivimos. Del estudio general y profundo de la filosofía entenderemos no sólo nuestro actuar, sino también nuestro mundo. Y si en la búsqueda de la verdad es preciso arrasar con las montañas de estupidez erigidas por los seudofilósofos que enaltecen la filantropía, la igualdad entre los hombres, la tolerancia, la bondad y todo ese paraíso de banalidades incongruentes, no debemos compungirnos ni condolerlos sino que tendríamos que erradicarlas categóricamente. No existe nada más palmariamente falso y absurdo, completamente falto de sentido, y además en su exposición repulsivo en el más alto grado, y que ha sido tenido con tan indignante desvergüenza por el más elevado valor o fin de la filosofía, como la filantropía. Las teorías que consideran a ésta patraña, además de la compasión, como la apoteosis de la filosofía, merecen ser incineradas junto con sus inventores, a efecto de dar una lección a la posteridad. El cometido del auténtico saber no es tanto ver lo que nadie ha visto todavía cuanto, ante lo que todo el mundo ve, pensar lo que nadie ha pensado. Por eso es más difícil ser filósofo que físico, pues éste se limita a explicar lo que todos ven pero que no pueden entender. Los filósofos crédulos y estrafalarios, que más bien parecen ministros de algún culto religioso, creen hacer filosofía enumerando las virtudes del ser humano y encomiando el mucho amor que burbujea de cada uno de sus poros hasta desparramarse en forma de hedores nauseabundos, revelando así una ignorancia y tosquedad realmente crasas, de auténtico zapatero, junto a la estúpida audacia que suele acompañar su ineptitud y que les hace ponerse sin más a filosofar, no mejor que como lo harían raudos campesinos. La filosofía debe tener como único norte la verdad desnuda carente de pútridos sentimentalismos como el altruismo, el amor y la misericordia. ¿Por qué hemos de tener clemencia por seres asquerosos que, en cuanto tuvieren la oportunidad, saltarían sobre nosotros sin mirar a izquierda y derecha para obtener lo que quieren? Su auténtica divisa es: “¡Todo para mí y nada para los demás!”

Sé que ustedes creen en la bondad de la mayor parte de los hombres, pero la realidad objetiva es otra: el planeta está poblado de innumerables individuos que se hallan colmados de aspiraciones y están sujetos tanto al sufrimiento como al error; y después de haber pasado por esta tierra como en un penoso sueño, corren a sumergirse de nuevo en su antigua inconsciencia. Pero hasta entonces sus deseos son infinitos ¡se creen con derecho a ser felices y, a un tiempo, creen poder esclarecer la verdad con sus jactanciosos afanes! Y todavía más, rebasando los límites de la necedad, ¡aspiran a conseguir la dicha bregando inútilmente! A estas alturas me parece superfluo añadir que el conocimiento es enemigo de la felicidad, si se quiere ser feliz es preciso ser un zafio en todo, nunca cuestionar y, ante cualquier disyuntiva o problema, seguir a las demás ovejas. Pese a todo, si mi parecer respecto a la filosofía no es el de ustedes ¡no os preocupéis, pues no estamos discutiendo el futuro de la filosofía en este vulgar espacio cibernético!"

Notapor Uvatha