Qué mal me sentí el otro día limosneando afecto
 

A veces esto de la fobia-social-timidez... se siente como aquel desodorante rexona que decían que no te abandona... crees que has avanzado un montón y ahí estás otra vez como en los primeros pasitos. Un día de esos para no recordar mucho o por lo menos recordar cuando ya haya pasado tiempo y que no importe lo más mínimo. Y es que era un día festivo y esperaba cosas de él, pasarlo bien, con gente afín a mis ideas, principios y esperanzas. Pero vaya, hasta en los ambientes que se presumen más relajados y cordiales no hay que bajar la guardia, escanciando sidra estaba y una moza me pidió un culín y vino alguien medio amigo que hacía tiempo que no veía y el culín se lo di a él. La moza me recriminó, te pedí un culín y se lo das a un paisano, le dije a ella que acababa de venir él y ella insistiendo en sus trece, el refrán de tienes un buen dìa y verás como viene uno (en este caso una) y te lo jode, me quedó después la rabia de no haberle puesto el vaso y la botella delante de ella y haberle dicho, pues te lo echas tú petarda, esa autoestima poco consolidada que tiene uno aún... Y es que a veces no me entiendo, con lo ateazo que soy parezco más veces de lo que quisiera una monja de la caridad, poniendo buena cara a todo el mundo, o poniendo la otra mejilla que diría Chus. Y es que hay gente, mucha gente, que no merecería otra cosa que una buena patada en los huevos, o donde más le doliera si no los tuviera, sólo hay que ver por aquí la mierdecilla de gente de este tipo que sólo disfruta incordiando, insultando... Aunque bueno, todo es relativo, lo que me parece una mierda para mí para otros es simpatía a raudales y agua bendita. Pero qué narices, para mí es mierda y es lo único que cuenta, tanta relatividad... Hoy empecé el trabajo después de las vacaciones, me encontré con unos cuantos compañeros con los que me llevo bien y el recibimiento fue cordial, algunos pocos que casi ni me miran y no me contestan cuando les saludo o me despido, quizás sea por mi carácter reservado, no entablo conversación con ellos, sentirán desconfianza ante mi opacidad, yo qué sé, pero es que pasé hoy de todo y más que nunca, me dije, vosotros sabréis, no me importa y no voy a pensar en vosotros, estaría bueno que tuvieseis el atrevimiento de juzgarme sin tener el menor interés de saber de mí... ya bastante me arrepiento haciéndoles el honor de recordarles ahora.

Y es que el otro día me sentí muy mal, sobre todo cuando se acabó el día, recordándome yendo para arriba y para abajo mirando a ver dónde me podía introducir y terminé hasta altas horas del sábado limosneando compañía, afectos... presentía que los demás lo percibían y eso hacía sentirme peor. Antes de ello estuve por irme, pues razonadamente no me sentía especialmente conectado con nadie, me decía, aprovecho para dormir, todo el día libre del domingo y hoy empezaría a trabajar descansado, me arrepentí de no haberlo hecho. Y es que pienso que cuando se toman decisiones lo mejor es tirar con ellas, lo peor que puedes hacer es andar con dudas, lo hago, no lo hago, quizás sí quizás no... Aunque sean equivocadas y las peores decisiones tirar por ellas. Cualquier cosa menos limosnear afectos, se siente uno muy mal después. Ahora ya pasó, como dice el refrán agua pasada no corre molino, quise contarlo, casi nunca cuento nada mío por aquí. Ya pasó, hoy me puse a estudiar fuertemente unas oposiciones que quiero sacar, lo primero es uno ante todo, es lo más importante por lo que se puede luchar, comerse la cabeza con otras historias es una gran pérdida de tiempo, sobre todo cuando esas historias no merecen la menor de las penas, otras historias sí merecen la pena, desde luego, son las que te hacen crecer, construir proyectos, las que te hacen echarle ganas a la vida... esas historias están en uno mismo, en alguna gente con la que coincides y que merece la pena... aprender a darse cuenta de ello y procurar no dispersarse y perder el tiempo... en ello estoy ahora

Pienso que no es que estuvieras limosneando afecto, como dices. Seguro que quisiste integrarte, dejar de pasar por 'raro' etc. Y en eso se nos van los esfuerzos, cuando reparamos en que no nos fue bien, pensamos que no debimos intentarlo, que fue frustrante etc., pero rescata que hiciste el esfuerzo, la próxima sale mejor, seguro que sí. Me gusta mucho la reflexión final que haces.

Hola, el último parrafo es digno de elogio para un fs, lo intentas y eso es lo importante, y estas intentando dominar tu cerebro y lo estas consiguiendo me alegro un montón, el cerebro nos traiciona constantemente dandole vueltas a que pensaran, que van a decir, etc... y tu estas intentando dominar esto, me alegro muchisimo
napoleon creo que dijo: llegue tan lejos porque aprendí desde muy pequeño a dominar a mi cuerpo (el cerebro claro)
mendigar nunca, pedir siempre, pedir ayuda siempre.
hay una frase que dice:
Pedid y se os dara, la dijo jesucristo,
ánimo con esta nueva forma de ver las cosas veras como vas palante, a mi me han hecho tantos feos que ya no me afectan, es como un callo que me ha salido y paso olimpicamente de todos los feos, nunca contesto ninguna opinión insultante etc.....

Es que el problema que tenemos es que vemos las relaciones
con los demas,como algo demasiado trascendental.
Las relaciones sociales,son algo mas trivial y siguen un ritmo
donde es una tonteria atascarse por nimiedades.
Si en ese devenir encuentras algo solido,mejor que mejor,
pero de entrada,la gente no busca relaciones tan profundas,
simplemente pasar el rato,asi que no se come el tarro tanto.
Es lo que hay
y ese es el ritmillo.

Re: Qué mal me sentí el otro día limosneando afecto
 

ésa es la actitud! xD

creo que la autoestima juega malas pasadas, es la pescadilla que se muerde la cola, que cuanto menos autoestima tengas más limosnearás afecto y peor te sentirás y así, más afecto necesitas. Solución, fortalecer la autoestima y tomarte al otro como a un igual a ti, nadie a quien agradar ni que te tenga que aceptar.

Gracias por vuestras reflexiones. Lo que comenta Lariem es algo que muchas veces no tenemos en cuenta quienes tenemos problemillas al relacionarnos y es una pata fundamental para que la mesa no nos cojee y es que damos mucha más importancia a las cosas de lo que en realidad la tienen. Nos ahogamos en un vaso de agua muchas veces... Quizás si yo mismo lo tuviera siempre presente, que hubiera pensado en ello aquel día... lo hubiera pasado mucho mejor...