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dadodebaja29145 30-jul-2012 02:26

Cuentos Zen
 
Bueno amigos y amigas tal como lo dice el titulo este hilo es para compartir vuestros cuentos zen, textos budistas, hindues, sufies o cualquier tipo de cuento con alguna moraleja o enseñanza. Empiezo con este que se llama el circulo del 99.

59.- Había una vez un rey muy triste que tenia un sirviente, que como todo sirviente de rey triste, era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey, cantando y tarareando alegres canciones juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre. Un día el rey lo mando a llamar,
- Paje- le dijo- ¿Cual es el secreto?
- ¿Que secreto, Majestad?
-¿Cual es el secreto de tu alegría?
- No hay ningún secreto, Alteza.
- No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.
- No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.
- Porque esta siempre alegre. Y feliz?
- Majestad, no tengo razones para estar triste. Su alteza me honra permitiendo atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y ademas su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿Como no estar feliz?
- Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar - dijo el rey-. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.
- Pero Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría mas que complacerlo, pero no hay nada que yo este ocultando..
- Vete, ¡Antes de que llame al verdugo!
El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación.

El rey estaba como loco. No consiguió explicarse como el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentandose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmo, llamo
al mas sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.
- ¿ Porque el es feliz?
- Ah majestad, lo que sucede es que el esta fuera del circulo.
- ¿ Fuera del circulo ?
- Así es.
- ¿ Y eso es lo que lo hace feliz?
- No majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.
- A ver si entiendo, estar en el circulo te hace infeliz.
- Así es.
- ¿ Y como salió?
- ! Nunca entro!
- ¿ Que circulo es ese?
- El circulo del 99.
- Verdaderamente, no te entiendo nada.
- La única manera para que entendieras, seria mostrartelo en los hechos.
- ¿Como?
- Haciendo entrar a tu paje en el circulo.
- Eso, obliguemoslo a entrar.
- No, alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el circulo.
- Entonces habra que engañarlo.
- No hace falta, Su Majestad, si le damos la oportunidad, el entrara por si solo.
- ¿Por si solo? Pero el no se dará cuenta que eso es su infelicidad?
Por si solo? ?Pero el no se dará cuenta de que eso es su
infelicidad?
-Sí se dará cuenta.
-Entonces no entrara.
-No lo podrá evitar.
-?Dices que el se dará cuenta de la infelicidad que le causara
entrar en ese ridículo circulo, y de todos modos entrara en el
y no podrá salir?
-Tal cual. Majestad, ?estas dispuesto a perder un excelente
sirviente para poder entender la estructura del circulo?
-Si
-Bien, esta noche te pasare a buscar. Debes tener preparada una
bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una mas ni una menos. !99!
-?Que mas? ?Llevo los guardias por si acaso?
-Nada mas que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.
-Hasta la noche.
Así fue. Esa noche, el sabio paso a buscar al rey. Juntos se
escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron, junto a la
casa del paje.
Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la
primera vela, el hombre sabio agarro la bolsa y le pincho un papel que
decía: "Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre.
Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste". Luego amarro
la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeo y volvió a
esconderse. Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban desde
tras de unas matas para ver lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa,
leyó el papel, agito la bolsa y al escuchar sonido metálico se
estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miro hacia todos lados de la puerta y
entro, el rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena.
El sirviente había tirado todo lo que había sobre la
mesa y dejado solo la vela. Se había sentado y había vaciado el
contenido en la mesa. Sus ojos no podían creer lo que veían.
!Era una montaña de monedas de oro! El, que nunca había tocado una
de estas monedas, tenia hoy una montaña de ellas para el. El paje las
tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacia brillar la luz de la vela
sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacia pilas de monedas.
Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas.
Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, ....
y mientras sumaba 10, 20,30, 40, 50, 60....hasta que formo la ultima
pila: ??? 99 monedas !!!. Su mirada recorrió la mesa primero, buscando
una moneda mas. Luego el piso y finalmente la bolsa. "No puede ser",
pensó. Puso la ultima pila al lado de las otras y confirmo que era mas
baja.
-Me robaron- grito- me robaron, malditos!!
Una vez mas busco en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas,
sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba.
Sobre la mesa, como burlándose de el, una montanita resplandeciente le
recordaba que había 99 monedas de oro "solo 99".
"99 monedas. Es mucho dinero", pensó. Pero me falta una moneda.
Noventa y nueve no es un numero completo -pensaba- Cien es un numero
completo pero noventa y nueve, no.
El rey y su asesor miraban por la venta. La cara del paje ya no era
la misma, estaba con el ceno fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se
habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible
rictus, por el que se asomaban los dientes. El sirviente guardó las monedas en
la bolsa y mirando para todos lados para ver si álguien de la casa lo
veía, escondió la bolsa entre la leña. Tomo papel y pluma y se sentó a hacer
cálculos.?Cuanto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar
su moneda numero cien?. Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta.
Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después quizás no
necesitara trabajar mas. Con cien monedas de oro, un hombre puede
dejar de trabajar.
Con cien monedas de oro un hombre es rico. Con cien monedas se puede
vivir tranquilo. Saco el calculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y
algún dinero extra que recibía, en once o doce anos juntaría lo
necesario.
"Doce anos es mucho tiempo", pensó. Quizás pudiera pedirle
a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y el
mismo, después de todo, el terminaba su tarea en palacio a las cinco
de la tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra
por ello. Saco las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su
esposa, en siete años reuniría el dinero. Era demasiado tiempo!!!
Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba
de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho,
cuanto menos comieran, mas comida habría para
vender...Vender...Vender..
Estaba haciendo calor. ?Para que tanta ropa de invierno? ?Para que
mas de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro anos de
sacrificios llegaría a su moneda cien.
El rey y el sabio, volvieron al palacio. El paje había entrado en el
circulo del 99...
...Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal
como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entro a la
alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas.
-?Que te pasa?- pregunto el rey de buen modo.
-Nada me pasa, nada me pasa.
-Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.
-Hago mi trabajo, no? ?Que querría su Alteza, que fuera su bufón y
su**juglar también?
No paso mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No
era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.

Ustedes y yo y todos alrededor hemos sido educados en esta tonta
psicología: Siempre nos falta algo para estar completos, y solo
completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto,
nos enseñaron, que la felicidad deberá esperar a completar lo que
falta....
Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca
se puede gozar de la vida, pero ?que pasaría si la iluminación llegara
a nuestras vidas? y nos diéramos cuenta, así, de golpe, que nuestras
99 monedas son el cien por ciento del tesoro, que no nos falta nada,
que nadie se quedo con lo nuestro, que nada tiene de mas redondo
cien que noventa y nueve, que todo es solo una trampa, una zanahoria
puesta frente a nosotros para que seamos tontos, para que jalemos
del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados. Una trampa
para que nunca dejemos de empujar y que todo siga igual.........
eternamente igual!
..Cuantas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de nuestros
tesoros tal como están.
" Valor es hacer lo que tienes que hacer, aun cuando tengas miedo. "

diegofernando_78 30-jul-2012 03:10

Respuesta: Cuentos Zen
 



“La iluminación no es esencialmente un árbol



Ni tampoco hay espejo alguno que resplandezca.



Desde el mismo comienzo no existe nada.



¿donde podría, pues, acumularse el polvo?”






Aluigi 30-jul-2012 04:52

Respuesta: Cuentos Zen
 
Fue un poco largo pero me gustó :bien: Gran enseñanza y buen hilo.
Acá va otro:

EN TIEMPOS DE BUDA, murió el único hijo de una mujer llamada Kisagotami. Incapaz de aceptar aquello, la mujer
corrió de una persona a otra en busca de una medicina que devolviera la vida a su hijo. Le dijeron que Buda la tenía.
Kisagotami fue a ver a Buda, le rindió homenaje y preguntó: -¿Puedes preparar una medicina que resucite a mi hijo? -
Conozco esa medicina -contestó Buda-. Pero para prepararla necesito ciertos ingredientes.
-¿Qué ingredientes? -preguntó la mujer, aliviada.
- Tráeme un puñado de semillas de mostaza -le dijo Buda. La mujer le prometió que se las procuraría, pero antes de
que se marchase, Buda añadió: -Necesito que las semillas de mostaza procedan de un hogar donde no haya muerto
ningún niño, cónyuge, padre o sirviente. La mujer asintió y empezó a ir de casa en casa, en busca de las semillas. En
todas las casas que visitó, la gente se mostró dispuesta a darle las semillas, pero al preguntar ella si en la casa había
muerto alguien, se encontró con que todas las casas habían sido visitadas por la muerte; en una había muerto una
hija, en otra un sirviente, en otras el marido, o uno de los padres. Kisagotami no pudo hallar un hogar donde no se
hubiera experimentado el sufrimiento de la muerte. Al darse cuenta de que no estaba sola en su dolor, la madre se
desprendió del cuerpo sin vida de su hijo y fue a ver a Buda, quien le dijo con gran compasión:

-Creíste que sólo tú habías perdido un hijo; la ley de la muerte es que no hay permanencia entre las criaturas vivas.

La búsqueda de Kisagotami le enseñó que nadie se libra del sufrimiento y la pérdida. Ella no era una excepción. Esa
comprensión no eliminó el sufrimiento inevitable que comporta toda pérdida, pero redujo el que deriva de luchar contra
ese triste hecho.

dadodebaja29145 30-jul-2012 20:33

Respuesta: Cuentos Zen
 
Cuento Zen : ¿Es eso asi?


Una hermosa muchacha de la aldea estaba embarazada. Sus padres enojados, exigieron saber quién era el padre. Al principio resistente a confesar, la ansiosa y desconcertada muchacha finalmente señaló a Hakuin, el maestro de Zen a quien todos antes reverenciaban por vivir una vida tan pura. Cuando los ultrajados padres enfrentaron a Hakuin con la acusación de su hija, él contestó simplemente "¿Es eso así?".

Cuando el niño nació, los padres se lo trajeron a Hakuin, quien ahora era visto como un paria por la aldea entera. Exigieron que tomara el cuidado del niño, puesto que era su responsabilidad. "¿Es eso así?", dijo Hakuin tranquilamente mientras aceptaba al niño.

Por muchos meses cuidó muy bien del niño, hasta que la hija no pudo resistir más la mentira que había dicho. Confesó que el padre verdadero era un joven de la aldea que había intentado proteger. Los padres fueron de inmediato donde Hakuin para ver si devolvería al bebé. Con abundantes disculpas explicaron lo qué había sucedido. "¿Es eso así?", dijo Hakuin mientras les entregaba al niño.

baron 30-jul-2012 20:47

Respuesta: Cuentos Zen
 
Os dejo esta página (http://www.acharia.org/downloads/par...stas_final.pdf) es un libro de relatos y parábolas budistas de 144 páginas. Espero k os guste. Os pongo una de ejemplo:

En un tiempo lejano, había un viejo monje que, a través de la práctica concienzuda, había alcanzado un cierto grado de discernimiento espiritual.

“Tenía un joven novicio de unos ocho años de edad. Un día el monje miró a la cara del niño y ahí vio que iba a morir en los próximos meses. Entristecido por esto, le dijo al niño que se tomase unas largas vacaciones y fuese a visitar a sus padres. ‘Tómate tu tiempo’, dijo el monje. ‘No tengas prisa por volver.’ Porque sentía que el niño debía estar con su familia cuando muriera. Tres meses después, ante su asombro, el monje vio al niño volviendo montaña arriba. Cuando llegó le miró intensamente a la cara y vio que el niño ahora viviría hasta una avanzada edad madura. ‘Cuéntame todo lo que pasó mientras estuviste fuera’, dijo el monje. Así que el niño empezó a contarle sobre su viaje fuera de la montaña. Le contó sobre pueblos y ciudades por las que había pasado, sobre ríos vadeados y montañas trepadas. Después le contó cómo un día llegó hasta un arroyo desbordándose. Se dio cuenta, mientras intentaba pasar con cuidado a través del arroyo que fluía, que una colonia de hormigas había quedado atrapada en una pequeña isla formada por el arroyo que se desbordaba. Movido por la compasión por estas pobres criaturas, cogió una rama de un árbol y la puso atravesando una corriente del arroyo hasta tocar la islita. A medida que las hormigas conseguían atravesar, el niño sujetaba la rama firmemente, hasta que estuvo seguro de que todas las hormigas habían escapado a tierra firme. Entonces continuó su camino. ‘Conque esa es la razón por la que los dioses han alargado sus días’, pensó el viejo monje para sí mismo',

Los actos compasivos pueden cambiar tu destino. A la inversa, los actos depravados pueden incidir en tu destino desfavorablemente."

ukelelefeliz 30-jul-2012 22:13

Respuesta: Cuentos Zen
 
Hola, me ha encantado este hilo, son muy interesantes la enseñanzas budistas, yo os dejo un cuento que en un principio es de Jorge Bucay, fijo que os suena, pero que realmente muchos de los cuentos que publica el solo los recopila, pero son al final cuentos budistas, alguno de los que habéis puesto de echo lo he leido en alguno de sus libros, bueno dejo de enrollarme que soy lo peor, resumiendo os dejo con un cuento, que sea de quien sea, es bonito.


“Había una vez... un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua...
Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...
Y así vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.
Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.”

Aluigi 31-jul-2012 03:44

Respuesta: Cuentos Zen
 
Bueno esto lo copié de un diálogo de la película Stalker de Tarkovsky pero como Tarkovsky gustaba de la filosofía oriental fácilmente se podría interpretar como una enseñanza budista. Ahí va:

Permitales ser desvalidos como niños, porque su debilidad es una gran cosa y la fuerza no es nada.
Cuando un hombre nace, es débil y flexible.
Cuando muere, es rígido e insensible.
Cuando un árbol crece, es tierno y dúctil, pero cuando está seco y rígido, muere.
Rigidez y fuerza son compañeros de la muerte.
Ductilidad y vulnerabilidad son las expresiones de la frescura de ser. Porque lo que se ha endurecido nunca ganará.

Aluigi 31-jul-2012 03:56

Respuesta: Cuentos Zen
 
Esto lo saqué del capítulo IV del Arte de la Guerra de Sun Tzu

Prever una victoria que un hombre ordinario puede prever, no es espíritu de excelencia. No importa si triunfas en la batalla y eres aclamado universalmente como "experto", pues levantar una hoja caída no requiere tener gran fuerza, distinguir entre el día y la noche no es prueba de gran visión ni oír un trueno no es muestra de oído agudo.

Aluigi 31-jul-2012 04:12

Respuesta: Cuentos Zen
 
Bueno el último y ya me voy a dormir :D

Los ciegos y el elefante

Se hallaba el Buda en el bosque de Jeta cuando llegaron un buen número de ascetas de diferentes escuelas metafísicas y tendencias filosóficas.
Algunos sostenían que el mundo es eterno, y otros, que no lo es; unos que el mundo es finito, y otros, infinito; unos que el cuerpo y el alma son lo mismo, y otros, que son diferentes; unos, que el Buda tiene existencia tras la muerte, y otros, que no. Y así cada uno sostenía sus puntos de vista, entregándose a prolongadas polémicas. Todo ello fue oído por un grupo de monjes del Buda, que relataron luego el incidente al maestro y le pidieron aclaración. El Buda les pidió que se sentaran tranquilamente a su lado, y habló así:

-Monjes, esos disidentes son ciegos que no ven, que desconocen tanto la verdad como la no verdad, tanto lo real como lo no real. Ignorantes, polemizan y se enzarzan como me han relatado. Ahora les contaré un suceso de los tiempos antiguos. Había un maharajá que mandó reunir a todos los ciegos que había en Sabathi y pidió que los pusieran ante un elefante y que contasen, al ir tocando al elefante, qué les parecía. Unos dijeron, tras tocar la cabeza: “Un elefante se parece a un cacharro”; los que tocaron la oreja, aseguraron: “Se parece a un cesto de aventar”; los que tocaron el colmillo: “Es como una reja de arado”; los que palparon el cuerpo: “Es un granero”. Y así, cada uno convencido de lo que declaraba, comenzaron a querellarse entre ellos.

El Buda hizo una pausa y rompió el silencio para concluir:

-Monjes, así son esos ascetas disidentes: ciegos, desconocedores de la verdad, que, sin embargo, sostienen sus creencias.



http://es.wikipedia.org/wiki/Los_ciegos_y_el_elefante

EuforicState 31-jul-2012 08:26

Respuesta: Cuentos Zen
 
Cita:

Iniciado por diegofernando_78 (Mensaje 505061)



“La iluminación no es esencialmente un árbol



Ni tampoco hay espejo alguno que resplandezca.



Desde el mismo comienzo no existe nada.



¿donde podría, pues, acumularse el polvo?”






En mi habitación (y debería limpiarlo)

dadodebaja29145 31-jul-2012 08:33

Respuesta: Cuentos Zen
 
Cita:

Iniciado por EuforicState (Mensaje 505502)
En mi habitación (y debería limpiarlo)

Respeto tu comentario, pero asimismo deberias de respetar el hilo que abri. Creo que anda por alli un hilo de chistes, seguro eres bienvenido alli con tus chistes.
Gracias por tu comprension.

EuforicState 31-jul-2012 08:37

Respuesta: Cuentos Zen
 
Ok. Lo siento. Editado. Disfruta

dadodebaja29145 31-jul-2012 08:49

Respuesta: Cuentos Zen
 
¿Buena suerte o mala suerte?

Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una casita del campo. Se dedicaba a trabajar la tierra y tenía un caballo para la labranza y para cargar los productos de la cosecha, era su bien más preciado. Un día el caballo se escapó saltando por encima de las bardas que hacían de cuadra. El vecino que se percató de este hecho corrió a la puerta de nuestro hombre diciéndole:

-Tu caballo se escapó, ¿que harás ahora para trabajar el campo sin él? Se te avecina un invierno muy duro, ¡qué mala suerte has tenido!

El hombre lo miró y le dijo:

-¿Buena suerte o mala suerte? ¿Quien sabe?.

Pasó algún tiempo y el caballo volvió a su redil con diez caballos salvajes con los que se había unido. El vecino al observar esto, otra vez llamó al hombre y le dijo:

-No solo recuperaste tu caballo, sino que ahora tienes diez caballos más, podrás vender y criar. ¡Qué buena suerte has tenido!

El hombre lo miró y le dijo:

-¿Buena suerte o mala suerte? ¿Quien sabe?

Más adelante el hijo de nuestro hombre montaba uno de los caballos salvajes para domarlo y calló al suelo partiéndose una pierna. Otra vez el vecino fue a decirle:

-¡Qué mala suerte has tenido! Tu hijo se accidentó y no podrá ayudarte, tu eres ya viejo y sin su ayuda tendrás muchos problemas para realizar todos los trabajos.

El hombre, otra vez lo miró y dijo:

-¿Buena suerte o mala suerte? ¿Quien sabe?.

Pasó el tiempo y en ese país estalló la guerra con el país vecino de manera que el ejército iba por los campos reclutando a los jóvenes para llevarlos al campo de batalla. Al hijo del vecino se lo llevaron por estar sano y al de nuestro hombre se le declaró no apto por estar imposibilitado. Nuevamente el vecino corrió diciendo:

-Se llevaron a mi hijo por estar sano y al tuyo lo rechazaron por su pierna rota. ¡Qué buena suerte has tenido!

Otra vez el hombre lo miró diciendo:

-¿Buena suerte o mala suerte? ¿Quien sabe?

Aluigi 01-ago-2012 01:17

Respuesta: Cuentos Zen
 
¡Larga vida al hilo! :reverencia:

Ni tú ni yo somos los mismos


El Buda fue el hombre más despierto de su época. Nadie como él comprendió el sufrimiento humano y desarrolló la benevolencia y la compasión. Entre sus primos, se encontraba el perverso Devadatta, siempre celoso del maestro y empeñado en desacreditarlo e incluso dispuesto a matarlo.
Cierto día que el Buda estaba paseando tranquilamente, Devadatta, a su paso, le arrojó una pesada roca desde la cima de una colina, con la intención de acabar con su vida. Sin embargo, la roca sólo cayó al lado del Buda y Devadatta no pudo conseguir su objetivo. El Buda se dio cuenta de lo sucedido pero permaneció impasible, sin perder la sonrisa de los labios.

Días después, el Buda se cruzó con su primo y lo saludó afectuosamente.

Muy sorprendido, Devadatta preguntó:

-¿No estás enfadado, señor?

-No, claro que no.

Sin salir de su asombro, inquirió:

-¿Por qué?

Y el Buda dijo:

-Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando me fue arrojada.

dadodebaja29145 01-ago-2012 07:41

Respuesta: Cuentos Zen
 
El valor de las cosas



“Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?”

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- y haciendo una pausa agregó: Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

-E…encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.

-Bien- asintió el maestro.

Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió.

Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.

Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.

Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.

Entró en la habitación.

-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

-Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar.

El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

-¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.

-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente…

El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

diegofernando_78 01-ago-2012 07:58

Respuesta: Cuentos Zen
 

Queridos amigos...

las personas del mundo que se pasan cantando “Prajna” todo el día
sin conocer el prajna en su propia naturaleza esencial
son como si alguien estuviera hablando de comida sin haber comido


Si ellos solamente hablan acerca del vacío...
ellos no alcanzarán la percepción de la naturaleza esencial
incluso en miríadas de eones – básicamente eso no tiene beneficio




Queridos amigos

La repetición verbal sin la aplicación mental es ilusoria y efímera
Cuando es aplicada en ambas formas, hablada y mental,
entonces la mente y el habla corresponden


La naturaleza esencial original es buda
No hay buda separado o aparte de la naturaleza esencial




.......................................

parafraseado en parte de "El Sutra de Hui-Neng" que es mi escrito preferido

"naturaleza esencial" hace referencia a la iluminación

dejando aquí éste patriarca en claro que la iluminación no es otra cosa mas que actuar en correspondencia entre cuerpo y mente

de NADA pero NADA vale recitar como loro un mantra o cualquier mier-da pseudo-budista intentando dejar la mente en blanco, etc

éste patriarca estimulaba la meditación como el despejar la mente de inquietudes vanales, etc, para darle atención a aquello que sea mas provechoso, incluso resolver problemas inteligentemente

dejar la mente en blanco no sirve para nada, ES OTRA ILUSIÓN MAS

la iluminación se manifiesta cuando una persona deja de INQUIETARSE ante las dudas, condicionamientos externos, etc

éste patriarca enseñaba el método de "La Inmediatez"

en China habían dos clases de filosofía budista Zen, la de la inmediatez y la progresiva, éste patriarca cree que TODA persona puede alcanzar la iluminación en un instante, si está preparado o dispuesto a ello y si cuenta con un maestro capaz de hacerle ver su error

Livishine 01-ago-2012 08:12

Respuesta: Cuentos Zen
 
Cita:

Iniciado por Oskar_lopez (Mensaje 505953)
El valor de las cosas

El pensamiento es un instrumento creativo y el hombre se convierte en aquello en lo que piensa.
Sivananda :bien:



Cielo e Infierno

Érase una vez, en un lejano reino de Oriente, que se encontraban dos
amigos cuya curiosidad y deseo de saber acerca del Bien y del Mal, los
hizo un día dirigirse a la cabaña del sabio Lang con ánimo de interrogarle
Una vez en su interior y junto a otras gentes allí reunidas, preguntaron al
sabio:

“Dinos anciano ¿Qué diferencia existe entre el Infierno y el Cielo?”

El sabio contestó: "Veo una montaña de arroz recién cocinado, humeante
y sabroso. A su alrededor, hay muchos hombres y mujeres famélicos y
hambrientos, víctimas de expectativa y frustración. Sus palillos son más
largos que sus brazos y por ello, cuando prenden el arroz no pueden
hacerlo llegar a sus bocas ansiosas".

Un rumor exclamó entre los allí reunidos...

Más tarde el sabio prosiguió y dijo: "Veo también otra montaña de arroz
recién cocinado, humeante y sabroso. A su alrededor, hay muchos seres
humanos alegres y sanos que sonríen con satisfacción y benevolencia. Sus
palillos son también más largos que sus brazos.

"Sin embargo,
han decidido darse la comida
los unos a los otros"



diegofernando_78 01-ago-2012 08:48

Respuesta: Cuentos Zen
 


El monje Fa-hai era un hombre de Ch’u-chiang en la Provincia de Shao
Cuando primeramente él visitó al Gran Maestro, él le preguntó
“Por favor, enséñame como la mente misma es Buda.”



El Maestro dijo

“Cuando el pensamiento que precede no está concebido, eso es la mente misma
cuando el pensamiento sucesivo no es extinguido, eso es ser buda

Determinar todas las apariencias es mente
desarraigarse de todas las apariencias es buda
Si fuera a explicarlo completo, nunca terminaría,
incluso si hablo hasta el fin de los tiempos"


Fa-hai dijo
“Ya he recitado el Sutra del Loto tanto tiempo como tres mil veces.”


El Maestro también dijo
“¿Cómo te llamas?”

Fa-ta replicó, “Fa-ta, [Arribando a la Verdad].”


El Maestro dijo
“Tu nombre es Fa-ta, ¿pero en que momento has arribado a la verdad?”



Entonces él dijo otro verso:

“Tu nombre es ahora Arribando a la Verdad,
Y diligentemente recitas sin cesar.
Si recitas en vano, simplemente repites sonidos

Uno que clarifica la mente es llamado bodhisattva.
Porque ahora tienes afinidad,
Ahora te estoy explicando:
Simplemente, sin palabras, confía en buda,
Y florecerán los lotos de tu boca.”


Fa-ta se disculpó y dijo
“He estado recitando el Sutra del Loto sin haber entendido el
significado de la escritura, y siempre he tenido dudas en mi mente
Tu sabiduría es tan grande, que deseo que brevemente me
expliques los principios del sutra.”



El Maestro dijo
“Fa-ta, la enseñanza es absolutamente magistral
pero tu mente no ha podido llegar a dominarla
Originalmente no hay nada dudoso en las escrituras
tu mente duda por sí misma.
Tú que recitas este sutra, ¿qué consideras que sea su fundamento?”



Fa-ta dijo
“Yo soy estúpido y lento
todo este tiempo he estado recitando las palabras literalmente
¿Cómo podría saber la importancia básica?


El Maestro dijo
“Yo soy analfabeto. Recítame el sutra, y te lo explicaré.”


Entonces Fa-ta recitó el sutra en alta voz
hasta que llegó al capítulo de las metáforas cuando el Maestro dijo
“Detente. Este sutra está basado sobre la emergencia en el mundo por una causa
aunque él presenta muchas clases de metáforas, ninguna va más allá que ésta.

“¿Cuál es la causa? El sutra dice, ‘Los Budas, los Honrados por el Mundo,
sólo aparecen en el mundo por una gran causa.’
La única gran causa es el conocimiento y la visión de la budeidad

Las personas del mundo, perdidos en lo externo, fijan su atención en las
apariencias; perdidos en su interior, fijan su atención en la vacuidad
Si puedes desarraigarte o despegarte de las apariencias mientras
estés en el medio de ellas, y desapegarte de la vacuidad en
el medio de ella, entonces no estarás perdido interior o exteriormente

Si realizas esta verdad, tu mente se abrirá en un instante
a esto se le llama la revelación del conocimiento y la visión de la budeidad

“La budeidad es equivalente a estar consciente
El estar consciente se divide en cuatro aspectos

La revelación del conocimiento y la visión despierta
la demostración del conocimiento y la visión despierta
la realización del conocimiento y la visión despierta
y la entrada al conocimiento y la visión despierta

Si oyes la revelación y la demostración, y eres capaz de realizarla y entrar,
entonces la verdadera naturaleza original del conocimiento y
la visión despierta llega a manifestarse en realidad

Debes ahora creer, que el conocimiento y la visión de los budas están
justamente en tu propia mente
No existe otro Buda

“Fue porque todas las personas han cubierto su propia luz
egoístamente apeteciendo objetos materiales
estando interiormente perturbados por las condiciones externas
y aceptando la exigencia, que ellos levantaron al
Honorable del Mundo de su meditación para que los persuadiera
con varios penetrantes e intensos discursos
para descansar y no buscar externamente
de forma que pudieran ser igual al Buda

Eso es por lo que el sutra habla de abrir el
conocimiento y la visión de la budeidad

“Yo también apremio a todas las personas que siempre se abran al conocimiento y a la visión de la budeidad en sus propias mentes
pero las personas mundanas tienen la mente pervertida
tontos e ilusivos, ellos cometen crímenes

Su hablar puede que sea bueno, pero su corazón es malo
Egoístas, irascibles, envidiosos, serviles, descarriados, vanidosos,
injustos y destructivos, ellos abren el conocimiento y
la visión de las personas ordinarias para ellos mismos

“Si puedes rectificar tu mente, siempre producirá sabiduría
Observa tu propia mente, detén la maldad, y haz el bien
esto es el abrir el conocimiento y la visión de la budeidad para ti mismo


“Si sólo te mantienes laboriosamente recitando y consideras eso como un logro
¿cuál es la diferencia entre eso y un asno admirando tu cola?”



Fa-ta dijo
“¿Eso quiere decir que no debo molestarme en recitar el sutra
si he entendido su significado?”


El Maestro dijo
“¿Qué tiene de malo eso?
¿Cómo puede eso obstruir tu conciencia alerta?
Es sólo que la ilusión y la iluminación están en el individuo
la perdida y la ganancia dependen de uno mismo

Si lo recitas y también actúas en él mentalmente
entonces estás leyendo el sutra

si lo recitas y no lo practicas mentalmente
entonces tú has sido leído por el sutra


Escucha mi verso:

“Cuando la mente es ilusiva, el Loto de la Verdad la lee
Cuando la mente está iluminada, ella lee el Loto de la Verdad
Si recitas las escrituras por largo tiempo sin entenderlas,
Llegas a ser un enemigo de su significado.

Él pensarlo sin ningún pensamiento arbitrario es lo correcto;
Él pensarlo con pensamientos arbitrarios lo hace falso.
Cuando lo uno y lo otro [lo afirmativo y lo negativo] es apartado,
Montarás permanentemente en la cuadriga del buey blanco [el vehículo de Buda].”




......................

"El Sutra de Hui-Neng" parafraseado

dadodebaja29145 02-ago-2012 08:25

Respuesta: Cuentos Zen
 
Una insensata busqueda


Una mujer estaba buscando algo en el suelo junto a un farol. Pasó por allí un hombre y se paró, curioso, a observar a la mujer, que afanosamente buscaba y buscaba. Intrigado, después de un rato, el hombre preguntó:

- Buena mujer, perdona que me inmiscuya en tus asuntos, pero ¿podrías decirme qué buscas?

Y la mujer repuso:

- Busco una aguja que he perdido en mi casa, pero como allí no hay luz he venido a buscarla junto a este farol.

Como esa mujer proceden muchos seres humanos. En lugar de buscar dentro de ellos mismos (donde mora el más verdadero gurú, el paraíso interno, la respuesta), buscan fuera de ellos lo que jamás podrán hallar fuera.

dadodebaja29145 02-ago-2012 17:49

Respuesta: Cuentos Zen
 
Esto tambien pasara

Hubo un rey que dijo a los sabios de la corte:
- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total. Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.

El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:

- No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje.

- Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje (el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey).

- Pero no lo leas -le dijo- mantenlo escondido en el anillo.

- Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino.

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso. Simplemente decía:

- esto también pasará.

Mientras leía estas palabras sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes. Él se sentía muy orgulloso de sí mismo.

El anciano estaba a su lado en la carroza y le dijo:

- Apreciado rey, le aconsejo leer nuevamente el mensaje del anillo.
- ¿Qué quieres decir? -preguntó el rey.
- Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta.
- No estoy desesperado y no me encuentro en una situación sin salida.
- Escucha – dijo el anciano – este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas.
- También es para situaciones placenteras.
- No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso.
- No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “esto también pasará”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Lo bueno era tan transitorio como lo malo.

Maestro: todas las situaciones (agradables y desagradables) son transitorios; pasarán y harán lugar para algo nuevo. Encontrarás la paz si logras tomar distancia de estas situaciones y si las aceptas como parte de la dualidad de la naturaleza.

dadodebaja29145 03-ago-2012 07:36

Respuesta: Cuentos Zen
 
La mujer perfecta

Nasrudín conversaba con sus amigos en la casa de té y les contaba como había emprendido un largo viaje para encontrar a la mujer perfecta con quién casarse. Les decía:
- Viajé a Bagdad, después de un tiempo encontré a una mujer formidable, atenta, inteligente, culta de una gran personalidad.

Dijeron sus amigos:
- ¿Por qué no te casaste con ella?

- No era completa, -respondió Nasrudín-, después fui a El Cairo, allí conocí a otra mujer ciertamente fabulosa; hermosa, sensible, delicada, cariñosa.

- ¿Por qué no te casaste con ella?, dijeron los amigos.

- No era completa -respondió nuevamente Nasrudín-, entonces me fui a Samarcanda allí por fin encontré a las mujer de mis sueños; ingeniosa y creativa, hermosa e inteligente, sensible, culta, delicada y espiritual.

- ¿Por qué no te casaste con ella? -insistieron sus amigos.

- Pues saben por qué, ella también buscaba a un hombre perfecto.


Maestro: Al aceptar que eres perfecto, al aceptar que todos somos perfectos tal como somos … ya no habrá necesidad de buscar la perfección lejos.

dadodebaja29145 03-ago-2012 07:44

Respuesta: Cuentos Zen
 
El billete de los 100 euros.

Juan y Antonio, dos amigos, toman un café en un bar. Antonio que está pasando por un mal momento, descarga en Juan sus angustias.
Tiene deudas importantes, está mal en el trabajo, la relación con su pareja está en una profunda crisis. Todo parece estar mal en su vida. Juan escuchando tranquilamente a su amigo, saca un billete de 100 euros de su cartera y dice:
- Antonio, ¿quieres este billete?

Antonio, un poco confundido al principio, inmediatamente le dice:
- Claro que lo quiero, Juan. Son 100 euros, ¿quién no las quiere?

Entonces Juan coge el billete en una de sus manos y lo arruge hasta hacerlo una pequeña pelota. Enseñando la macerada pelotita verde al Antonio, vuelve a preguntarle:
- Y ahora, ¿todavía lo quieres?
- Juan, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 100 euros. Está claro que los acepto si me los das.

Entonces Juan desplega el arrugado billete, lo tira al suelo y lo pisa con su pie. Ahora está sucio y marcado.
- ¿Lo sigues queriendo?
- Mira Juan, sigo sin entender que quieres. Este es un billete de 100 euros y mientras no lo rompas conserva su valor.
- ¡Bien! Antonio, tienes que saber que aunque a veces las cosas no salgan como quieres, aunque la vida te golpee, sigues siendo único y especial y no pierdes nunca tu valor, tal como este billete de 100 euros.

Antonio quedó mirando a Juan sin acertar a decir ninguna palabra mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en él. Juan coge el arrugado billete y con una sonrisa cómplice agregue:
- Toma, consérvalo porque te recuerdes de esto cuando te sientas mal. Pero me debes un billete nuevo de 100 euros. ¡Para poderlo usar con el próximo amigo que lo necesite!

Juan finalmente se despide de Antonio con un abrazo y sale del bar dejando a Antonio a solas. Antonio vuelve a mirar el billete arrugado y sucio. Sonrie y lo guarda en su cartera. Con una renovada energía avisa al camarero para pagar la cuenta.

dadodebaja29145 04-ago-2012 18:26

Respuesta: Cuentos Zen
 
Padre y dos hijas


Un padre tenía dos hijas. Una casó con un hortelano y la otra con un fabricante de ladrillos.

Al cabo de un tiempo fue a visitar a la casada con el hortelano, y le preguntó sobre su situación.

Ella dijo:

- Todo está de maravilla conmigo ..
- ¡pero sí tengo un deseo especial!
- que llueva todos los días con abundancia para que así las plantas tengan siempre suficiente agua.

Pocos días después visitó a su otra hija, también preguntándole sobre su estado.

Y ella le dijo:

- No tengo quejas, solamente un deseo especial.
- ¡que los días se mantengan secos, sin lluvia, con sol brillante!
- Así los ladrillos sequen y endurezcan muy bien.

El padre meditó:

- si una desea lluvia, y la otra tiempo seco ..
- ¿a cual de las dos le adjunto mis deseos?

Fuente: fábula de Esopo

Batmandesganado 04-ago-2012 18:44

Respuesta: Cuentos Zen
 
Cita:

Iniciado por Oskar_lopez (Mensaje 505055)
Ustedes y yo y todos alrededor hemos sido educados en esta tonta
psicología: Siempre nos falta algo para estar completos, y solo
completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto,
nos enseñaron, que la felicidad deberá esperar a completar lo que
falta...."

Tsk tsk... el cuento es muy bueno y acierta de pleno, pero en esto, en esto cae en la trampa de toda la psicología moderna, nadie nos ha enseñado a ser así, ni nos han aculturado de esta manera, sencillamente toda mente funciona esencialmente así, y es lo q hay q aprender a descifrar y controlar, las ilusiones ópticas q nos producimos, en lugar de una vez más caer en la dialéctica típica q seguiría del cuento: la culpa es del capitalismo! o del machismo! o cualquiera otra cosa ajena a la misma estructura del celebro, q es de lo q se trata.

Y el de justo arriba, pues bueno... ni Coffman lo resuelve...

dadodebaja29145 04-ago-2012 19:10

Respuesta: Cuentos Zen
 
Cita:

Iniciado por Batmandesganado (Mensaje 507436)
Tsk tsk... el cuento es muy bueno y acierta de pleno, pero en esto, en esto cae en la trampa de toda la psicología moderna, nadie nos ha enseñado a ser así, ni nos han aculturado de esta manera, sencillamente toda mente funciona esencialmente así, y es lo q hay q aprender a descifrar y controlar, las ilusiones ópticas q nos producimos, en lugar de una vez más caer en la dialéctica típica q seguiría del cuento: la culpa es del capitalismo! o del machismo! o cualquiera otra cosa ajena a la misma estructura del celebro, q es de lo q se trata.

Y el de justo arriba, pues bueno... ni Coffman lo resuelve...

No toda mente amigo. Estoy hablando de la sociedad industrializada, el capitalismo es la sed del hombre por tener mas y mas pero no aplica en todos. Creo que es un concepto meramente cultural. En pueblos pequeños donde todos se conocen ese tipo de pensamiento no existe, la gente es feliz (aparentemente) con lo que tiene. Llamemosle conformismo o mediocridad pero es la realidad.

Creepy 04-ago-2012 20:08

Respuesta: Cuentos Zen
 
En una de las paredes de mi cuarto hay colgado un hermoso reloj antiguo que ya no funciona. Sus manecillas, detenidas casi desde siempre, señalan imperturbables la misma hora: las siente en punto.
Casi siempre, el reloj es sólo un inútil adorno sobre una blanquecina y vacía pared. Sin embargo, hay dos momentos durante el día, dos fugaces instantes, en que el viejo reloj parece resurgir de sus cenizas como un ave fénix.
Cuando todos los relojes de la ciudad, en sus enloquecidos andares, marcan las siete, y los cucús y los gongs de las máquinas hacen sonar siete su repetido canto, el viejo reloj de mi habitación parece cobrar vida. Dos veces al día, por la mañana y por la noche, el reloj se siente en completa armonía con el resto del universo.
Si alguien mirara el reloj solamente en esos dos momentos, diría que funciona a la perfección... Pero, pasado ese instante, cuando los demás relojes acallan su canto y las manecillas continúan su monótono camino, mi viejo reloj pierde su paso y permanece fiel a aquella hor que alguna vez detuvo su andar.
Y yo amo ese reloj. Y cuanto más hablo de él, más lo amo, porque cada vez siento que me parezco más a él.
También yo estoy detenido en un tiempo. También yo soy, de alguna manera, un adorno inútil en una pared vacía.
Pero disfruto también de fugaces momentos en que, misteriosamente, llega mi hora.
Durante ese tiempo siento que estoy vivo. Todo está claro y el mundo se vuelve maravilloso. Puedo crear, soñar, volar, decir y sentir más cosas en esos instantes que en todo el resto del tiempo. Estas conjunciones armónicas se dan y se repiten una y otra vez, como una secuencia inexorable.
La primera vez que lo sentí, traté de aferrarme a ese instante creyendo que podría hacerlo durar para siempre. Pero no fue así. Como a mi amigo el reloj, también a mí se me escapa el tiempo de los demás.
...Pasados esos momentos, los demás relojes, que anidan en otros hombres, continúan su giro, y yo vuelvo a mi rutinaria muerte estática, a mis charlas de café, a mi aburrido andar, que acostumbro a llamar vida.

Batmandesganado 04-ago-2012 20:18

Respuesta: Cuentos Zen
 
Cita:

Iniciado por Oskar_lopez (Mensaje 507449)
No toda mente amigo. Estoy hablando de la sociedad industrializada, el capitalismo es la sed del hombre por tener mas y mas pero no aplica en todos. Creo que es un concepto meramente cultural. En pueblos pequeños donde todos se conocen ese tipo de pensamiento no existe, la gente es feliz (aparentemente) con lo que tiene. Llamemosle conformismo o mediocridad pero es la realidad.

...y por esto el verdadero conocimiento debe estar camuflado en parábolas, oculto a las masas, siempre dispuestas a buscar chivos expiatorios a los q culpar, y agitar la cabeza como un asno y mirar para otra parte cuando vislumbran a lo lejos la verdadera raíz de sus problemas.

dadodebaja29145 04-ago-2012 20:20

Respuesta: Cuentos Zen
 
Cita:

Iniciado por Batmandesganado (Mensaje 507481)
...y por esto el verdadero conocimiento debe estar camuflado en parábolas, oculto a las masas, siempre dispuestas a buscar chivos expiatorios a los q culpar, y agitar la cabeza como un asno y mirar para otra parte cuando vislumbran a lo lejos la verdadera raíz de sus problemas.

Lamentablemente es cierto.

dadodebaja29145 04-ago-2012 20:22

Respuesta: Cuentos Zen
 
La carcel del odio

Dos hombres habían compartido injusta prisión durante largo tiempo en donde recibieron todo tipo de maltratos y humillaciones.

Una vez libres, volvieron a verse años después. Uno de ellos preguntó al otro:

- ¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros?

- No, gracias a Dios ya lo olvidé todo – contestó
- ¿Y tú?

- Yo continúo odiándolos con todas mis fuerzas – respondió el otro

Su amigo lo miró unos instantes, luego dijo:

- Lo siento por ti.
- Si eso es así, significa que aún te tienen preso.

dadodebaja29145 06-ago-2012 17:35

Respuesta: Cuentos Zen
 
Buen dia a todos!!


Encontrar a Dios

*
Un ermitaño meditaba junto a un río cuando un joven lo interrumpió.* “Maestro, deseo convertirme en su discípulo”, dijo el muchacho.* “¿Por qué?”, contestó el ermitaño.* El joven pensó por un momento.* “Porque quiero encontrar a Dios”.

El maestro se puso de pie de un salto, lo agarró del pescuezo, lo arrastró hasta el río, y sumergió su cabeza en el agua.* Después de mantenerlo allí por un minuto, con él pateando y forcejeando por liberarse, el maestro finalmente lo sacó del agua.*

El joven tosía agua y jadeaba para recuperar su aliento.* Cuando se aquietó, el maestro habló. “Cuénteme, qué era lo que usted más deseaba cuando estaba debajo del agua”.* “¡Aire!”, contestó el muchacho.*

“Muy bien”, dijo el maestro, “váyase a casa y vuelva a mí cuando usted desee a Dios tanto como lo que acaba de desear

dadodebaja29145 06-ago-2012 18:26

Respuesta: Cuentos Zen
 
Mente-mono (Dominar la mente)

La mente es activa, inquisitiva, voluntariosa, e impaciente al igual que un mono. Salta de pensamiento a pensamiento, examinando esta o aquella curiosidad, siempre perdiendo interés y lanzándose otra vez en alguna búsqueda nueva y sin propósito.

Natural, característica, incluso atractiva, tal como lo es el comportamiento símico, no muchos de nosotros elegirían actuar de semejante manera. Sí, todos tenemos mentes-mono, porque es sólo una moda que la mente desatendida se ocupa de sí misma. Pocos de nosotros elegirían un mono como compañero para toda una vida, sin embargo todos elegimos vivir con nuestras mentes-mono. Por eso, somos como dueños renuentes de gibones, por siempre tirando de la correa (o de gorilas, que simplemente arrastrarían a una persona).

Pero, aunque todos tenemos mentes-mono, pocos de nosotros advierten esta situación. Quizás sea solamente en la noche, cuando estamos tratando de dormir, que nos enteramos de lo muy indulgente que es la mente con su desorden. Todo estaría bien, ciertamente, si fuéramos monos, pero, aunque parientes muy cercanos, no lo somos. Sin embargo debemos, pareciera, compartir nuestras vidas con ellos. No importa adonde vayamos ni quién lleguemos a ser, fielmente la mente nos acompaña.

¿Si alguien viviera con un mono de verdad, qué haría? Después de haberlo admirado, de haber jugado con él, después haber intentado comunicarse con él, tendría que disciplinarse. Lo enjaularíamos, o lo entrenaríamos. No importa cuanto lo aprobemos en su estado natural, o cuanto nos arrepintamos de intentar engrillar a la naturaleza, a la larga, forzados a vivir con él cada segundo de nuestras vidas, emplearíamos algo de disciplina. De lo contrario nuestras propias vidas llegarían a ser intolerables.

Siendo esto así, es extraño que tan pocas personas hayan tratado disciplinar sus mentes-mono. Esta mente no es menos maleable que el propio animal. Ambos pueden ser educados. Quizás la razón sea que nos incomodamos cuando somos concientes de nuestras mentes. Preferimos ser inconscientes de ellas.

No obstante, poco a poco, la conciencia aumenta. Nosotros, imperfectos, no somos uno con nuestras mentes.* Por eso somos diferentes de nuestros primos monos, todo inconsciencia, felices ellos, completos; infelices nosotros, divididos. No llegaríamos a ser concientes de nuestras mentes si pudiéramos evitarlo. A la larga, de cualquier modo, no podemos evitarlo.
Llegamos a ser concientes y saber que nuestras mentes no están completas, sólo son; que no somos completamente, meramente, nuestras mentes. El mono aparece, chillando e inquieto. Estamos forzados a entrenarlo.
El entrenamiento es simple. No la deje agitarse, prohíba sus búsquedas infructuosas, hágala concentrarse. Es más fácil decirlo que hacerlo, usted dirá, pero decirlo es hacerlo. Dígale simplemente que pare. Escuchará (por un momento o dos). Pero en el minuto que usted se relaja, ahí va otra vez. Arrástrela de regreso. De nuevo pídale que se detenga. No le permita que vague sin parar. Péguela a algo.
Imagine una jaula y no le permita salir. Cuando se salga, tire de ella. Tan a menudo como salga y vague, hágale regresar. Esto sucederá muchas veces, y usted mismo llegará a estar muy cansado. Hacer volver la mente-mono es, de hecho, una buena receta para ponerse a dormir. Pero si no deseamos pasar nuestras vidas durmiendo, debemos encontrar una manera de controlar la mente sin dormirnos.
Por lo tanto, entrénela de día así como de noche. No la deje dispararse, brincar, atractiva como ella (y usted) puede encontrar búsquedas inútiles. Llévela firmemente a la rastra, póngala a trabajar, hágala pensar verdaderamente. Dele un problema (un acertijo, un enigma) o simplemente hágala contar.
Crecerá más tranquila, también crecerá más astuta. Mientras usted se concentra en ella, tomará el mismo tema de su concentración y construirá una historia o una probabilidad en él. Antes de que usted sea conciente, con la mente-mono firmemente en mente, se encontrará otra vez compitiendo a través de las copas de los árboles.
Tráigala de vuelta de nuevo. Resista sus esfuerzos de hacerlo pensar en ella. Ignórela y concéntrese en la jaula. Así, no puede escaparse hasta que usted abra la puerta al relajarse. Lo cuál, por supuesto, usted querrá hacer. No solamente por la mente-mono, a la cual, después de todo, por su propia naturaleza le gusta revolotear, sino también por usted, puesto que una vida de intensa concentración es apenas más digna de vivir que una vida de interés a la deriva y transitorio.
Si usted persiste, no obstante, descubrirá que la mente llega a ser dócil. Finalmente, vendrá cuando la llame y se sentará con usted. Quizás no por mucho tiempo, sino por un momento. Cuando esto ocurra la mente-mono finalmente llegará a ser conciente de sí misma, habrá despertado. Y despertar su mente es el primer paso hacia despertarse a si mismo.

Del libro Zen Inklings, de Donald Richie.

dadodebaja29145 06-ago-2012 20:03

Respuesta: Cuentos Zen
 
Un Extraño Animal


Un leñador estaba trabajando duramente en unas remotas montañas, cuando apareció un extraño animal que nunca antes había visto.

—Ah —dijo el animal—, nunca antes habías visto algo como yo.

Al leñador le sorprendió muchísimo oír hablar al animal.

—Y estás asombrado de que pueda hablar…

Al leñador también le sorprendió que la bestia supiera sus pensamientos.

—Y de que sepa lo que estás pensando —continuó el animal.

Viendo el animal, al leñador le dieron ganas de atraparlo y llevárselo a su hogar.

—¿Así que quieres capturarme vivo, cierto?

Y si no, quizá podría darle un hachazo y después llevárselo a su hogar.

—Y ahora quieres matarme —dijo el animal.

El leñador se dio cuenta que no podría hacerle nada, puesto que la bestia siempre sabía lo que él pensaba hacer.* Así pues, regresó al trabajo, decidido en ignorar al animal.

—Y ahora —dijo— me abandonas.

Apenas pudo trabajar, el leñador se descubrió pensando a menudo en el animal que estaba allí, y la bestia siempre hacía un comentario de acuerdo a lo que pensaba. Deseó que se alejara, y al final le pidió que lo dejara tranquilo.

Aparentemente el animal no deseaba irse.* Estaba parado allí, cerca de él, leyendo todos sus pensamientos y no parecía tener buenas intenciones.

Finalmente, no sabiendo qué más hacer, el leñador se resignó, tomó su hacha otra vez, determinado a no prestar más atención a este extraño animal. Y prosiguió, sin nada más en la mente, con el corte de los árboles.

Mientras él trabajaba así, sin pensamientos en su cabeza excepto el hacha y el árbol, la cabeza del hacha voló del mango y dio muerte al animal.

Extraído del libro Zen Inklings, de Donald Richie.

dadodebaja29145 07-ago-2012 07:51

Respuesta: Cuentos Zen
 
Un regalo

Una vez vivió un gran guerrero. Aunque bastante viejo, él aún podía derrotar a cualquier retador. Su reputación se extendió a lo largo y ancho del país, y muchos estudiantes se reunieron para estudiar con él.

Un día, un infame joven guerrero llegó a la aldea. Estaba determinado en ser el primer hombre en derrotar al gran maestro. Junto con su fuerza, tenía una inexplicable habilidad de notar y de explotar cualquier debilidad en un adversario. Esperaba a que su rival hiciera el primer movimiento, de esa manera revelando una debilidad, y después golpeaba con una despiadada fuerza y una velocidad de relámpago.Nunca, nadie había durado en un combate con él, más allá del primer movimiento.

Muy en contra del consejo de sus preocupados estudiantes, el viejo maestro aceptó con mucho gusto el desafío del joven guerrero. Cuando los dos estuvieron en guardia para la lucha, el joven guerrero comenzó a lanzar insultos al viejo maestro. Tiró mugre y escupitajos en su cara. Por horas lo atacó verbalmente con cada maldición e insulto conocido por los hombres. Pero el viejo guerrero simplemente estaba parado allí, inmóvil y tranquilo. Finalmente, el joven guerrero se agotó. Sabiendo que había sido derrotado, se marchó, sintiéndose avergonzado.
Algo decepcionados porque no luchó con el insolente joven, los estudiantes se reunieron alrededor del viejo maestro y le preguntaron. “¿Cómo pudo usted aguantar tal indignidad? ¿cómo lo alejó?”.
“Si alguien viene darles un regalo y ustedes no lo reciben” contestó el maestro, “¿a quién pertenece el regalo?".

dadodebaja29145 07-ago-2012 18:49

Respuesta: Cuentos Zen
 
El cantero


Había una vez un cantero que estaba insatisfecho consigo mismo y con su posición en la vida. Un día pasó por la casa de un rico comerciante. A través de la entrada abierta, vio muchas finas posesiones e importantes visitantes. “¡Cuán poderoso debe ser el comerciante!”, pensó el cortador de piedra. Se puso muy envidioso y deseó que pudiera ser como el comerciante.Para su gran sorpresa, se convirtió repentinamente en el comerciante, gozando de más lujos y poder de lo que siempre había imaginado, pero envidiado y detestado por aquellos menos ricos que él.

Pronto un alto funcionario pasó cerca, llevado en una silla de manos, acompañado por asistentes y escoltado por soldados batiendo gongos. Todos, sin importar cuan rico, tenían que hacer una reverencia ante la procesión.“¡Cuán poderoso es ese funcionario!”, pensó. “¡Deseo que pudiera ser un alto funcionario!”.

Entonces se convirtió en el alto funcionario, llevado por todas partes en su bordada silla de manos, temido y odiado por la gente de todo alrededor. Era un día caluroso de verano, por eso el funcionario se sentía muy incómodo en la pegajosa silla. Levantó la mirada al sol. Brillaba orgulloso en el cielo, no afectado por su presencia. “¡Cuán poderoso es el sol!” pensó. “¡Deseo que pudiera ser el sol!”.

Entonces se convirtió en el sol, brillando ferozmente sobre todos, abrasando los campos, maldecido por los granjeros y los trabajadores. Pero una enorme nube negra se interpuso entre él y la tierra, de modo que su luz no pudo brillar más sobre todo allá abajo. “¡Cuán poderosa es esa nube de tormenta!”, pensó. “¡Deseo que pudiera ser una nube!”.
Entonces se convirtió en la nube, inundando los campos y las aldeas, increpado por todos. Pero pronto descubrió que estaba siendo empujado lejos por cierta gran fuerza, y se dio cuenta de que era el viento.“¡Cuán poderoso es!”, pensó. “¡Deseo que pudiera ser el viento!”.

Entonces se convirtió en el viento, llevándose tejas de los techos de las casas, arrancando árboles, temido y odiado por todos debajo de él. Pero después de un rato, se izó en contra de algo que no movería, no importa cuan fuertemente soplara en contra de ella, una enorme y altísima roca. “¡Cuán poderosa es esa roca!”, pensó. “¡Deseo que pudiera ser una roca!”.

Entonces se convirtió en la roca, más poderosa que nada más en la tierra. Pero mientras estaba parado allí, oyó el sonido de un martillo golpeando un cincel en la dura superficie, y sintió que estaba siendo cambiado. “¿Qué podría ser más poderoso que yo, la roca?”, pensó. Bajó la mirada y vio lejos debajo de él, la figura de un cantero.

diegofernando_78 07-ago-2012 19:08

Respuesta: Cuentos Zen
 



TODO es una ilusión...


TAN CIERTA como desees que lo sea


la mente creerá y tú te manifestarás


estarás CREANDO realidad


en base a tus IDEAS







Jassito 07-ago-2012 19:16

Respuesta: Cuentos Zen
 
Cita:

Iniciado por diegofernando_78 (Mensaje 508776)



TODO es una ilusión...


TAN CIERTA como desees que lo sea


la mente creerá y tú te manifestarás


estarás CREANDO realidad


en base a tus IDEAS








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bla bla bla!! Alardeo alardeo :D jajajaja ya sabes que te lo digo para hacerte enojar.[/SIZE
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dadodebaja29145 07-ago-2012 19:56

Respuesta: Cuentos Zen
 
Cita:

Iniciado por diegofernando_78 (Mensaje 508776)



TODO es una ilusión...


TAN CIERTA como desees que lo sea


la mente creerá y tú te manifestarás


estarás CREANDO realidad


en base a tus IDEAS








Completa y absolutamente... Cierto.

dadodebaja29145 08-ago-2012 06:51

Respuesta: Cuentos Zen
 
Vivir el presente

Un guerrero japonés fue capturado y hecho prisionero por sus enemigos. Esa noche no podía dormir porque temía que al día siguiente lo interrogaran, torturan y ejecutaran. Entonces recordó las palabras de su maestro de Zen. “El mañana no es real. Es una ilusión.La única realidad es el hoy”. Prestando atención a estas palabras, el guerrero se tranquilizó y se durmió.

dadodebaja29145 08-ago-2012 21:24

Respuesta: Cuentos Zen
 
Libros

Habia una vez,
un erudito filósofo bien conocido, que se ofrendó
al estudio del Zen por muchos años.

El día que finalmente alcanzó la iluminación,
sacó todos sus libros al jardín y los quemó.

MetalSinfonico 08-ago-2012 22:25

Respuesta: Cuentos Zen
 
La taza:

Un dia un viajero queria aprender y fue a buscar al maestro budista local, al llegar el maestro le ofrecio una taza de te, cuando esta taza se lleno el maestro continuo sirviendo mas te
-Maestro, la taza ya esta llena, ya no sirva mas- dijo el viajero
-tu eres como esta taza, lleno de tus propias opiniones y maneras de pensar, si no vacias primero tu interior como quieres que pueda enseñarte?-


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