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El placer de imaginar
La imaginación, aquel supremo proceso mental que nos permite crear mundos alternos.
Aquel divino placer que nos transporta a donde queramos, que nos permite ser lo que deseemos, tener todo cuanto anhelemos, pero que a la vez puede ser causa de angustia al darse cuenta que el mundo que hemos construido solo existe en nuestra mente. En mi caso he sido capaz de crear intricadas historias en mi mente, conocer las más exóticas tierras, vivir las más grandes aventuras épicas, convertirme en la persona más importante del mundo, hacer grandes negocios, disfrutar de los mayores placeres sexuales, explorar nuevos mundos... Siento que vivo más tiempo en mis fantasías que en la realidad. ¿A alguno de ustedes le pasa lo mismo? ¿Tratan de evadir la realidad dando rienda suelta a su imaginación? |
Respuesta: El placer de imaginar
Creo que es un rasgo muy pero muy distintivo de la fobia social o en mi caso por tener TEP....
En alguna ocasión leí entre los síntomas de éste, que evadimos la realidad y tendemos a ser imaginativos y/o soñadores, esto sería para evitar la realidad; pero también tendemos a imaginar cosas a futuro, refiriéndome a cosas que nos gustarían que fomaran parte de nuestra realidad, pero que rara vez trabajamos para lograrlo. Yo me puedo auto clasificar como la eterna soñadora despierta, imaginando escenarios alternos, conocer personas diferentes a las que caminan sistemáticamente el día a día, e incluso una yo diferente, que tiene muchos rasgos de los que poseo pero más extrovertida, segura de sí misma. Eso es básicamente el imaginar cosas sobre mí y mi mundo paralelo. Pero tampoco quiero permitirme dejarlo en simple sueños, así que día a día trabajo sobre ello. Por otro lado está el mundo del realismo mágico, paranormal, fantasía y ficción al que últimamente me permito acudir por medio de la letra. ¡Que soñar no cuesta nada! |
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Uff, si y debo decir q me encantaba.. Tiempo atras me salia de la realidad de tal manera q ésta no me parecia tan pesada, pero.. pues estaba huyendo.. asi en vez de enfrentar problemas, los evadia y no aprendia.. aunq hehe igual y esto q digo se sale de lo q decias.. XD asi q.. dire mejor q.. hoy en dia disfruto mucho de mi imaginacion pero en mis sueños *-*.. en mis sueños profundos.. porq suelo despertarme por la mañana y decido seguir durmiendo y esos sueños ya no son tan buenos.. :/ heh
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Cuando fui adolescente tenia una gran costumbre de evadirme con la imaginacion, inventaba y recreaba vidas completas que me hubiese gustado vivir, yo popular, yo trotamundos, yo conquistador (de mujeres), yo independiente, yo fuerte (en todos lo sentidos que se les ocurra)...
Podia pasar horas solo y unicamente oocupado en mis imaginaciones, era tan fuerte que esa era mi realidad y no importaba en el mundo fisico estar aislado, no ir a fiesta, no tener amigos, no tener novia, no hablar mas que lo mas indespensable y minimo con otras gentes. La verdad es que lo disfrute mucho, luego he ido perdiendo esa capacidad de imaginar con esa intensidad y ese grado de detalles y ensimismamiento, lo que mas me entristece es saber que aunque lo haya disfrutado me perdi de cosas valiosas de a vida de haya afuera y tambien me perdi aprendizajes de la vida social y como persona. Ahora las unicas que me puedo evadir un poco es a traves de peliculas, series o un buen libro pero solo un poco. |
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Eso es algo que siempre hice. Hasta solia pensar que la vida no era mas que una pausa entre sueño y sueño, pero al final la realidad nos pasa la factura, como se dice :D
Aun tengo sueños, pero ya no me puedo permitir perderme en ellos, tengo cosas mas importantes y reales en que pensar. |
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Puff Si te contara practicamente he vivido fantaseando ser otra persona tal como metalsinfonico lo dijo, es hasta humillante el grado de detalle al que he llegado, son verdaderas novelas con historias paralelas y personajes bien desarrollados.
Ultimamente lo he dejado atras. |
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siempre lo he hecho y a dia de hoy lo sigo haciendo, yo me metia en mi cuarto, echaba al llave y me ponia a imaginar continuamente, estaba durante horas y horas, asi podia ser quien siempre quise ser, tener a quien me diera la gana a mi lado, y tener la vida que siempre he soñado, era la unica manera de encontrar alivio y sonreir tranquilamente, ahora tambien lo hago la verdad, para que mentir ejeje lo sigo haciendo y sobre todo cuando me dan bajones muy muy fuertes me olvido completamente de quien es el chico de 19 años que veo frente al espejo
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pues si, soy un soñador..o será que estoy siempre enbabia..sueño hasta despierto
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“La lógica te llevará de la A a la B. La imaginación te llevará a todas partes.”
Einstein |
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afortunadamente he sabido como canalizar eso, transformar todas esas maravillosas historias y divertidas en guiones. pero si es cierto q es lo unico q te hace feliz, por q es en el unico sitio donde puedes llevar de verdad la vida q siempre has querido tener. q curioso, no sabia q eso era propio de la fobia social. |
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Si! siempre lo hago! Se podria decir que ya soy especialista en ello.
He creado tantos mundos fantasticos, estado con cuanto chico deseaba, todo perfecto , la vida como yo la quiero. Verdaderas novelas realmente, como dicen muchos aqui. Bueno , al menos se que no soy la unica. Saludos. |
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La imaginación es una pieza importante en mi sistema de autodefensa. Cada vez que estoy en una situación que pone a prueba mi autodominio simplemente escapo para mis adentros y así logro evitar hacer cosas de las que luego me arrepentiré.
Cuando se tiene una vida miserable como la mia la imaginación es lo único que te mantiene aquí. Desde muy pequeño siempre he vivido en un mundo aparte, imaginando situaciones donde todos mis defectos se convierten en virtudes. Me he pasado la vida imaginando y quizás sea por eso que tengo cierta habilidad creativa en muchas cosas. |
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Me gusta bastante, de hecho creo que sería bueno buscar lugares o momentos donde imaginar mejor. Tampoco se trataría de "refugiarse" tanto, sino como una actividad más por hacer de vez en cuando, es como relajante.
Ya de forma aparte, En tiempos de crisis si que es fundamental, como decía él. |
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Me gusta mucho "La ciencia del sueño", una película de Michel Gondry, en la cual el personaje principal tiene una forma muy particular de ser en general, pero que es aun más particular en su privacidad (y con eso es con lo cual me identifico): básicamente vive en otro mundo allí. Después comienza a confundir sus dos realidades. Bien, yo no llego a ese extremo, pero si llego al exceso de fantasía en mi privacidad; desde que me levanto, incluso con el cerebro atontado, ya empiezo a fantasear y a seguir el hilo de la historia del día anterior. Es verdadermante irrisorio, patético y por sobre todas las cosas, inevitable. |
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Eso antes me pasaba, pero hoy en día he perdido la capacidad de éso(o creo que dejé de hacerlo porque ya no me dan ganas de entrar a un mundo que sólo existía en mi imaginación :/)
- Pos antes me encerraba en mi pieza a imaginar otro futuro, pensando: si no hubiera tomado decisiones correctas y no las erróneas, de esta forma sería mi vida y así entraba a imaginar... Hasta meterme de lleno en esa realidad. |
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Yo he creado una Ciudad-Estado (utopía) totalmente completa y sin dejar escapar detalle alguno.
En esa ciudad VIVO [mentalmente], pero (ahora) trato de no perder tanto contacto con la realidad y así poder realizar ese sueño. :mrgreen: En realidad no es la gran cosa... no es ninguna utopía hippie o naturalista ni tampoco una utopía futurista de ciencia-ficción, pero es mucho mejor que mi ciudad y -en mi opinión- que cualquier otra en el mundo. También imagino alternativas a la continuación (o el final) de mis series favoritas y, a veces, de películas. O les invento un spin-off... más que todo a las series, aunque a veces también a las películas. |
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De chico, si. Me encantaba evadirme de mi difícil realidad soñando despierto, viviendo historias en las cuales yo siempre era el héroe y el portador de incalculables virtudes.. allí podia ser quien en el fondo añoraba ser.
Además de soñar despierto tenía mucha imaginación para inventar historias con mis juguetes (7-11 años, mas o menos); a veces improvisaba auténticos guiones cinematográficos. Eso si; en cualquiera de todas aquellas historias nunca faltaba la melancolía, hasta el punto en que yo mismo llegaba a derramar lágrimas contemplando las tristes desventuras del personaje principal... Pero siempre, siempre al final de todo se alcanzaba una resolución que lograba enjugar mis lágrimas y dibujarme una sonrisa. Si que era especialmente sensible.. lamentablemente eso no hacía más que actuar como un amplificador de las desgracias que tenía que soportar. Volviendo a lo de soñar despierto, que es a lo que la mayoría se ha estado refiriendo: Continué haciéndolo mucho tiempo, hasta que comprendí que aquello no era más que una insoportable pérdida de tiempo. Lentamente fui alcanzando la madurez para entender que la vida real es lo único que importa, y que si seguía perdiendo mi tiempo ya sea en vivir fantasías o en buscar evasiones (videojuegos en ese entonces)... mi vida acabaría en la basura. Que suerte que llegué a esa conclusión relativamente pronto, y hoy ya he atravesado todo el lento proceso que significa abandonar la evasión para pasar la mayor parte del tiempo consciente y afrontando la realidad. Los sueños despierto los sigo teniendo, pero se han convertido en una herramienta (siempre que las pasiones no me arrebaten el control..). Su principal función es la de establecer objetivos; ¿como sueño ser? ¿que sueño tener? Entonces, a poner manos a la obra. También es muy útil para hacer anticipaciones; sobretodo a la hora de afrontar un reto social, una imaginación potente que nos trasporte al lugar y el momento que nos angustia antes de que en realidad estemos allí, puede ser de ayuda como una especie de insensibilización, logrando así una "preparación emocional" que hace todo más sencillo. Claro que es bueno de vez en cuando distenderse y dejar volar la imaginación.. Pero ustedes entienden lo que es "perderse" y "volar" todo el tiempo en mundos inexistentes. A eso me refiero. Si se quiere luchar por mejorar, antes hay que bajar a la tierra; donde está el campo de batalla. Es necesario dejar la seguridad de las nubes. Al principio es factible bajar de vez en cuando para participar de alguna escaramuza, y como nuestras fuerzas serán pocas subiremos el tiempo suficiente para recuperarnos y no desfallecer. Pero es imperiosa la necesidad de fortalecerse cuanto antes, y establecer ya de una vez por todas el campamento en tierra firme. P.D: Por cierto, deberían leer "Noches Blancas" de Dostoievski si no lo han hecho. Muchos de los que han posteado se asombrarían de cómo se les asemeja el personaje principal en el aspecto que estamos tratando... |
Respuesta: El placer de imaginar
Omra...... es ya lo que nos queda a algunos de nosotros...¿que haríamos si nos quitaran la imaginanción...algunos?
lo miro como un salvamento,una evasión....un fuente ideas. y se consigue felicidad por momentos con ella. No eres el único no. yo tambien la practico,y la considero muy útil. imaginando cosas buenas,y que nos ayuden no le veo nada de perjudicial,el problema sería..si pensáramos(imagináramos) en cosas nefastas,crueles. sólo añado que lo mismo me pasa con los sueños,cuando los he tenido hermosos ,me han transportado,me despierto con una sensación de suma dicha. Ahí es todo como uno desea,como uno imagina,ahí hay lo que uno quiere,perfección ,magia lugares maravillosos..¡lo que quieras¡ si. viva la imaginación(de quien la sabe usar)... |
Respuesta: El placer de imaginar
Si hubiese un ranking de posts más beneficiosos y saludables, creo que este tendría una muy buena valoración.
¡Enhorabuena! A veces me enorgullezco de pertenecer a este foro. Y sí, yo también imagino, de hecho es mi segunda o tercera profesión. La mente nos da la oportunidad de asentar nuestros mejores deseos en terreno firme. ¿Y quién es nadie para decirnos lo que es real o no es real? No seré yo quien diga que se debería olvidar la realidad y, al estilo de nuestro eterno Don Quijote, escondernos en un mundo épico de caballeros y princesas pero... de vez en cuando es bueno perderse en las ensoñaciones que nos satisfacen y nos liberan de tensiones y frustraciones de la vida diaria. |
Respuesta: El placer de imaginar
escapar de la realidad.. no es nada nuevo. todos lo hacen siempre
hay personas que sin saber.. estan siendo lastimadas por haber nacido en circunstancias negativas para su felicidad por ej, sin comunicacion familiar por considerarse "pecado" hablar de lo que no se debe, o sea manipulacion de sectas (todas las religiones) sentirte obligada a actuar una vida donde inconcientemente sabes es en vano y sus consecuencias... mortales, debido a lo que te muestran las "noticias", guerras, crisis, hambre, etc.. te das cuenta que serás parte de ése SISTEMA factores como esos en tu vida desde niño.. harán que tu subconciente te proteja haciendote viajar lejos... PERO EN TU MENTE quizás algun día aprendas una lección PRÁCTICA y puedas HACER tus IDEAles en vez de solo imaginarlos... o descubrir una nueva manera de vivir pero que no te lastimes mas ojo con las sectas, trataran de ofrecerte justamente eso y te manipularán saludos |
Respuesta: El placer de imaginar
Me encanta imaginar o soñar despierta dejar vagar mi imaginacion en civilizaciones pasadas,o recrear las peliculas y series o los libros que mas me gustan metiendome yo de lleno en la historia :risita: si es un verdadero placer y sinceramente creo que en mis peores momentos esta cualidad me salvo de volverme loca.
Muchas personas creen que esto es negativo pero yo no lo veo así mientras sepas diferenciar tus fantasías de lo real todo esta bien. Lo veo mas bien como un mecanismo de defensa nos sirve para lidiar con los problemas emocionales,podemos construir una fortaleza imaginaria donde sentirnos en paz,a salvo y tranquilos,tambien sobrellevar los negativos sentimientos de soledad e incomprensión. Ademas la imaginación ayuda al cerebro a estar activo es como hacer gimnasia mental :perfecto: |
Respuesta: El placer de imaginar
Siempre lo hago pero eso llega a deprimirme mas... :madremia:
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Respuesta: El placer de imaginar
Solía soñar despierto sobre todo cuando estaba en casa "estudiando", pero al volver a la realidad, me deprimía. Probé por escribir todo eso que pensaba, pero al cabo de un tiempo me empezó a dar pereza, y la verdad es que ahora he cambiado todos esos pensamientos, por otros mucho peores, pensamientos obsesivos sobre la muerte o cosas del estilo.
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Respuesta: El placer de imaginar
para algunas personas el poder de la imaginación tiene el mismo efecto que el poder de las vivencias, quien tiene ese poder es afortunado.
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Respuesta: El placer de imaginar
Imaginar que dulce placer ;-)
El que tiene imaginación sin instrucción tiene alas sin pies |
Respuesta: El placer de imaginar
Es raro, si bien es hermoso imaginar también puede ser muy cruel, como vos decís, de caer en la realidad y darte cuenta que las cosas lindas solo pasan en tu cabeza. También es un modo de escapar de muchos problemas en mi caso. Como diría la canción "estoy mas tiempo en mi cabeza que al sol"
En fin .... De ir buscando fantasías me choqué con la realidad, para dónde hay que salir? para dónde hay que arrancar? |
Respuesta: El placer de imaginar
Yo lo hacía antes y la verdad, creo que es la felicidad.
Está científicamente estudiado que las ondas de baja frecuencia en el cerebro (ese estado de ensoñación) en ese estado se produce la felicidad y aumenta el deseo sexual. A lo mejor estoy improvisando un poco de mi cosecha tras mi mala memoria, pero bueno. |
Respuesta: El placer de imaginar
"El placer de imaginar" ......una constante en mi dia a dia:D
¿Que sería la vida sin ese placer que unas veces nos evade y otras veces nos enfrenta a la realidad cuando imaginamos con personas reales o situaciones se podrían realizar pero nunca lo hacen?.....:nolose: Mi nick lo dice todo... |
Respuesta: El placer de imaginar
Escribo historias cuando la inspiraciòn pasa por mi casa. A veces son inspiraciones de la vida misma, del arte supremo de vivir, pues la vida es un regalo envuelto infinitas veces, al final nunca sabes lo que es, lo unico seguro es que siempre te sorprendera si no se pierde la ilusiòn y la acciòn.
Imaginar es una llave que puede abrir casi cualquier puerta, incluso la del corazòn. Es una herramienta del alma que alberga en el corazòn de las personas sensibles. |
Respuesta: El placer de imaginar
Imaginación es el lugar donde habito, porque es el único sitio donde encuentro agua y comida. Es el país más frondoso, fértil y seguro de los que conozco. Sus escenarios son infinitos y los recorro infatigable mediante los medios de locomoción más livianos. El paisanaje está a la altura del paisaje. Los colores son sabores, los olores son tangibles. Los sonidos se respiran y los pensamientos son visibles. Allí el diccionario es reducido a la mitad: no existe la palabra cautividad, ni dolor, ni desesperanza, ni soledad...
No me destierres nunca, verdadera patria, porque no tengo a dónde ir... |
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Respuesta: El placer de imaginar
Yo suelo imaginar mi vida siendo rico, 0 problemas económicos, haciendo lo que de verdad quiero hacer y me gusta que en la actualidad por el dinero es imposible.
Y luego me imagino en la ruina sin un céntimo viviendo debajo de un puente sin trabajo ni futuro. :D Es como un boomerang, los pensamientos negativos se van, pero luego siempre vuelven ahaha Y casi siempre esos pensamientos negativos creo que me los merezco como castigo, aunque no se que castigo, por ser un fracasado? que le vamos a hacer :nolose: |
Respuesta: El placer de imaginar
Les voy a traer tres fragmentos de la novela "Noches Blancas" de Dostoievski, la cual les había mencionado en un post anterior. Sé que hay muchos lectores curiosos en el foro que los leerán.
Aquí el primer fragmento: "-Lo que oye usted, Nastenka (me parece que no me cansaré ya nunca de llamarla Nastenka), lo que oye usted es que en esos rincones viven unas gentes extrañas: los soñadores. El soñador -si se quiere una definición más precisa- no es un hombre ¿sabe usted? sino una criatura de género neutro. Por lo común se instala en algún rincón inaccesible, como si se escondiera del mundo cotidiano. Una vez en él, se adhiere a su cobijo como lo hace el caracol, o, al menos, se parece mucho al interesante animal, que es a la vez animal y domicilio, llamado tortuga. ¿Por qué piensa usted que se aficiona tanto a sus cuatro paredes, inde fectiblemente pintadas de verde, cubiertas de hollín, tristes y llenas de un humo inaguantable? ¿Por qué este ridículo señor, cuando viene a visitarle uno de sus raros conocidos (pues lo que pasa al cabo es que se le agotan los amigos), por qué este ridículo señor le recibe tan turbado, tan alterado de rostro y en tal confusión que se diría que acaba de cometer un delito entre sus cuatro paredes, que ha fabricado billetes falsos, o que ha compuesto algunos versecillos para mandar a alguna revista bajo carta anónima en la que declara que el verdadero autor de ellos ha muerto ya y que un amigo suyo considera deber sagrado darlos a la estampa? Diga, Nastenka, ¿por qué no cuaja la conversación entre estos dos interlocutores? ¿Por qué ni la risa ni siquiera una frasecilla vivaz brotan de los labios del perplejo visitante, quien en otras ocasiones ama la risa, las frasecillas vivaces los comentarios sobre el bello sexo y otros temas festivos? ¿Por qué también ese amígo, probablemente reciente, en su primera visita (porque en tales casos no habrá una segunda, ya que ese amigo no volverá), por qué también el amigo se queda azorado, lelo, a pesar de toda su agudeza (si efectivamente la tiene), mirando el torcido gesto del dueño, quien por su parte ha tenido ya tiempo bastante para embrollarse por completo tras los esfuerzos tan titánicos como inútiles que ha hecho por avivar la conversación, por mostrar su propio conocimiento de las cosas mundanales, por hablar a su vez del bello sexo y aun por agradar humildemente a ese pobre hombre que allí nada tiene que hacer y que ha venido por equivocación a visitarle? ¿Por qué, en fin, el visitante coge de pronto su sombrero y sale disparado, habiendo recordado de pronto un asunto urgentísimo que por supuesto no existe, una vez que ha librado la mano del cálido apretón de la del -dueño, quien trata en vano de mostrar su contrición y recobrar el terreno perdido? ¿Por qué el visitante, traspasada la puerta de salida, suelta la carcajada y jura no volver a visitar a ese sujeto estrafalario, aunque ese sujeto estrafalario es en realidad un chico excelente? ¿Por qué, con todo, el visitante no puede resistir la tentación de comparar, siquiera forzadamente, la cara de su amigo durante la entrevitsa con la de un gato infeliz que han maltratado, vapuleándolo y aterrorizándolo a mansalva, unos niños quienes, habiéndolo capturado insidiosamente, lo han dejado hecho una lástima? ¿Gato que logra por fin meterse debajo de una silla, en la oscuridad, donde se ve obligado a pasar una hora entera, erizado todo él, dando resoplidos, lavándose las heridas recibidas, y que durante largo tiempo, mirará con desvío la naturaleza y la vida, incluso los restos de comida que de la mesa del amo le guarda, compasiva, una ama de llaves ... ? -Oiga interrumpió Nastenka, que me había escuchado todo ese tiempo absorta, con los ojos y la boca abiertos-. Oiga, yo no sé por qué ha ocurrido todo eso ni por qué me hace usted esas preguntas ridículas. Lo que sí sé de cierto es que sin duda todas esas aventuras le han ocurrido a usted -tal como las cuenta. -Ni que decir tiene -contesté yo con cara muy seria. -Bueno, si es así, siga -prosiguió Nastenka-, porque me interesa mucho saber cómo termina la cosa. -¿Usted quiere saber, Nastenka, qué hacía en su rincón nuestro héroe, o, mejor dicho, qué hacía yo, porque el héroe de todo ello soy yo, mi propia y modesta persona? ¿Usted quiere saber por qué me alarmó y turbó tanto la visita inesperada de un amigo? ¿Usted quiere saber por qué me solivianté y me ruboricé tanto cuando se abrió la puerta de mi cuarto? ¿Por qué no sabía recibir visitas y por qué quedé aplastado tan vergonzosamente bajo el peso de mi propia hospitalidad? -Sí, sí -respondió Nastenka-. De eso se trata." Más adelante posteo el segundo.. |
Respuesta: El placer de imaginar
Aquí el segundo fragmento:
"-Prosigo. Hay en mi día, Nastenka, amiga mía, una hora que aprecio extraordinariamente. Es la hora en que han terminado los negocios, el trabajo, las obligaciones, y la gente regresa apresuradamente a casa para comer y descansar. En camino piensa en cosas agradables que hacer durante la velada, la noche y todo el tiempo libre de que dispone. A esa hora también nuestro héroe (y permítame, Nastenka, que hable en tercera persona, porque en primera me resultaría sumamente vergonzoso decirlo), repito, a esa hora también nuestro héroe, que como todo hijo de vecino tiene sus ocupaciones, vuelve a casa con los demás. En su rostro pálido y surcado de arrugas se dibuja un extraño sentimiento de satisfacción. Mira con interés el crepúsculo vespertino que se apaga lentamente en el cielo frío de Petersburgo. Cuando digo que mira, miento. No mira, sino que contempla distraídamente, como si estuviera fatigado o preocupado de algo más interesante en ese momento. De modo que quizá sólo fugazmente, casi sin querer, puede ocuparse de lo que le rodea. Está satisfecho porque se ha desembarazado hasta el día siguiente de asuntos enojosos, y está alegre como un colegial a quien permiten que deje el banco de la escuela para entregarse a sus travesuras y juegos favoritos. Obsér vele de soslayo, Nastenka, y al punto verá que esa sensación de gozo ha influido ya de manera positiva en sus débiles nervios y en su fantasía morbosamente irritada. Mire, está pensando en algo... ¿En la comida quizá? ¿En cómo va a pasar la velada? ¿En qué fija los ojos? ¿En ese caballero de aspecto importante que saluda tan pintorescamente a la dama que pasa junto a él en un espléndido carruaje tirado por veloces caballos? No, Nastenka. Ahora no le importan nada esas menudencias. Ahora se siente rico de su propia vida. De pronto, por un motivo ignorado, se sabe rico. Y no en vano el sol poniente le lanza un alegre rayo de despedida y despierta en su tibio corazón todo un enjambre de impresiones. Ahora apenas se da cuenta del camino en el que poco antes le hubiera llamado la atención la minucia más insignificante. Ahora la «diosa Fantasía» (si ha leído usted a Zhukovski, querida Nastenka) ha bordado con caprichosa mano su tela de oro y ha mandado, para que las desplieguen ante él, alfombras de vida inaudita, milagrosa. ¿Quién sabe si no le ha transportado con su mano mágica de la acera de excelente granito por la que vuelve a casa al séptimo cielo de cristal? Trata usted de detenerle ahora, de preguntarle dónde se encuentra ahora, por qué calles va. Lo probable es que no recuerde ni por dónde va ni dónde está en ese momento, y enrojeciendo de irritación soltará sin duda alguna mentira para salir del paso. Por eso se sorprende, está a punto de lanzar un grito y mira atemorizado a su alrededor cuando una anciana venerable le detiene cortésmente en la acera para pedirle direcciones por haberse equivocado de camino. Sigue adelante con el entrecejo fruncido de enojo, sin percatarse apenas de que más de un transeúnte se sonríe al verle y se vuelve a mirarle cuando pasa, ni de que una muchachita, que le cede tímidamente la acera, rompe a reír estrepitosamente, hecha toda ojos, al ver su ancha sonrisa contemplativa y los aspavientos que hace. Y, sin embargo, esa misma fantasía ha arrebatado también en su vuelo juguetón a la anciana, a los transeúntes curiosos, a la chica de la risa y a los marineros que al anochecer se sientan a comer en las barcazas con las que forman un dique en la Fontanka (supongamos que nuestro héroe pasa por allí a esa hora). Ha prendido traviesamente en su lienzo a todo y a todos, como moscas en una telaraña. Y con esa riqueza recién adquirida el tipo estrafalario entra en su acogedora ma driguera, se sienta a cenar, termina de cenar y al cabo de un rato se despabila sólo cuando la pensativa y siempre triste Matryona, la criada que le sirve, levanta los manteles y le da la pipa. Se despabila y recuerda con asombro que ya ha cenado, sin darse la menor cuenta de cómo ha ocurrido la cosa. La habitación está a oscuras. La aridez y la tristeza se adueñan del alma de nuestro héroe. El castillo de sus ilusiones se ha venido sin estrépito, sin dejar rastro, se ha esfumado como un sueño; y él ni siquiera se percata de que ha estado soñando. Pero en su pecho siente todavía una vaga sensación que lo agita ligeramente. Un nuevo deseo le cosquillea tentadoramente la fantasía, la estimula e imperceptiblemente suscita todo un conjunto de nue vas quimeras. El silencio reina en la pequeña habitación. La soledad y la indolencia acarician la fantasía. asta se enciende poco a poco, empieza a bullir como el agua en la cafetera de la vieja Matryona, que tranquilamente sigue con sus faenas en la cocina, preparando su detestable café. La fantasía empieza a desbordarse entre alguna que otra llamarada. Y he aquí que el libro cogido al azar, maquinalmente, se le cae de la mano a mi soñador, que no ha llegado ni a la tercera página. Su fantasía despierta de nuevo, está en su punto. De pronto, un mundo nuevo, una vida nueva y fascinante, resplandece ante él con brillantes perspectivas. Nuevo sueño, nueva felicidad. Nueva dosis de veneno sutil y voluptuoso. ¿Qué le importa a él nuestra vida real? ¡A sus ojos hechizados, usted, Nastenka, y yo llevamos una existencia tan apagada, tan lenta y desvaída, estamos todos, en su opinión, tan descontentos con nuestra suerte, nos aburrimos tanto en nuestra vida! En efecto, fíjese bien y verá cómo a primera vista todo es frío, lúgubre y, por así decirlo, enojoso entre nosotros. «¡Pobre gente!» piensa mi soñador; y no es extraño que así lo piense. Observe esas visiones mágicas que de manera tan encantadora, tan sugestiva y fluida componen ante sus ojos ese cuadro animado y subyugante, en cuyo primer plano la figura principal es, por supuesto, él mismo, nuestro soñador, su propia persona que rída. Fíjese en las diversas aventuras, en la infinita procesión de sueños ardientes. Quizá pregunta usted con qué sueña. ¿Para qué preguntarlo? Sueña con todo, con la misión del poeta, desconocido primero e inmortalizado después, con que es amigo de Hoffmann, con la noche de San Bartolomé, con Diana Vernon, la heroína de Rob Roy, con actos de heroísmo en ocasión de la toma de Kazan por Iván el Terrible, con Clara Mowbray y Effie Deans, otras heroínas de Walter Scott, con el sínodo de prelados y Huss ante ellos, con la rebelión de los muertos en Roberto el Diablo (¿se acuerda de la música? ¡huele a cementerio!), con la batalla de Berezina, con la lectura de poemas en casa de la condesa V.D., con Danton, con Cleopatra e i suoi amanti, con La casita en Kolomma de Pushkin, con su propio rincón, junto a un ser querido que le escucha como usted me escucha ahora, ángel mío, con la boca y los ojos abiertos en una noche de invierno. No, Nastenka, ¿qué le importa a él, hombre voluptuoso, esta vida a la que usted y yo nos aferramos tanto? A juicio suyo es una vida pobre, miserable, aunque no prevé que también para él acaso sonará alguna vez la hora fatal en que por un día de esta vida miserable daría todos sus años de fantasía, y no los daría a cambio de la alegría o la felicidad, ni tendría preferencias en esa hora de tristeza, arrepentimiento y dolor puro y simple. Pero has ta tanto que llegue ese momento amenazador nuestro héroe no desea nada, porque está por encima del deseo, porque está saciado, porque es artista de su propia vida y se forja cada hora según su propia voluntad. ¡Es tan fácil, tan natural, crear ese mundo legendario, fantástico! Se diría, en efecto, que no es una ilusión. A decir verdad, en algunos momentos, está dispuesto a creer que esa vida no es una excitación de los sentidos, ni un espejismo, ni un engaño de la fantasía, sino algo real, auténtico, palpable. Dígame, Nastenka, ¿por qué en tales momentos se corta el aliento? ¿Por qué arte de magia, por qué incógnito arbitrio se le acelera el pulso al soñador, se le saltan las lágrimas, le arden las mejillas humedecidas y se siente penetrado por un inmenso deleite? ¿Por qué pasan en un segundo noches enteras de insomnio, en gozo y felicidad inagotables? ¿Y por qué, cuando la aurora toca las ventanas con sus dedos rosados y el alba ilumina el cuarto sombrío con su luz incierta y fantástica, como sucede aquí en Petersburgo, nuestro soñador, fatigado, extenuado, se deja caer en el lecho, presa de un sopor causado por la exaltación enfermiza y aberrante de su espíritu, y con un dolor de corazón en que se mezclan la angustia y la dulzura? Sí, Nastenka, nuestro héroe se engaña y cree a pesar suyo que una pasión genuina, verdadera, le agita el alma; cree a pesar suyo que hay algo vivo, palpable, en sus sueños incorpóreos. ¡Y qué engaño! El amor ha prendido en su pecho con su gozo infinito, con sus agudos tormentos. Basta mirarle para con vencerse. ¿Querrá usted creer al mirarle,- querida Nastenka, que nunca ha conocido de verdad a la que tanto ama en sus sueños desenfrenados? ¿Es posible que tan sólo la haya visto en sus quimeras seductoras, que esta pasión no sea sino un sueño?" |
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Ya en serio perder mi capacidad de imaginar seria también sinónimo de perder mi capacidad de crear, seria perder todo mi ser. Cita:
Como ya mencione para mi imaginar es crear, y jamás quiero perder esa capacidad creativa. A veces es bueno perderse en la imaginación siempre y cuando conozcamos el camino de regreso a la realidad. Cita:
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Respuesta: El placer de imaginar
No quiero ser aguafiestas, pero lo malo es cuando te pasas más tiempo viviendo en el mundo de la fantasía que en el mundo real. Como dijo W.Allen,
"Odio la realidad, pero es en el único sitio donde se puede comer un buen filete." |
Respuesta: El placer de imaginar
Cita:
Albert Einstein |
Respuesta: El placer de imaginar
yo hago eso,pero escuchando musica,si no no puedo imaginarme nada,y me imagino como una persona que quiesiera ser o como quisiera actuar,tambien me imagino cosas malas pero eso quien sabe porque haha
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Respuesta: El placer de imaginar
...Todos los dias hablo con mis amigos imaginarios via facebook :risita:
Creo que en algun momento eso llega a ser algo intoxicante y dañino.. |
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