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Respuesta: Poesía
LOS DADOS ETERNOS"
Para Manuel Gonzales Prada, esta emoción bravía y selecta, una de las que, con más entusiasmo, me ha aplaudido el gran maestro. Dios mío, estoy llorando el sér que vivo; me pesa haber tomádote tu pan; pero este pobre barro pensativo no es costra fermentada en tu costado: ¡tú no tienes Marías que se van! Dios mío, si tú hubieras sido hombre, hoy supieras ser Dios; pero tú, que estuviste siempre bien, no sientes nada de tu creación. ¡Y el hombre sí te sufre: el Dios es él! Hoy que en mis ojos brujos hay candelas, como en un condenado, Dios mío, prenderás todas tus velas, y jugaremos con el viejo dado. Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte del universo todo, surgirán las ojeras de la Muerte, como dos ases fúnebres de lodo. Dios míos, y esta noche sorda, obscura, ya no podrás jugar, porque la Tierra es un dado roído y ya redondo a fuerza de rodar a la aventura, que no puede parar sino en un hueco, en el hueco de inmensa sepultura. Cesar Vallejo |
Respuesta: Poesía
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos. El niño la mira, mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño. Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, harían con tu corazón collares y anillos blancos. Niño, déjame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque con los ojillos cerrados. Huye luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. Niño, déjame, no pises mi blancor almidonado. El jinete se acercaba tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el niño, tiene los ojos cerrados. Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados. Cómo canta la zumaya, ¡ay, cómo canta en el árbol! Por el cielo va la luna con un niño de la mano. Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. El aire la está velando. Romance de la luna. Federico García Lorca. |
Respuesta: Poesía
os reto.. a descubrirme algo más ..algo
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Respuesta: Poesía
Oscuridad habita en tu interior,
el vacío que llena tu vida es real, Lágrimas de sal, abrasan tu piel una vez mas... Una silueta, una sombra vive en tu interior, algo oculto tras el dolor.. ¿Qué eres? Aplastando cada atisbo de esperanza, rompiendo cada sueño, desenmascarando la mentira, destrozando la bondad, Algo tan profundo que desgarra la verdad. |
Respuesta: Poesía
Le arranqué las alas a la mosca y descubrí un hombre.
"Le arranqué las alas a la mosca y descubrí un hombre. Un hombre pequeñito. Sé que no se hace, pero no es el punto. Ya habrá tiempo para eso. Lo importante aquí es que descubrí al hombre. Y el descubrimiento me aturdió. Entonces quise ordenar. Ordenar el descubrimiento, me refiero. Saqué un cuaderno. Busqué un lápiz. Sin alas la mosca se convierte en hombre, anoté. Luego pensé que no convenía hacer máximas. Cerré el cuaderno. Sobre la mesa, a un costado, estaba la mosca sin alas. O más bien el hombre pequeñito. No sabía cómo nombrarlo, por cierto. Ese era parte del problema. Así, me acerqué hasta aquello para saber si hablaba. Lo apreté un poco, incluso, para ver si hacía ruido. Pero él no se inmutaba. Tal vez solo es una mosca rara, me dije. Una mosca sin alas que me ha causado impresión. Pero claro… justo entonces la mosca se puso de pie y se sacudió un poco. Miró una de sus patas como si tuviese un reloj y dio unos pasos. Erguido. Yo debía, sin embargo, seguir con mi rutina. Deberes, ordenar algunas cosas… no podía hacerme cargo de esa mosca. Luego deberé preocuparme por sus sentimientos, pensé. Quise retroceder el tiempo y ponerle las alas. Desee que aquello volviese a ser una mosca simplemente. Nada más. Comprender por qué la acción esa, de arrancarle las alas. Sin pensar. Sin decidirlo, incluso. La mosca erguida, desde la mesa, me miraba como exigiendo comprensión. Le arranqué las alas a la mosca y descubrí un hombre, le dije. Un hombre pequeñito." |
Respuesta: Poesía
Ya hablaremos de nuestra juventud Ya hablaremos de nuestra juventud, ya hablaremos después, muertos o vivos con tanto tiempo encima, con años fantasmales que no fueron los nuestros y días que vinieron del mar y regresaron a su profunda permanencia. Ya hablaremos de nuestra juventud casi olvidándola, confundiendo las noches y sus nombres, lo que nos fue quitado, la presencia de una turbia batalla con los sueños. Hablaremos sentados en los parques como veinte años antes, como treinta años antes, indignados del mundo, sin recordar palabra, quiénes fuimos, dónde creció el amor, en qué vagas ciudades habitamos. Pedro Lastra |
Respuesta: Poesía
Relato de Sergio Stepansky "¡Juego mi vida! ¡Bien poco valía! ¡La llevo perdida sin remedio!" Erik Fjordsson. Juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos la llevo perdida... Y la juego o la cambio por el más infantil espejismo, la dono en usufructo, o la regalo... La juego contra uno o contra todos, la juego contra el cero o contra el infinito, la juego en una alcoba, en el ágora, en un garito, en una encrucijada, en una barricada, en un motín; la juego definitivamente, desde el principio hasta el fin, a todo lo ancho y a todo lo hondo —en la periferia, en el medio, y en el sub-fondo...— Juego mi vida, cambio mi vida, la llevo perdida sin remedio. Y la juego, o la cambio por el más infantil espejismo, la dono en usufructo, o la regalo...: o la trueco por una sonrisa y cuatro besos: todo, todo me da lo mismo: lo eximio y lo rüin, lo trivial, lo perfecto, lo malo... Todo, todo me da lo mismo: todo me cabe en el diminuto, hórrido abismo donde se anudan serpentinos mis sesos. Cambio mi vida por lámparas viejas o por los dados con los que se jugó la túnica inconsútil: —por lo más anodino, por lo más obvio, por lo más fútil: por los colgajos que se guinda en las orejas la simiesca mulata, la terracota nubia; la pálida morena, la amarilla oriental, o la hiperbórea rubia: cambio mi vida por una anilla de hojalata o por la espada de Sigmundo, o por el mundo que tenía en los dedos Carlomagno: —para echar a rodar la bola... Cambio mi vida por la cándida aureola del idiota o del santo; la cambio por el collar que le pintaron al gordo Capeto; o por la ducha rígida que llovió en la nuca a Carlos de Inglaterra; la cambio por un romance, la cambio por un soneto; por once gatos de Angora, por una copla, por una saeta, por un cantar; por una baraja incompleta; por una faca, por una pipa, por una sambuca... o por esa muñeca que llora como cualquier poeta. Cambio mi vida —al fiado— por una fábrica de crepúsculos (con arreboles); por un gorila de Borneo; por dos panteras de Sumatra; por las perlas que se bebió la cetrina Cleopatra— o por su naricilla que está en algún Museo; cambio mi vida por lámparas viejas, o por la escala de Jacob, o por su plato de lentejas... ¡o por dos huequecillos minúsculos —en las sienes— por donde se me fugue, en grises podres, la hartura, todo el fastidio, todo el horror que almaceno en mis odres...! Juego mi vida, cambio mi vida. De todos modos la llevo perdida... León De Greiff |
Respuesta: Poesía
Todo es muy simple Todo es muy simple mucho más simple y sin embargo aún así hay momentos en que es demasiado para mí en que no entiendo y no sé si reírme a carcajadas o si llorar de miedo o estarme aquí sin llanto sin risas en silencio asumiendo mi vida mi tránsito mi tiempo. Idea Vilariño |
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