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Respuesta: Poesía
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por un minuto de vida breve única de ojos abiertos por un minuto de ver en el cerebro flores pequeñas danzando como palabras en la boca de un mudo 13 explicar con palabras de este mundo que partió de mí un barco llevándome 14 El poema que no digo, el que no merezco. Miedo de ser dos camino del espejo: alguien en mí dormido me come y me bebe. 15 Extraño desacostumbrarme de la hora en que nací. Extraño no ejercer más oficio de recién llegada. 17 Días en que una palabra lejana se apodera de mí. Voy por esos días sonámbula y transparente. La hermosa autómata se canta, se encanta, se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos donde me danzo y me lloro en mis numerosos funerales. (Ella es su espejo incendiado, su espera en hogueras frías, su elemento místico, su fornicación de nombres creciendo solos en la noche pálida.) 23 una mirada desde la alcantarilla puede ser una visión del mundo la rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos. EL DESEO DE LA PALABRA La noche, de nuevo la noche, la magistral sapiencia de lo oscuro, el cálido roce de la muerte, un instante de éxtasis para mí, heredera de todo jardín prohibido. Pasos y voces del lado sombrío del jardín. Risas en el interior de las paredes. No vayas a creer que están vivos. No vayas a creer que no están vivos. En cualquier momento la fisura en la pared y el súbito desbandarse de las niñas que fui. Caen niñas de papel de variados colores. ¿Hablan los colores? ¿Hablan las imágenes de papel? Solamente hablan las doradas y de ésas no hay ninguna por aquí. Voy entre muros que se acercan, que se juntan. Toda la noche hasta la aurora salmodiaba: Si no vino es porque no vino. Pregunto. ¿A quién? Dice que pregunta, quiere saber a quién pregunta. Tú ya no hablas con nadie. Extranjera a muerte está muriéndose. Otro es el lenguaje de los agonizantes. He malgastado el don de transfigurar a los prohibidos (los siento respirar adentro de las paredes). Imposible narrar mi día, mi vía. Pero contempla absolutamente sola la desnudez de estos muros. Ninguna flor crece ni crecerá del milagro. A pan y agua toda la vida. En la cima de la alegría he declarado acerca de una música jamás oída. ¿Y qué? Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir. LA PALABRA DEL DESEO Esta espectral textura de la oscuridad, esta melodía en los huesos, este soplo de silencios diversos, este ir abajo por abajo, esta galería oscura, oscura, este hundirse sin hundirse. ¿Qué estoy diciendo? Está oscuro y quiero entrar. No sé qué más decir. (Yo no quiero decir, yo quiero entrar.) El dolor en los huesos, el lenguaje roto a palabras, poco a poco reconstituir el diagrama de la irrealidad. Posesiones no tengo (esto es seguro; al fin algo seguro). Luego una melodía. Es una melodía plañidera, una luz lila, una inminencia sin destinatario. Veo la melodía. Presencia de una luz anaranjada. Sin tu mirada no voy a saber vivir, también esto es seguro. Te suscito, te resucito. Y me dijo que saliera al viento y fuera de casa en casa preguntando si estaba. Paso desnuda con un cirio en la mano, castillo frío, jardín de las delicias. La soledad no es estar parada en el muelle, a la madrugada, mirando el agua con avidez. La soledad es no poder decirla por no poder circundarla por no poder darle un rostro por no poder hacerla sinónimo de un paisaje. La soledad sería esta melodía rota de mis frases. NOMBRES Y FIGURAS La hermosura de la infancia sombría, la tristeza imperdonable entre muñecas, estatuas, cosas mudas, faborables al doble monologo entre yo y mi antro lujurioso, el tesoro de los piratas enterrado en mi primera persona del singular. No se espera otra cosa que música y deja, deja que el sufrimiento que vibra en formas traidoras y demasiado bellas llegue al fonfo de los fondos. Hemos intentado hacernos perdonar lo que no hicimos, las ofensas fantásticas las culpas fantasmas. Por bruma, por nadie, por sombras, hemos expiado. Lo que quiero es honorar a la poseedora de mi sombra: la que sustrae de la nada nombres y figuras. VÉRTIGOS O CONTEMPLACIÓN DE ALGO QUE TERMINA Esta lila se deshoja. desde sí misma cae y oculta su antigua sombra. He de morir de cosas así. UN SUEÑO DONDE EL SILENCIO ES DE ORO El perro del invierno dentella mi sonrisa. Fue en el puente. Yo estaba desnuda y llevaba un sombrero con flores y arrastraba mi cadáver también desnudo y con un sombrero de hojas secas. He tenido muchos amores ---dije--- pero el más hermoso fue mi amor por los espejos. ESTAR Vigilas desde este cuarto donde la sombra temible es la tuya. No hay silencio aquí sino frases que evitas oír. Signos en los muros narran la bella lejanía. (Haz que no muera sin volver a verte.) NOCHE Quoi,toujours? Entre moi sans Cesse et le bonbeur! G. de nerval Tal vez esta noche no es noche, debe ser un sol horrendo, o lo otro, o cualquier cosa... ¡Qué sé yo! Faltan palabras, falta candor, falta poesía cuando la sangre llora y llora! ¡Pudiera ser tan feliz esta noche! Si sólo me fuera dado palpar las sombras, oír pasos, decir "buenas noches" a cualquiera que pasease a su perro, miraría la luna, dijera su extraña lactescencia tropezaría con piedras al azar, como se hace. Pero hay algo que rompe la piel, una ciega furia que corre por mis venas. ¡Quiero salir! Cancerbero del alma ¡Deja, déjame transpasar tu sonrisa! ¡Pudiera ser tan feliz esta noche! Aún quedan ensueños rezagados. ¡Y tantos libros! ¡Y tantas luces! ¡Y mis pocos años! ¿Por qué no? La muerte esta lejana. NO me mira. ¡Tanta vida Señor! ¿Para qué tanta vida? A LA ESPERA DE LA OSCURIDAD a Clara Silva Ese instante que no se olvida Tan vacío devuelto por las sombras Tan vacío rechazado por lor relojes Ese pobre instante adoptado por mi ternura Desnudo desnudo de sangre de alas Sin ojos para recordar angustias de antaño Sin labios para recoger el zumo de las violencias Perdidas en el canto de los helados campanarios Ampáralo niña ciega de alma Ponle tus cabellos escarchados por el fuego Abrázalo pequeña estatua de terror Señálale el mundo convulcionado a tus pies A tus pies donde mueren las golondrinas Tirirtantes de pavor frente al futuro Dile que los suspiros del mar Humeden las únicas palabras Por las que vale vivir Pero ese instante sudoroso de nada Acurrucado en la cueva del destino Sin manos para decir nunca Sin manos para regalar mariposas A los niños muertos. LA CARENCIA Yo no sé de pájaros, no conozco la historia del fuego. Pero creo que mi soledad debería tener alas. LA UNICA HERIDA ¿Qué bestia caída de pasmo se arrastra por mi sangre y quiere salvarse? He aquí lo difíci: caminar por las calles y señalar el cielo o la tierra. Exilio a Raúl Gustavo Aguirre Esta manía de saberme ángel, sin edad, sin muerte en qué vivirme, sin piedad por mi nombre ni por mis huesos que lloran vagando. ¿Y quién no tiene un amor? ¿Y quién no goza entre amapolas? ¿Y quién no posee un fuego, una muerte, un miedo, algo horrible, aunque fuere con plumas aunque fuere con sonrisas? Siniestro delirio amar una sombra. La sombra no muere. Y mi amor sólo abraza a lo que fluye como lava del infierno: una logia callada, fantasmas en dulce erección, sacerdotes de espuma, y sobre todo ángeles, ángeles bellos como cuchillos que se elevan en la noche y devastan la esperanza. La noche Poco sé de la noche pero la noche parece saber de mí, y más aún, me asiste como si me quisiera, me cubre la existencia con sus estrellas. Tal vez la noche sea la vida y el sol la muerte. Tal vez la noche es nada y las conjeturas sobre ella nada y los seres que la viven nada. Tal vez las palabras sean lo único que existe en el enorme vacío de los siglos que nos arañan el alma con sus recuerdos. Pero la noche ha de conocer la miseria que bebe de nuestra sangre y de nuestras ideas. Ella debe arrojar odio a nuestras miradas sabiéndolas llenas de intereses, de desencuentros. Pero sucede que oigo a la noche llorar en mis huesos. Su lágrima inmensa delira y grita que algo se fue para siempre. Alguna vez volveremos a ser. Azul mis manos crecían con música detrás de las flores pero ahora por qué te busco noche, por qué duermo con tus muertos Mi infancia y su perfume a pájaro acariciado. I nadie me conoce yo hablo la noche nadie me conoce yo hablo mi cuerpo nadie me conoce yo hablo la lluvia nadie me conoce yo hablo los muertos II sólo las palabras las de la infancia las de la muerte las de la noche de los cuerpos III el centro de un poema es otro poema el centro del centro es la ausencia en el centro de la ausencia mi sombra es el centro del centro del poema HISTORIA ANTIGUA En la medianoche vienen los vigías infantiles y vienen las sombras que ya tienen nombre y vienen los perdonadores de lo que cometieron mil rostros míos en la ínfima desgarradura de cada jornada. CUARTO SOLO (Versión inédita) Si te atreves a sorprender el sentido de esta vieja pared; y sus fisuras, desgarraduras, formando rostros, esfinges, manos, clepsidras, seguramente vendrá una presencia para tu sed, probablemente partirá esta ausencia que te bebe. FIESTA he desplegado mi orfandad sobre la mesa, como un mapa. Dibujé el itinerario hacia mi lugar al viento. Los que llegan no me encuentran. Los que espero no existen. Y he bebido licores furiosos para transmutar los rostros en un ángel, en vasos vacíos. EL CORAZON DE LO QUE EXISTE no me entregues, tristísima medianoche, al impuro mediodía blanco. EL OLVIDO en la otra orilla de la noche el amor es posible --llévame-- llévame entre las dulces sustancias que mueren cada día en tu memoria. MENDIGA VOZ Y aún me atrevo a amar el sonido de la luz en una hora muerta, el color del tiempo en un muro abandonado. En mi mirada lo he perdido todo. Es tan lejos pedir.Tan cerca saber que no hay. Enamorada de las palabras que crean noches pequeñas en lo increado del día y su vacío feroz. 4 Ser soñadora en su camisa azul que ama la tierra extraña o atreverme como la náufraga que vuelve al mar porque nadie se alegra de su salvación. PEQUEÑAS PROSAS (1968) UNA MUJER Una mujer muy fea, vestida de negro, se miraba en el espejo de su negocio del boulevard Raspail. Imaginé que le sacaba una foto y después ella me perseguía. SUEÑO Vivo en el Polo: montañas de sal, pájaros blancos sin pupilas ni patas. Es un desierto de nieve en cuyo centro hay un armario de madera. Los pájaros abren los cajones del armario. Cuando llega el último, salta una niña del tamaño de mi mano. LOS AUTOMATAS Nada mejor que pensar en los autómatas. Sobre todo ahora que hay esta luz espantosa, exactamente amarilla pero oscura. He caminado por la G/ rue Garancière y me reí al recordar que allí vivió Leibnitz. Luego volví a mi cuerpo y comencé a inventar autómatas, pegada la cara a la ventana mirando pasar gente y perros. Mi madre poética: Alejandra Pizarnik. No es de este mundo. |
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Criaturas en la aurora
Vosotros conocisteis la generosa luz de la inocencia. Entre las flores silvestres recogisteis cada mañana el último, el pálido eco de la postrer estrella. Bebisteis ese cristalino fulgor, que con una mano purísima dice adiós a los hombres detrás de la fantástica presencia montañosa. Bajo el azul naciente, entre las luces nuevas, entre los puros céfiros primeros, que vencían a fuerza de -candor a la noche, amanecisteis cada día, porque cada día la túnica casi húmeda se desgarraba virginalmente para amaros, desnuda, pura, inviolada. Aparecisteis entre la suavidad de las laderas, donde la hierba apacible ha recibido eternamente el beso instantáneo de la luna. Ojo dulce, mirada repentina para un mundo estremecido que se siente inefable más allá de su misma apariencia. La música de los ríos, la quietud de las alas, esas plumas que todavía con el recuerdo del día se plegaron para el amor como para el sueño, entonaban su quietísimo éxtasis bajo el mágico soplo de la luz, luna ferviente que aparecida en el cielo parece ignorar su efímero destino transparente. La melancólica inclinación de los montes no significaba el arrepentimiento terreno ante la inevitable mutación de las horas: era más bien la tersura, la mórbida superficie del mundo que ofrecía su curva como un seno hechizado. Allí vivisteis. Allí cada día presenciasteis la tierra, la luz, el calor, el sondear lentísimo de los rayos celestes que adivinaban las formas, que palpaban tiernamente las laderas, los valles, los ríos con su ya casi brillante espada solar, acero vívido que guarda aún, sin lágrimas, la amarillez tan íntima, la plateada faz de la luna retenida en sus ondas. Allí nacían cada mañana los pájaros, sorprendentes, novísimos, vividores, celestes. Las lenguas de la inocencia no decían palabras: entre las ramas de los altos álamos blancos sonaban casi también vegetales, como el soplo en las frondas. ¡Pájaros de la dicha inicial, que se abrían estrenando sus alas, sin perder la gota virginal del rocío! Las flores salpicadas, las apenas brillantes florecillas del soto, eran blandas, sin grito, a vuestras plantas desnudas. Yo os vi, os presentí, cuando el perfume invisible besaba vuestros pies, insensibles al beso. ¡No crueles: dichosos! En las cabezas desnudas brillaban acaso las hojas iluminadas del alba. Vuestra frente se hería, ella misma, contra los rayos dorados, recientes, de la vida, del sol, del amor, del silencio bellísimo. No había lluvia, pero unos dulces brazos parecían presidir a los aires, y vuestros cabellos sentían su hechicera presencia, mientras decíais palabras a las que el sol naciente daba magia de plumas. No, no es ahora, cuando la noche va cayendo, también con la misma dulzura pero con un levísimo vapor de ceniza, cuando yo correré tras vuestras sombras amadas. Lejos están las inmarchitas horas matinales, imagen feliz de la aurora impaciente, tierno nacimiento de la dicha en los labios, en los seres vivísimos que yo amé en vuestras márgenes. El placer no tomaba el temeroso nombre de placer, ni el turbio espesor de los bosques hendidos, sino la embriagadora nitidez de las cañadas abiertas donde la luz se desliza con sencillez de pájaro. Por eso os amo, inocentes, amorosos seres mortales de un mundo virginal que diariamente se repetía cuando la vida sonaba en las gargantas felices de las aves, los ríos, los aires y los hombres. |
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Me ha conmovido tu poema, javier. Fecundo, y a la vez trágico.
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Я запомнила тебя смехом после улыбки и ёкающим нытьем где-то глубоко. Я запомнила тебя первым снегом на моих перилах и первым «вдвоем легко». Я запомнила тебя губами, ветвями, дрожащими проводами над проспектом. Я запомнила тебя Городом. Холодом. Ветром. Я прониклась тобой до ниточек ДНК. А потом ты сказал «пока». Мне осталось всего-то немного моего навязчивого, Вечно смеющегося, вечно думающего, не спящего Тепла. Что бы я тут тебе не плела. Да я просто хотела бы высказать, я же прозой-- в стихи не ложится все. А у меня занятия, у меня по-новой и меня несет. Я здесь просто в бумагу и в слово впечатала тень души. Я и ими тебя запомнила, и я имя твое в тиши небосводу шепчу таблеточно. Я бы рада в тебя внутриклеточно просочиться. Не в том урок. и за каждым закатом -- слог. прерываюсь. достаточно лирики. ясно все город помнит. холод помнит. Снег грызет . помнит небо. дым. помнит чай. А ты простой скучай. humm , </3 -------------------------------------------------------------------------- Я в глазах твоих утону, можно? Ведь в глазах твоих утонуть – счастье. Подойду и скажу: “Здравствуй, Я люблю тебя”. Это сложно… Нет, не сложно, а трудно Очень трудно любить, веришь? Подойду я к обрыву крутому Стану падать, поймать успеешь? Ну а если уеду – напишешь? Я хочу быть с тобой долго Очень долго… Всю жизнь, понимаешь? Я ответа боюсь, знаешь…. Ты ответь мне, но только молча, Ты глазами ответь, любишь? Если да, то тогда обещаю Что ты самым счастливым будешь Если нет, то тебя умоляю Не кори своим взглядом , Не тяни своим взглядом в омут Пусть другую ты любишь, ладно… А меня хоть немного помнишь? Я любить тебя буду, можно? Даже если нельзя, буду! И всегда я приду на помощь Если будет тебе трудно! Me permites hundirme en tus ojos, ¿puedo? Ya que hundirse en ellos es volverse feliz. Te acercaré y diré: Buenos días, Te amo. Es complicado… No, no es complicado, es duro… Es muy duro amar, ¿me crees? Me acercaré al abismo abrupto, Empezaré a caer, ¿llegarás a tiempo para cogerme? Y qué pasará si me voy, ¿me escribirás? Quiero estar contigo luego Largo tiempo… Toda la vida, ¿entiendes? Me temo la respuesta, sabes… Contéstame, pero sin despegar los labios, Con los ojos contéstame, ¿me amas? Si la respuesta es sí, te prometo Que el más feliz serás Si la respuesta es no, te ruego No me reproches con tu mirada, No me arrastres al torbellino Que quieres a otra, que sea así, vale… ¿Te acuerdas de mí, aunque sea un poquito? Te voy a amar, ¿puedo? ¡Aunque se prohíba, lo haré igual! Siempre estaré allí para cuando me necesites, ¡Cuando el mundo se vuelva duro para ti! |
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Hay un morir
No me lleves a sombras de la muerte Adonde se hará sombra mi vida, Donde solo se vive el haber sido. No quiero el vivir del recuerdo. Dame otros días como éstos de la vida. Oh no tan pronto hagas De mí un ausente Y el ausente de mí. ¡Que no te lleves mi Hoy! Quisiera estarme todavía en mí. Hay un morir si de unos ojos Se voltea la mirada de amor Y queda solo el mirar del vivir. Es el mirar de sombras de la Muerte. No es Muerte la libadora de mejillas, Esto es Muerte. Olvido en ojos mirantes. Macedonio Fernández |
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Silencio No digas nada, no preguntes nada. Cuando quieras hablar, quédate mudo: que un silencio sin fin sea tu escudo y al mismo tiempo tu perfecta espada. No llames si la puerta está cerrada, no llores si el dolor es más agudo, no cantes si el camino es menos rudo, no interrogues sino con la mirada. Y en la calma profunda y transparente que poco a poco y silenciosamente inundará tu pecho de este modo, sentirás el latido enamorado con que tu corazón recuperado te irá diciendo todo, todo, todo. Francisco Luis Bernárdez |
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y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo y qué es lo que vas a hacer voy a ocultarme en el lenguaje y por qué tengo miedo Cold in hand blues, Alejandra Pizarnik. |
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Cuca está hueca. Sí, ¿no sabías? Le quitaron la matriz, los ovarios, todo. Quizá por eso él la llama Hiroshima Mon Amour. Sí mujer, y ella se cree que no se ha enterado nadie. Y en realidad todo el mundo finge ignorarlo, no sólo, naturalmente, ante ella. Sí, sí, yo creo que lo saben, que sí mujer, cómo no lo van a saber. Fíjate qué importancia le da a la cosa. No, no, a mí la matriz no me la quitaron, pero sin embargo yo misma se lo conté a todo el mundo como la cosa más natural. No, cómo iba a llevar un vestido malva. Y qué obsesión que si la miran, que si la tocan. Y nadie la mira, ¡cómo la van a mirar! y nadie la toca. Qué cosas tienes. Sí, sí, pues dice fíjate que si por un momento se olvida de correr bien los visillos, y se ha quitado las medias, ¿ qué otra cosa iba a decir, la pobre? En seguida ¡plaf! los curiosos, como les llama ella, se asoman a la ventana de enfrente, del patio. Los curiosos. Algo así como los ovnis, los curiosos.
Para evitar a los ladrones de bolsos, Leopoldo María Panero. |
Respuesta: Poesía
Cada día aprecio más a Panero. Aquí otro en la misma vena "zen" (aunque en este, más explícito):
La poesía destruye al hombre mientras los monos saltan de rama en rama buscándose en vano a sí mismos en el sacrílego bosque de la vida las palabras destruyen al hombre ¡y las mujeres devoran cráneos con tanta hambre de vida! Sólo es hermoso el pájaro cuando muere destruido por la poesía. |
Respuesta: Poesía
Dice... escribo como escupo, contra el suelo
LÁSTIMA Me haces daño, Señor. Quita tu mano de encima. Déjame con mi vacío, déjame. Para abismo, con el mío tengo bastante. Oh, Dios, si eres humano, compadécete ya, quita esa mano de encima. No me sirve. Me da frío y miedo. Si eres Dios, yo soy tan mío como tú. Y a soberbio, yo te gano. Déjame. ¡Si pudiese yo matarte, como haces tú, como haces tú! Nos coges con las dos manos, nos ahogas. Matas no se sabe por qué. Quiero cortarte las manos. Esas manos que son trojes del hambre, y de los hombres que arrebatas. |
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