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Respuesta: Cuentos Zen
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Esta historia me ha puesto un poco triste, pienso que si yo llevase mi libreta de vida asi habre vivido muy pocos meses... Cita:
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Retomando los relatos: __________________ Un paciente de 32 años buscó al terapeuta Richard Crowley -No consigo dejar de chuparme el dedo -dijo. -No se acostumbre a ello -respondió Crowley -Pero chúpese un dedo distinto cada día de la semana. A partir de ese momento cada vez que el paciente se llevaba la mano a la boca, se veía instintivamente obligado a escoger el deo que debía ser objeto de su atención ese día. Antes de que acabase la semana, estba curado. -Cuando el mal se convierte en un hábito, es difícil lkidiar con él -dice Richard Crowley - Pero cuando nos exige nuevas actitudes, decisiones, elecciones, entonces nos concienzamos de que no vale la pena tanto esfuerzo. {Maktub - Paulo Coelho} __________________ John Dee dedicó toda su vida a la búsqueda de la verdad. La buscó en los libros; en la filosofía. Más de una vez creyó encontrarla, pero entendió después que lo que había visto no era la verdad; era sólo un espejismo de la verdad. Cierto día John Dee se enamoró. Acariciaba la intimidad del cuerpo de la mujer amada cuando con ella buscaba perpetuar la vida, y decía luego: -Aquí están todos los libros. Aquí está toda la filosofía. Así, enamorado, John Dee supo que finalmente había encontrado la verdad. Y que la única verdad es el amor. __________________ Le pidieron a un campesino que escogiera entre la Gallina de los Huevos de Oro y una gallina común y corriente. Sin vacilar, el campesino escogió la gallina común y corriente. Todos rieron. ¿Por qué había escogido a una gallina como hay tantas, y no a la que ponía aquellos dorados huevos? -La Gallina de los Huevos de Oro -razonó el campesino- morirá algún día, y ya no habrá más huevos de oro. La otra pondrá huevos; de ellos saldrán pollos, y habrá más gallinas que seguirán dando más huevos y más pollos, y otra vez más gallinas que darán… Entonces los otros entendieron que la vida es lo de más, y la riqueza lo de menos. |
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La historia cuenta que un monje zen, conocido por su empuje, no se detenía de día ni de noche. Siempre andaba ocupado hasta el punto de no tener apenas tiempo para comer y para dormir.
- ¿Por qué corres tanto, qué prisa tienes? – preguntó el maestro. - Busco el conocimiento, no puedo perder tiempo – respondió el frenético aprendiz. - ¿Y cómo sabes que el conociemiento va delante de ti, de modo que tengas que correr muy deprisa tras él? Quizá va detrás de ti, y todo lo que necesitas para encontrarlo es quedarte quieto – dijo el maestro. |
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Sucedió que un Maestro Zen estaba pasando por una calle, cuando un hombre llegó corriendo y lo golpeó con fuerza.
El Maestro cayó. Luego se levantó y continuó caminando en la misma dirección en la que estaba yendo, sin siquiera mirar hacia atrás. Un discípulo iba con el Maestro; se quedó atónito y dijo: “¿Quién es ese hombre? ¿Qué es esto? Si uno vive en esta forma, entonces cualquiera puede venir y matarte. Y ni siquiera has mirado a la persona y no sabes quién es, ni por qué lo hizo”. El Maestro dijo: “Es su problema, no el mío”. |
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Miradas
Unos obreros estaban picando piedras frente a un enorme edificio en construcción. Se acercó un visitante a uno de los obreros y le preguntó: -¿Qué están haciendo ustedes aquí? El obrero lo miró con dureza y le respondió: -¿Acaso usted está ciego para no ver lo que hacemos? Aquí, picando piedras como esclavos por un sueldo miserable y sin el menor reconocimiento. Vea usted ese mismo cartel. Allá ponen los nombres de Ingenieros, Arquitectos, pero no ponen los nuestros que somos los que trabajamos duro y dejamos en la obra el pellejo. El visitante se acercó entonces a otro obrero y le preguntó lo mismo. -Aquí, como usted bien puede ver, picando piedras para levantar este enorme edificio. El trabajo es duro y está mal pagado, pero los tiempos son difíciles, no hay mucho trabajo y algo hay que hacer para llevar la comida a los hijos. Se acercó el visitante a un tercer obrero y una vez más le preguntó lo que estaba haciendo. El hombre le contestó con gran entusiasmo: -Estamos levantando un Hospital, el más hermoso del mundo. Las generaciones futuras lo admirarán impresionados y escucharán el entrar y salir constante de las ambulancias. Además, seguro salvarán muchas vidas, y también aquí darán a luz miles de niños. Yo no lo veré terminado, pero quiero ser parte de esta extraordinaria obra. El mismo trabajo, el mismo sueldo, la misma falta de reconocimiento; una misma realidad. Tres maneras distintas de vivirla: como esclavitud; como resignación; como pasión, aventura y desafío. Piensa que el mundo es un infierno y lo será. Piensa que este mundo es parte del Paraíso y lo será. |
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¿Zanahoria, huevo o café?
Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y lo difíciles que le resultaban las cosas. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo: - "Querida, ¿qué ves?" -"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó: - "¿Qué significa ésto, padre?" El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua. - "¿Cuál eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren. Y tú, ¿cual de los tres eres? |
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SÉ COMO UN MUERTO
Era un venerable maestro. En sus ojos había un reconfortante destello de paz permanente. Sólo tenía un discípulo, al que paulatinamente iba impartiendo la enseñanza mística. El cielo se había teñido de una hermosa tonalidad de naranja-oro, cuando el maestro se dirigió al discípulo y le ordenó: --Querido mío, mi muy querido, acércate al cementerio y, una vez allí, con toda la fuerza de tus pulmones, comienza a gritar toda clase de halagos a los muertos. El discípulo caminó hasta un cementerio cercano. El silencio era sobrecogedor. Quebró la apacible atmósfera del lugar gritando toda clase de elogios a los muertos. Después regresó junto a su maestro. --¿Qué te respondieron los muertos? -preguntó el maestro. --Nada dijeron. --En ese caso, mi muy querido amigo, vuelve al cementerio y lanza toda suerte de insultos a los muertos. El discípulo regresó hasta el silente cementerio. A pleno pulmón, comenzó a soltar toda clase de improperios contra los muertos. Después de unos minutos, volvió junto al maestro, que le preguntó al instante: --¿Qué te han respondido los muertos? --De nuevo nada dijeron -repuso el discípulo. Y el maestro concluyó: --Así debes ser tú: indiferente, como un muerto, a los halagos y a los insultos de los otros. *El Maestro dice: Quien hoy te halaga, mañana te puede insultar y quien hoy te insulta, mañana te puede halagar. No seas como una hoja a merced del viento de los halagos e insultos. Permanece en ti mismo más allá de unos y de otros. |
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Todos estan muy interesantes, en realidad te hacen reflexionar, me gusto mucho el del cantero y me llamo mucho la atencion acerca de la mente mono hay que saberla dominar y no al contrario, me encanto la parte donde menciona tener nosotros el poder de abrir la jaula en el momento que sea necesario.
Gracias por compartirlos! :) |
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Parábola
Un hombre que paseaba por un campo se encontró con un tigre. Dio media vuelta y huyó con el tigre pisándole los talones. Al llegar a un precipicio, se agarró a la raíz de una vieja parra y se dejó colgar sobre el abismo. El tigre lo olfateaba desde arriba. Estremeciéndose, el hombre miró hacia el fondo del precipicio, en donde otro tigre esperaba ávido su caída para devorarlo. Sólo la parra lo sostenía. Dos ratones empezaron entonces a roer la raíz. A su lado, el hombre vio una fresa silvestre de aspecto suculento. Aferrándose a la parra con una mano, pudo alcanzar la fresa con la otra. ¡Qué deliciosa estaba! |
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En un monasterio budista dos discípulos destacaban particularmente por su brillante inteligencia, si bien fueran muy diferentes el uno del otro.
El primero solía pedir al abad que le dejara salir del monasterio para ver el mundo y en él poder poner en práctica su zen. El otro se contentaba con la vida monástica y, aunque le hubiera gustado ver el mundo, esto no le creaba ningún afán en absoluto. El abad, que nunca había accedido a los pedidos del primer monje, pensó un día que tal vez los tiempos eran maduros para que los jóvenes monjes fueran puestos a prueba. Les convocó, anunciándoles que había llegado el momento de que se fueran por el mundo durante todo un año. El primer monje exultaba. Dejaron el templo el día siguiente al amanecer. El año transcurrió rápido y los dos monjes regresaban al monasterio con muchas experiencias para contar. El abad quiso verles para conocer lo que ese año había supuesto para ellos y qué habían descubierto durante su estancia en el mundo laico. El primer monje, el que quería conocer el mundo material, dijo que la sociedad está llena de distracciones y tentaciones, y que es imposible meditar ahí fuera. Para practicar el zen no existe mejor lugar que el monasterio. El otro, por el contrario, dijo que salvo algunos aspectos superficiales no encontró gran diferencia a la hora de meditar y practicar el zen en el mundo exterior. Por tanto, a su parecer, quedarse en el templo o vivir en sociedad, le resultaba igual. Tras haber escuchado ambos relatos, el abad les dio a conocer su decisión: al segundo monje le concedió la autorización para que se fuera. Al primero le dijo: "será mejor que tú te quedes aquí, todavía no estás preparado". |
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Conservar la amistad
Un día un chico de trece años paseaba por la playa con su madre. Hubo un momento en que la miró con insistencia y le preguntó: - Mamá, ¿qué puedo hacer para conservar un amigo que he tenido mucha suerte de encontrar? La madre pensó unos momentos, se inclinó y recogió arena con sus dos manos. Con las dos palmas abiertas hacia arriba, apretó una de ellas con fuerza. La arena se escapó entre los dedos. Y cuanto más apretaba el puño, más arena se escapaba. En cambio, la otra mano permanecía bien abierta: allí se quedó intacta la arena que había recogido. El chico observó maravillado el ejemplo de la madre entendiendo que, sólo con abertura y libertad, se puede mantener una amistad, y que el hecho de intentar retenerla o encerrarla, significaba perderla. Fuente: cuento del libro “Aplícate el cuento”, relatos de ecología emocional de Jaume Soler y Mercè Conangla |
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EN LO MÁS PROFUNDO
Al principio, los seres humanos tenían los mismos poderes que los dioses pero eran tan vanidosos y orgullosos que se servían de ellos de cualquier manera. Por eso, un día, un grupo de sabios, decidió quitárselos aunque no sabían dónde esconderlos. El primer escondrijo que imaginaron fueron los océanos pero, después de haber reflexionado, llegaron a la conclusión de que los seres humanos, a pesar de todo, eran muy inteligentes y terminarían por encontrarlos. Enseguida pensaron en lo más profundo de la Tierra pero creyeron que allí también acabarían por descubrirlos. Entonces, pensaron ocultarlos en el espacio aunque pronto llegaron a la conclusión de que allí también los hallarían. Finalmente decidieron esconderlos en un lugar en el que nadie pensaría ir a buscarlos: en lo más profundo de su corazón. Desde ese día, los seres humanos están buscando alguna cosa. Han cruzado todos los océanos, horadado la Tierra, explorado el espacio pero el único rincón donde jamás han pensado buscar es en lo más profundo de su corazón. |
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Sin salida.
Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso, desde el primer momento, se procuró un chivo expiatorio para encubrir al culpable. el hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas chances de escapar al terrible veredicto... la horca!!!! El Juez, también complotado, cuidó, no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo por ello dijo al acusado :"Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida". Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda CULPABLE y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria. El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Éste respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y, cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente. sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon airadamente: Pero , "Qué hizo? "Y ahora ? "Cómo vamos a saber el veredicto?" Es muy sencillo -respondió el hombre - Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué. Con rezongos y bronca mal disimulada, debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo. |
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Buenisimo hace mucho que no lo leia!.
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Y que genial que el hilo esta a punto de alcanzar las 100 participaciones. |
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Naturaleza
Un chiquillo, reiteradamente decepcionado y traicionado por alguien que él creía amigo, se lo contó a su padre preguntándole por qué pasan estas cosas. El padre le respondió contándole esta historia: Un día un escorpión llegó a la orilla de un río y, teniendo que pasar al otro lado, empezó a buscar un medio que le llevase sin riesgo de ahogarse. De repente, viendo a una rana que estaba tomando el sol, una idea hizo mella en su mente. Decidió formularle su propósito preguntándole: - Oye rana, ¿ podrías llevarme a la otra orilla nadando conmigo en la espalda ? La rana le contestó: - ¿ De verdad me crees tan idiota ? Sé muy bien que una vez subido en mi espalda me clavarás tu aguijón matándome. - No seas tonta -replicó el escorpión- ¿ cómo podría hacerte eso ? ¿Acaso no sabes que nosotros no sabemos nadar y que si yo te matase moriría contigo ? La rana, reasegurada por este razonamiento lógico pensó: " Es verdad. Si me matara, él también se moriría... y no creo que esa idea le guste... - De acuerdo, sube. Te llevaré -dijo el batracio. El escorpión se acomodó en la espalda de la rana y ésta empezó a cruzar el río. Una vez llegados a la mitad del torrente, en el punto más profundo, el escorpión levantó su pincho y, de un rápido golpe, lo clavó en la cabeza de la rana. Esta, agonizando atónita, apostrofó: - ¿ Qué has hecho, imbécil ? ¡Ahora te vas a morir tú también, cretino ! - Lo sé -contesto el alacrán- pero soy un escorpión y esta es mi naturaleza. |
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_____________ En una tierra en guerra, había un rey que causaba espanto. Siempre que hacía prisioneros, no los mataba, los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado y una inmensa puerta de hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre. En esta sala el rey les hacía formar un círculo y les decía entonces: - Ustedes pueden elegir entre morir atravesados por las flechas de mis arqueros o pasar por esa puerta misteriosa. Todos elegían ser muertos por los arqueros. Al terminar la guerra, un soldado que por mucho tiempo sirvió al rey se dirigió al soberano y le dijo: - Señor, ¿puedo hacerle una pregunta? y le responde el rey: - Dime soldado. - ¿Qué había detrás de la horrorosa puerta? - Ve y mira tú mismo.- respondió el rey. El soldado entonces, abrió temerosamente la puerta y, a medida que lo hacía, rayos de sol entraron y aclararon el ambiente. Descubrió sorprendido que la puerta se abrió sobre un camino que conducía a la libertad. El rey explicaba al soldado: - Yo daba a ellos la elección, pero preferían morir que arriesgarse a abrir esta puerta. Maestro: ¿Cuántas puertas dejamos de abrir por el miedo de arriesgarnos? ¿Cuántas veces perdemos la libertad y morimos por dentro, solamente por sentir miedo de abrir la puerta de nuestros sueños? |
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Un maestro zen descansaba junto a su discípulo. En determinado momento sacó un melón de su alforja, lo partió en dos, y ambos empezaron a comer. En el medio de la merienda, el discípulo comentó:
-Mi sabio maestro, yo sé que todo lo que Ud. hace tiene un sentido. Compartir este melón conmigo tal vez sea una señal de que tiene algo que enseñarme. El maestro continuó comiendo en silencio. -Por su silencio, entiendo la pregunta oculta -insistió el discípulo- Y debe ser la siguiente: el sabor que estoy experimentando al comer esta deliciosa fruta dónde está: ¿en el melón o en mi lengua? El maestro no dijo nada. El discípulo entusiasmado prosiguió: -Y como todo en la vida tiene un sentido, pienso que estoy cerca de la respuesta a esa pregunta: el sabor es un acto de amor e interdependencia entre los dos, porque sin el melón no habría un objeto de placer, y sin la lengua… -¡Basta! -dijo el maestro. -¡Los más tontos son aquellos que se juzgan inteligentes, y buscan una interpretación para todo! El melón es sabroso y eso es suficiente, ¡ahora déjame comer en paz! |
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n un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo Eliahu de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras.
Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a Eliahu transpirando, mientras parecía cavar en la arena. - ¿Qué tal anciano? La paz sea contigo. - Contigo, contestó Eliahu sin dejar su tarea. - ¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos? - Siembro, contestó el viejo. - ¿Qué siembras aquí, Eliahu? - Dátiles, respondió Eliahu mientras señalaba a su alrededor el palmar. - ¡Dátiles!, repitió el recién llegado muy sorprendido. - El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. - Ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de licor. - No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos. - Dime, amigo: ¿cuántos años tienes? - Setenta. - Mira, amigo, los datileros tardan más de cincuenta años en crecer. - Recién después de ser palmeras adultas estan en condiciones de dar frutos. - Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojalá vivas hasta los ciento un años. - Pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. - Deja eso y ven conmigo. - Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró. - Otro que tampoco soñó con probar esos dátiles. - Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto. - Aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea. - Me has dado una gran lección, Eliahu. - Déjame que te pague con una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me diste. - Diciendo esto, Hakim le puso en la mano al viejo una bolsa de cuero. - Te agradezco tus monedas, amigo. - Ya ves, a veces pasa esto … - Tu me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara. - Parecía cierto y sin embargo, mira ya coseché una bolsa de monedas. - Y además la gratitud de un amigo. Maestro: todos los días debemos de sembrar algo, sin importar si vemos los frutos o no. |
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Un hombre estaba remando en su bote corriente arriba durante una mañana muy brumosa.
De repente vio que otro bote venía corriente abajo, sin intentar evitarle. Avanzaba directamente hacia él, que gritaba: - Cuidado! Cuidado! Pero el bote le dio de pleno y casi le hizo naufragar. El hombre estaba muy enfadado y empezó a gritar a la otra persona para que se enterara de lo que pensaba de ella. Pero cuando observó el bote más de cerca, se dio cuenta que estaba vacío. |
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Ojala les guste
CIERRA LOS OIDOS. Eran un anciano y un niño que viajaban con un burro. Caminaban al lado del jumento cuando atravesaban un pueblo. Un grupo de niños se rió de ellos gritando: - ¡Mirad qué par de tontos! De manera que tienen un burro y van los dos andando. Por lo menos el viejo podria subirse a él. Entonces el anciano se subió al burro y ambos siguieron la marcha. Al pasar otro pueblo, algunas personas se indignaron al ver al viejo sobre el burro y dijeron: - Parece mentira. El viejo cómodamente sentado en el burro y el pobre niño caminando. Viejo y niño intercambiaron sus puestos. Al llegar a la siguiente aldea, la gente comentó: - ¡Esto sí que es intolerable! El muchacho sentado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado. Puestas así las cosas, el viejo y el niño se subieron al burro. Poco después venían un grupo de campesinos por el camino. Les vieron y les dijeron: - ¡Es vergonzoso lo que hacéis! Vais a reventar al pobre animal. El viejo y el niño tomaron la determinación de cargar al burro sobre sus hombros, pero entonces la gente se mofó de ellos diciéndoles: - Nunca vimos una gente tan boba. Tienen un burro y en lugar de montarlo, lo llevan a cuestas. De repente el burro se revolvió con fuerza y se desplomó a un barranco, hallando la muerte. El viejo, súbitamente, instruyó al muchacho: - Querido mío, si escuchas las opiniones de los demás y les haces caso, acabarás más muerto que este burro. ¿Sabes lo que te digo? Cierra tus oídos a la opinión ajena. Que lo que los demás dicen te sea indiferente. Escucha únicamente la voz de tu corazón. |
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Muchas veces el aspirante procede respecto a la verdad tan ignorantemente como el hombre de esta historia. No conocía la madera de sándalo, pero había escuchado mucho sobre sus excelencias. Nació así en él un fuerte deseo por conocer esa clase de madera tan ponderada y entonces decidió escribir a sus mejores amigos para pedirles un pedazo de esa clase de madera.
De este modo, escribió numerosas cartas a sus amigos y en todas ellas hacía la misma petición: «Por favor, enviadme madera de sándalo.» Y un día, de repente, descubrió que el lápiz con el que llevaba meses escribiendo aquellas cartas era precisamente de olorosa madera de sándalo. El ser humano busca la felicidad fuera de él, cuando la verdadera y estable felicidad se halla en su interior. Pide lo que ya tiene, busca lo que nunca ha perdido. |
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Este me parecio muy adecuado para el foro:
_________- Roque estaba llorando en el patio. Algunos de sus compañeros se habían estado metiendo con él, como hacían frecuentemente, y no había nada que le diera más rabia. Pero por mucho que les dijera, gritara o amenazara, no dejaban de hacerlo. Un chico mayor, que lo había visto todo, se acercó y le dijo: - Si quieres que no te vuelva a ocurrir eso, tendrás que llegar a ser como El torito Chispa Brava. ¿Te cuento su historia? - ¡Sí! - Chispa Brava era un toro de lidia que una vez pudo ver una televisión desde el prado. Televisaban una corrida de toros, y al ver cuál iba a ser su final, dedicó el resto de su vida a prepararse para aquel día, el de su corrida. Y no tardó en llegar. Cuando salió a la plaza, recibió un primer puyazo en el lomo. Era muy doloroso, y sintió cómo su sangre de toro le pedía a gritos venganza. Pero él sabía lo que tenía que hacer, y se quedó inmóvil. Pronto apareció el torero provocándole con su capote al viento y su traje rojo. Volvió a sentir las mismas ganas de clavarle los cuernos bien adentro, pero nuevamente, tragó saliva y siguió quieto. No importó que siguieran tratando de animar al torito con puyas, banderillas y muletas: siguió tan quieto, que al cabo de un rato, toda la plaza estaba silbando y abucheando, hasta que decidieron cambiar de toro, porque resultó el toro más aburrido que se recuerda. Así que Chispa Brava fue devuelto a su prado para seguir vivviendo tranquilamente. Y nunca más trataron de torearle, porque todos sabían que claramente no servía para las corridas. - ¿Y eso que tiene que ver conmigo? - preguntó Roque. - Pues todo, chico. A Chispa Brava le llevaron a una plaza de toros porque querían divertirse a su costa. Cuanto más hubiera respondido al capote y las banderillas, más se habrían divertido, y no habrían parado hasta terminar la corrida. A ti te pasa lo mismo con esos abusones. Se divierten a tu costa porque ven lo mucho que te enfadas, y eso les hace una gracia macabra. Pero si hicieras como Chispa Brava, y no respondieras a nada, se aburrirían y buscarían a otro, o se irían a hacer algo que les resultase más divertido. Roque no terminaba de creérselo. Pero en los días siguientes trató de hacer caso a aquel chico mayor. Le costó mucho hacerse el indiferente las primeras veces que se reían de él, pero no fueron muchas, porque todo resultó como había dicho el chico, y en unos pocos días, los abusones habían encontrado cosas más divertidas que hacer que meterse con Roque. |
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Hola , me gusto mucho la historia, me hizo sentir un poco mejor, ya que me encontraba un poco desanimada hoy, y es una gran enseñanza, que ayudaria a vivir mucho mejor, ya que al esperar siempre mas y mas de la vida, dejamos de disfrutar y apreciar las cosas que tenemos en nuestro presente, saludos
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Cual historia es la que te gusto?. |
Respuesta: Cuentos Zen
Un emperador estaba saliendo de su palacio para dar un paseo matutino cuando se encontró con un mendigo.
Le preguntó: -¿Qué quieres? El mendigo se rió y dijo :-me preguntas como si tú pudieras satisfacer mi deseo. El rey se rió y dijo: -por supuesto que puedo satisfacer tu deseo. ¿Que es? Simplemente dímelo. Y el mendigo dijo: -Piensalo dos veces antes de prometer. El mendigo no era una mendigo cualquiera; había sido el maestro del emperador en una vida pasada. Y en esta vida le había prometido "vendré y trataré de despertarte en tu próxima vida. En esta vida no lo has logrado, pero volveré..." Insistió: -te daré cualquier cosa que pidas. Soy un emperador muy poderoso, ¿qué puedes desear tú que yo no pueda darte? El mendigo le dijo: -es un deseo muy simple. ¿Ves aquella escudilla?, ¿puedes llenarla con algo? Por supuesto -dijo el emperador. Llamó a uno de sus servidores y le dijo: -Llena de dinero la escudilla de este hombre. El servidor lo hizo... y el dinero desapareció. Echó más y más, pero apenas lo echaba desaparecía. La escudilla del mendigo siempre estaba vacía. Todo el palacio se reunió. El rumor se corrió por toda la ciudad y una gran multitud se reunió allí. El prestigio del emperador estaba en juego. Les dijo a sus servidores. -Estoy dispuesto a perder mi reino entero, pero este mendigo no debe derrotarme. Diamantes,perlas,esmeraldas... los tesoros se iban vaciando. La escudilla parecía no tener fondo. Todo lo que se colocaba en ella desaparecía inmediatamente. Era el atardecer y la gente estaba reunida en silencio. El rey se tiró a los pies del mendigo y admitió su derrota. Le dijo: -Has ganado, pero antes que te vayas, satisface mi curiosidad: ¿de qué está hecha tu escudilla? El mendigo se rió y dijo: -Está hecha del mismo material que la mente humana. No hay ningún secreto.... simplemente está hecha de deseos humanos. |
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Libros
Había un reconocido filósofo y docente que se dedicó al estudio del Zen durante muchos años. El día que finalmente consiguió la iluminación tomó todos sus libros, los llevó al patio y los quemó. |
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El general y su reliquia
Había un general que estaba en su casa apreciando su colección de antigüedades, cuando de repente casi se le cae un precioso jarrón. -¡Oh! ¡Qué susto! Pensó: "Ya he dirigido millares de soldados, enfrentando diversas situaciones de vida o muerte y jamás me atemoricé. ¿Por qué será que hoy por causa de una vasija me asusté de esa manera?”. Finalmente, él comprendió que el hecho de tener en su mente “deseo y rechazo” era la causa de su miedo. Entonces simplemente arrojó la valiosa vasija y la quebró. |
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Se cuenta que el sucesor de bodidharma, Hui-Ko, lo interrogaba inalsablemente
Sobre el medio de llegar a la Gran Luz, rogandole que le instruyera. Sin embargo, solo recibia negativas. Por esa razon, espero mucho tiempo delante de su puerta sin desanimarse, ya que sabia que todos los grandes maestros espirituales habian tenido que pasar por alguna prueba desgarradora antes de alcanzar su objetivo al que aspiraban. Una tarde esperaba de pie que Bodidharma advirtiera su presencia, pero la nieve, que mientras tanto caia con gran intensidad, habia acabado por cubrirlo hasta las rodillas. Entonces el maestro le pregunto: - ¿Que deseas que haga por ti? - He venido - respondio Hui-Ko- para recibir tus inestimables instrucciones. Te lo ruego: ¡ Abreme la puerta ¡ - No se puede comprender la incomparable doctrina mas que a traves de una larga y dura disciplina que endurezca aquello que es mas penoso de practicar. Los hombres de menor virtud y de inferior sabiduria o estan autorizados para comprender que es eso. Todas sus tentativas, todas sus penas no cuentan para nada. Hui-Ko acabo por cortarse su brazo con la espada que llevaba y lo ofrecio a Bodidharma como un testimonio de la sinceridad del deseo que lo animaba a ser instruido en la doctrina de todos los Budas. Bodidharma le transmitio entonces esta advertencia: - !Es algo que no puede ser buscado a travez de otro! - No tengo paz de espiritu - Suplico Hui-Kho- Te lo ruego ¡Pacificalo¡ - Pon tu espiritu delante de mi y lo pacificare - le replico Bodidharma. Hui-Kho dudo un momento y respondio: - Lo he buscado durante años y todavia no he sido capaz de encontrarlo. ¡Eso es¡ - exclamo el maestro - , ya he pacificado tu espiritu. Y Hui-kho llego de repente al satori. |
Respuesta: Cuentos Zen
- Maestro, ¿qué haces tú para estar en el camino verdadero?.
- Cuando tengo hambre, como; cuando tengo sueño, duermo. - Pero esas cosas las hace todo el mundo. - No es cierto. Cuando los demás comen piensan en mil cosas a la vez. Cuando duermen, sueñan con mil cosas a la vez. Por eso yo me diferencio de los demás y estoy en el camino verdadero. |
Respuesta: Cuentos Zen
- Maestro, ¿qué es la verdad?.
- La vida de cada día. - En la vida de cada día sólo aprecio las cosas corrientes y vulgares de cada día y no veo la verdad por ningún lado. - Ahí está la diferencia, en que unos la ven y otros no. |
Respuesta: Cuentos Zen
El proceso no es sencillo porque la mente es poderosa y se aferra a las ideas, al pasado, a lo aprendido, la mente se agarra a sus contenidos porque ellos le dan su razón de ser.
Por eso hay que insistir, hay que seguir adelante con fuerza y con voluntad, con coraje y con valentía, hay que seguir en el sendero de comprender la realidad con una mente desnuda de ideas, como la de un niño, sin juzgar las cosas, sin juzgar el mundo, sin juzgar la realidad. |
Respuesta: Cuentos Zen
La esencia del Zen huye de todo artificio. Busca la vida natural, la plena consciencia, el vivir cada día y centrarse en el presente libre de juicios, prejuicios, dogmas e ideas preestablecidas.
Para conseguir eso, los maestros zen han usado los métodos más extraños y sorprendentes. Trata de que experimentemos directamente la fuerza de la vida sin que nos separe de ella todo el artificio de la mente. El Zen y el Tao apuestan decididamente para que retornemos a nuestra naturalidad y espontaneidad perdidas. Quieren que seamos realmente libres y, en ese camino enseñan que las cadenas que nos ponen los demás son por evidentes las menos conflictivas. Las cadenas más difíciles de romper son las que, sin darnos cuenta, llevamos en nuestra propia mente. |
Respuesta: Cuentos Zen
El costo de aprender
Nasrudín decidió que podía beneficiarse aprendiendo algo nuevo y fue a visitar a un renombrado maestro de música: - ¿Cuánto cobra usted para enseñarme a tocar la flauta? - preguntó Nasrudín. - Tres piezas de plata el primer mes; después una pieza de plata por mes - contestó el maestro. -¡Perfecto! - dijo Nasrudín; - comenzaré en el segundo mes. |
Respuesta: Cuentos Zen
La Sopa de Pato
Cierto día, un campesino fue a visitar a Nasrudin, atraído por la gran fama de éste y deseoso de ver de cerca al hombre mas ilustre del país. Le llevó como regalo un magnífico pato. El Mula, muy honrado, invitó al hombre a cenar y pernoctar en su casa. Comieron una exquisita sopa preparada con el pato. A la mañana siguiente, el campesino regresó a su campiña, feliz de haber pasado algunas horas con un personaje tan importante. Algunos días más tarde, los hijos de este campesino fueron a la ciudad y a su regreso pasaron por la casa de Nasrudin. - Somos los hijos del hombre que le regaló un pato - se presentaron. Fueron recibidos y agasajados con sopa de pato. Una semana después, dos jóvenes llamaron a la puerta del Mula. - ¿Quiénes son ustedes? - Somos los vecinos del hombre que le regaló un pato. El Mula empezó a lamentar haber aceptado aquel pato. Sin embargo, puso al mal tiempo buena cara e invitó a sus huéspedes a comer. A los ocho días, una familia completa pidió hospitalidad al Mula. - Y ustedes ¿quiénes son? - Somos los vecinos de los vecinos del hombre que le regaló un pato. Entonces el Mula hizo como si se alegrara y los invito al comedor. Al cabo de un rato, apareció con una enorme sopera llena de agua caliente y llenó cuidadosamente los tazones de sus invitados. Luego de probar el líquido, uno de ellos exclamó: - Pero... ¿qué es esto, noble señor? ¡Por Alá que nunca habíamos visto una sopa tan desabrida! Mula Nasrudin se limito a responder: - Esta es la sopa de la sopa de la sopa de pato que con gusto les ofrezco a ustedes, los vecinos de los vecinos de los vecinos del hombre que me regaló el pato. |
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