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para mi este hombre es mas que un rapero no se le puede comparar con nadie
NACH SCRATCH oslo recomiendo de veras sus canciones os ponen los pelos de punta y llegan muy muy adentro. |
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Arco iris
A veces por supuesto usted sonríe y no importa lo linda o lo fea lo vieja o lo joven lo mucho o lo poco que usted realmente sea sonríe cual si fuese una revelación y su sonrisa anula todas las anteriores caducan al instante sus rostros como máscaras sus ojos duros frágiles como espejos en óvalo su boca de morder su mentón de capricho sus pómulos fragantes sus párpados su miedo sonríe y usted nace asume el mundo mira sin mirar indefensa desnuda transparente y a lo mejor si la sonrisa viene de muy de muy adentro usted puede llorar sencillamente sin desgarrarse sin deseperarse sin convocar la muerte ni sentirse vacía llorar sólo llorar entonces su sonrisa si todavia existe se vuelve un arco iris. Mario Benedetti |
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A mí me gusta mucho Miguel Hernández,sobre todo su poema elegía
Yo quiero ser llorando en hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumentos, a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler, me duele hasta el aliento. Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado. No hay extensión mas grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida. Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos. Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo. No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada. En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes, sedientas de catástrofes y hambrienta. Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes. Quiero mirar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte. Volverás a mi huerto y a mi higuera por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores. Alegrarás la sombra de mis cejas y tu sangre se irá a cada lado disputando tu novia y las abejas. tu corazón sea terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado. A las aladas almas de las rosas de almendro de nata te requiero que tenemos que hablar de muchas cosas compañero del alma, compañero. |
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Mario Benedetti - Táctica y estrategia
(Mario Benedetti era un genio :bien:) Mi táctica es mirarte aprender como sos quererte como sos . mi táctica es hablarte y escucharte construir con palabras un puente indestructible . mi táctica es quedarme en tu recuerdo no sé cómo ni sé con qué pretexto pero quedarme en vos . mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos . no haya telón ni abismos . mi estrategia es en cambio más profunda y más simple mi estrategia es que un día cualquiera no sé cómo ni sé con qué pretexto por fin me necesites |
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Ibn Hazm de Córdoba.
Polígrafo árabe-español nacido en Córdoba en el año 994 en el seno de una familia aristocrática. Su infancia, hasta los quince años, transcurrió en la corte cordobesa, por ser su padre un alto funcionario al servicio del gran Almanzor. Participó en las intrigas que influyeron en la evolución de las guerras que acabaron con el califato Omeya. En 1023 fue nombrado Visir y al terminar el gobierno Omeya un año después, fue encarcelado. Una vez libre, renunció a la política, abandonó el rito Malequí y adoptó el rito Zaharí. Sus obras más representativas son "El collar de la paloma", considerado como el más bello libro sobre el amor en lengua árabe, "La Historia crítica de las religiones, sectas y escuelas", "El bordado de la novia" y "Los caracteres y la conducta". Falleció en Montíjar en el año 1063. Uno de sus poemas: "Sobre las señales del amor": Mis ojos no se paran sino donde estás tú. Debes de tener las propiedades que dicen del imán. Los llevo adonde tú vas y conforme te mueves, como en gramática el atributo sigue al nombre. * * * Cuando me voy de tu lado, mis pasos son como los del prisionero a quien llevan al suplicio. Al ir a ti, corro como la luna llena cuando atraviesa los confines del cielo. Pero, al partir de ti, lo hago con la morosidad con que se mueven las altas estrellas fijas. * * * Cuando mis ojos ven a alguien vestido de rojo, mi corazón se rompe y desgarra de pena. ¡Es que ella con su mirada hiere y desangra a los hombres y pienso que el vestido está empapado y empurpurado con esa sangre! * * * Cuando se trata de ella, me agrada la plática, y exhala para mí un exquisito olor de ámbar. Si habla ella, no atiendo a los que están a mi lado y escucho sólo sus palabras placientes y graciosas. Aunque estuviese con el Príncipe de los Creyentes, no me desviaría de mi amada en atención a él. Si me veo forzado a irme de su lado, no paro de mirar atrás y camino como una bestia herida; pero, aunque mi cuerpo se distancie, mis ojos quedan fijos en ella, como los del náufrago que, desde las olas, contemplan la orilla. Si pienso que estoy lejos de ella, siento que me ahogo como el que bosteza entre la polvareda y la solana. Si tú me dices que es posible subir al cielo, digo que sí y que sé dónde está la escalera. * * * Las nubes han tomado lecciones de mis ojos y todo lo anegan en lluvia pertinaz, que esta noche, por tu culpa, llora conmigo y viene a distraerme en mi insomnio. Si las tinieblas no hubiesen de acabar hasta que se cerraran mis párpados en el sueño, no habría manera de llegar a ver el día, y el desvelo aumentaría por instantes. Los luceros, cuyo fulgor ocultan las nubes a la mirada de los ojos humanos, son como ese amor tuyo que encubro, delicia mía, y que tampoco es visible más que en hipótesis. * * * Pastor soy de estrellas, como si tuviera a mi cargo apacentar todos los astros fijos y planetas. Las estrellas en la noche son el símbolo de los fuegos de amor encendidos en la tiniebla de mi mente. Parece que soy el guarda de este jardín verde oscuro del firmamento, cuyas altas yerbas están bordadas de narcisos. Si Tolomeo viviera, reconocería que soy el más docto de los hombres en espiar el curso de los astros. * * * Melancólico, afligido e insomne, el amante no deja de querellarse, ebrio del vino de las imputaciones. En un instante te hace ver maravillas, pues tan pronto es enemigo como amigo, se acerca como se aleja. Sus transportes, sus reproches, su desvío, su reconciliación parecen conjunción y divergencia de astros, presagios estelares adversos y favorables. Mas, de pronto, tuvo compasión de mi amor, tras el largo desabrimiento, y vine a ser envidiado, tras de haber sido envidioso. Nos deleitamos entre las blancas flores del jardín, agradecidas y encantadas por el riego de la escarcha: rocío , nube y huerto perfumado parecían nuestras lágrimas, nuestros párpados y su mejilla rosada. * * * Me quedé con ella a solas, sin más tercero que el vino, mientras el ala de la tiniebla nocturna se abría suavemente. Era una muchacha sin cuya vecindad perdería la vida. ¡Ay de ti! ¿Es que es pecado este anhelo de vivir? Yo, ella, la copa, el vino blanco y la oscuridad parecíamos tierra, lluvia, perla, oro y azabache. * * * Hasta que llegó la noche estuve esperando verte, ¡oh deseo mío!, oh colmo de mi anhelo!; pero las tinieblas me hicieron perder la esperanza, cuando antes, aunque apareciera la noche, no desesperaba de que siguiera el día. Tengo para ello una prueba que no puede mentir, pues por muchas análogas nos guiamos en asuntos difíciles, y es que, si te hubieras decidido a visitarme, no hubiera habido tinieblas, y la luz, -tu luz- hubiera permanecido sin cesar entre nosotros. * * * La «bella paciencia» está prisionera; pero las lágrimas corren libremente. * * * ¡Ah! El ojo que, en el día de Wasit, no derrama por ti cuantas lágrimas le quedan, es que es de piedra. Yazïd ibn 'Umar ibn Hubayra Y el hombre que, cuando tú le abandonas, no pierde por ti su mejor resignación, es que es de hielo. * * * Indicio del pesar son el fuego que abrasa el corazón y las lágrimas que se derraman y corren por las mejillas. Aunque el amante cele el secreto de su pecho, las lágrimas de sus ojos lo publican y lo declaran. Cuando los párpados dejan fluir sus fuentes, es que en el corazón hay un doloroso tormento de amor. * * * Desconfío de ti hasta en lo más despreciable que hagas, y a quien hay que despreciar es a quien desprecia estas cosas, sin ver que pueden ser origen de ruptura o de odio: el incendio en sus comienzos es una chispa. Todo lo grande empieza por ser diminuto: de un huesecillo de nada ves nacer el árbol. |
Yates
No entreguéis nunca todo vuestro corazón,
Ya que todo lo que es hermoso, no es más que un sueño breve y delicioso, oh no, nunca entreguéis todo vuestro corazón por completo... |
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SONATINA
Rubén Darío La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro; y en un vaso olvidada se desmaya una flor. El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y, vestido de rojo, piruetea el bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes, o en el que es soberano de los claros diamantes, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? ¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo, o perderse en el viento sobre el trueno del mar. Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. Y están tristes las flores por la flor de la corte; los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, de Occidente las dalias y las rosas del Sur. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real, el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! (La princesa está triste. La princesa está pálida) ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe (La princesa está pálida. La princesa está triste) más brillante que el alba, más hermoso que abril! -¡Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-, en caballo con alas, hacia acá se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, a encenderte los labios con su beso de amor! |
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Creoq ue no esta del todo bien traducida pero igual la comparto.
Cuando el niño era niño - Peter Handke. Cuando el niño era niño andaba con los brazos colgando, quería que el arroyo fuera un río, que el río fuera un torrente y que este charco fuera el mar. Cuando el niño era niño no sabía que era niño, para él todo estaba animado y todas las almas eran una. Cuando el niño era niño no tenía opinión sobre nada, no tenía ninguna costumbre, se sentaba en cuclillas, tenía un remolino en el cabello, y no ponía caras cuando lo fotografiaban. Cuando el niño era niño era el tiempo de preguntas como: ¿Por qué yo soy yo y por qué no tú? ¿Por qué estoy aquí y por qué no allí? ¿Cuando empezó el tiempo y dónde termina el espacio? ¿Acaso la vida bajo el sol no es sólo un sueño? Lo que veo y oigo y huelo, ¿no es sólo la apariencia de un mundo ante el mundo? ¿Existe de verdad el mal y gente que realmente son malos? ¿Cómo puede ser que yo, el que soy, no fuera antes de devenir, y que un día yo, el que yo soy, no sea más ese que soy? Cuando el niño era niño le costaba tragar las espinacas, los chícharos, el arroz con leche y la coliflor al vapor, y ahora come todo, no sólo por necesidad. Cuando el niño era niño alguna vez despertó en una cama extraña, y ahora lo hace seguido. Muchas personas le parecían bellas, y ahora, sólo en ocasiones, con suerte. Imaginaba claramente el paraíso, y ahora, como mucho, lo adivina. No podía pensar en la nada, y hoy se estremece ante ella. Cuando el niño era niño jugaba entusiasmado, y ahora se concentra como antes sólo si se trata de su trabajo. Cuando el niño era niño las manzanas y el pan le bastaban de alimento, y todavía es así. Cuando el niño era niño las moras le caían en la mano, como sólo caen las moras, y asi es todavía; las nueces frescas le ponían áspera la lengua, y así es todavía; encima de cada montaña tenía el anhelo de una montaña más alta, y en cada ciudad el anhelo de una ciudad aun más grande… y siempre es así todavía. En la copa del árbol tiraba de las cerezas con igual deleite lo hace hoy todavía; se asustaba de los extraños como todavía se asusta; esperaba las primeras nieves y todavía las espera. Cuando el niño era niño lanzó un palo como una lanza contra el árbol, y hoy vibra así todavía. |
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La prosa épica de Publius Ovidius Naso es otra de mis favoritas.
Un pequeño extracto de su obra cumbre Las Metamorfosis, un compendio de diversas historias mitológicas; desde el origen del mundo hasta llegar a la apoteosis de Julio César: Libro I Invocación Me lleva el ánimo a decir las mutadas formas a nuevos cuerpos: dioses, estas empresas mías -pues vosotros los mutasteis- aspirad, y, desde el primer origen del cosmos hasta mis tiempos, perpetuo desarrollad mi poema. El origen del mundo Antes del mar y de las tierras y, el que lo cubre todo, el cielo, 5 uno solo era de la naturaleza el rostro en todo el orbe, al que dijeron Caos, ruda y desordenada mole y no otra cosa sino peso inerte, y, acumuladas en él, unas discordes simientes de cosas no bien unidas. Ningún Titán todavía al mundo ofrecía luces, 10 ni nuevos, en creciendo, reiteraba sus cuernos Febe, ni en su circunfuso aire estaba suspendida la tierra, por los pesos equilibrada suyos, ni sus brazos por el largo margen de las tierras había extendido Anfitrite, y por donde había tierra, allí también ponto y aire: 15 así, era inestable la tierra, innadable la onda, de luz carente el aire: ninguno su forma mantenía, y estorbaba a los otros cada uno, porque en un cuerpo solo lo frío pugnaba con lo caliente, lo humedecido con lo seco, lo mullido con lo duro, lo sin peso con lo que tenía peso. 20 Tal lid un dios y una mejor naturaleza dirimió, pues del cielo las tierras, y de las tierras escindió las ondas, y el fluente cielo segregó del aire espeso. Estas cosas, después de que las separó y eximió de su ciega acumulación, disociadas por lugares, con una concorde paz las ligó. 25 La fuerza ígnea y sin peso del convexo cielo rieló y un lugar se hizo en el supremo recinto. Próximo está el aire a ella en levedad y en lugar. Más densa que ellos, la tierra, los elementos grandes arrastró y presa fue de la gravedad suya; el circunfluente humor 30 lo último poseyó y contuvo al sólido orbe. Así cuando dispuesta estuvo, quien quiera que fuera aquel, de los dioses, esta acumulación sajó, y sajada en miembros la rehizo. En el principio a la tierra, para que no desigual por ninguna parte fuera, en forma la aglomeró de gran orbe; 35 entonces a los estrechos difundirse, y que por arrebatadores vientos se entumecieran ordenó y que de la rodeada tierra circundaran los litorales. Añadió también fontanas y pantanos inmensos y lagos, y las corrientes declinantes ciñó de oblicuas riberas, las cuales, diversas por sus lugares, en parte son sorbidas por ella, 40 al mar arriban en parte, y en tal llano recibidas de más libre agua, en vez de riberas, sus litorales baten. Ordenó también que se extendieran los llanos, que se sumieran los valles, que de fronda se cubrieran las espesuras, lapídeos que se elevaran los montes. Y, como dos por la derecha y otras tantas por su siniestra 45 parte, el cielo cortan unas fajas -la quinta es más ardiente que aquéllas-, igualmente la carga en él incluida la distinguió con el número mismo el cuidado del dios, y otras tantas llagas en la tierra se marcan. De las cuales la que en medio está no es habitable por el calor. Nieve cubre, alta, a dos; otras tantas entre ambas colocó 50 y templanza les dio, mezclada con el frío la llama. Domina sobre ellas el aire, el cual, en cuanto es, que el peso de la tierra, su peso, que el del agua, más ligero, en tanto es más pesado que el fuego. Allí también las nieblas, allí aposentarse las nubes ordenó, y los que habrían de conmover, los truenos, las humanas mentes, 55 y con los rayos, hacedores de relámpagos, los vientos. A ellos también no por todas partes el artífice del mundo que tuvieran el aire les permitió. Apenas ahora se les puede impedir a ellos, cuando cada uno gobierna sus soplos por diverso trecho, que destrocen el cosmos: tan grande es la discordia de los hermanos. 60 El Euro a la Aurora y a los nabateos reinos se retiró, y a Persia, y a las cimas sometidas a los rayos matutinos. El Anochecer y los litorales que con el caduco sol se templan, próximos están al Céfiro; Escitia y los Siete Triones horrendo los invadió el Bóreas. La contraria tierra 65 con nubes asiduas y lluvia la humedece el Austro. De ello encima impuso, fluido y de gravedad carente, el éter, y que nada de la terrena hez tiene. Apenas así con lindes había cercado todo ciertas, cuando, las que presa mucho tiempo habían sido de una calina ciega, 70 las estrellas empezaron a hervir por todo el cielo, y para que región no hubiera ninguna de sus vivientes huérfana, los astros poseen el celeste suelo, y con ellos las formas de los dioses; cedieron para ser habitadas a los nítidos peces las ondas, la tierra a las fieras acogió, a los voladores el agitable aire. 75 Más santo que ellos un viviente, y de una mente alta más capaz, faltaba todavía, y que dominar en los demás pudiera: nacido el hombre fue, sea que a él con divina simiente lo hizo aquel artesano de las cosas, de un mundo mejor el origen, sea que reciente la tierra, y apartada poco antes del alto 80 éter, retenía simientes de su pariente el cielo; a ella, el linaje de Jápeto, mezclada con pluviales ondas, la modeló en la efigie de los que gobiernan todo, los dioses, y aunque inclinados contemplen los demás vivientes la tierra, una boca sublime al hombre dio y el cielo ver 85 le ordenó y a las estrellas levantar erguido su semblante. Así, la que poco antes había sido ruda y sin imagen, la tierra se vistió de las desconocidas figuras, transformada, de los hombres. [...] |
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Una escena.. Completo el poema.. Cita:
Cita:
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Este es un poema mío,espero que os guste:
Alma Cerrada Soy yo una alma cerrada que vive con agonía en una prisión encerrada Mi pobre corazón ya no ve la luz del día Y en mí atraviesa una espada de dolor y sufrimiento y desangra mi pobre alma Cada mañana me muero al saber que aún duele esa apuñalada La sangre y lágrimas se juntan en mi cuerpo cada día en mi alma cerrada Ya en mí no siento nada porque mi alma estará siempre cerrada. Llegará el día que me liberaré Con valor y esmero Lograré esas cadenas quitar que cubren mi cuerpo No importa cuán sea el sufrimiento mientras me libero de esa esclavitud porque las cadenas rotas estarán a la luz del lucero y al fin podré vivir mi ansiada juventud. Esa juventud que me fue arrebatada por esa vida llena de maldiciones Ya veo la luz del Sol y ahora son todo bendiciones y ya no tengo jamás el alma cerrada. |
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Charles Baudelaire - Las flores del mal
X- El enemigo Mi juventud fue sólo tenebrosa tormenta, por rutilantes soles cruzada acá y allá; relámpagos y lluvias la hicieron tan violenta, que en mi jardín hay pocos frutos dorados ya. De las ideas hoy al otoño he llegado, y rastrillos y pala ahora debo emplear para igualar de nuevo el terreno inundado, donde el agua agujeros cual tumbas fue a cavar. ¿Quién sabe si las flores nuevas que en sueño anhelo hallarán como playas en el regado suelo el místico alimento que les diera vigor? -¡Dolor!, ¡dolor! ¡El Tiempo, ay, devora la vida, y el oscuro Enemigo que roe nuestro interior con nuestra propia sangre crece y se consolida! Octavio Paz Dame, llama invisible, espada fría... Dame, llama invisible, espada fría, tu persistente cólera, para acabar con todo, oh mundo seco, oh mundo desangrado, para acabar con todo. Arde, sombrío, arde sin llamas, apagado y ardiente, ceniza y piedra viva, desierto sin orillas. Arde en el vasto cielo, laja y nube, bajo la ciega luz que se desploma entre estériles peñas. Arde en la soledad que nos deshace, tierra de piedra ardiente, de raíces heladas y sedientas. Arde, furor oculto, ceniza que enloquece, arde invisible, arde como el mar impotente engendra nubes, olas como el rencor y espumas pétreas. Entre mis huesos delirantes, arde; arde dentro del aire hueco, horno invisible y puro; arde como arde el tiempo, como camina el tiempo entre la muerte, con sus mismas pisadas y su aliento; arde como la soledad que te devora, arde en ti mismo, ardor sin llama, soledad sin imagen, sed sin labios. Para acabar con todo, oh mundo seco, para acabar con todo. |
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