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Respuesta: Poesía Romántica
Me gusta cuando callas Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolía. Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: déjame que me calle con el silencio tuyo. Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto. Pablo Neruda. |
Respuesta: Poesía Romántica
Viceversa
Tengo miedo de verte necesidad de verte esperanza de verte desazones de verte tengo ganas de hallarte preocupación de hallarte certidumbre de hallarte pobres dudas de hallarte tengo urgencia de oírte alegría de oírte buena suerte de oírte y temores de oírte o sea resumiendo estoy jodido y radiante quizá más lo primero que lo segundo y también viceversa. Mario Benedetti |
Respuesta: Poesía Romántica
Mujer sin nombre
Yo no digo tu nombre. Yo digo mi locura. Mírame cómo tengo los labios: como ríos que atraviesan cantando tu hermosura. Digo mi gran fervor, mi desespero. Digo lo que me quema cuando llegas y cuando ya te has ido lo que espero. Escribo mi apetencia de ser dueño de toda la candela de tus brazos, para quemarme en ella como un leño. Mujer sin nombre, si, pero nombrada por mil voces ocultas: por mi instinto que te tiene de gritos coronada. Mi sangre hinca su alarido ardiente en mi carne, socava mi estatura y en mi mismo te busca ciegamente. Y por buscarte así, como a una herida, es mi sangre de tu alma y de tu imagen la desenterradora enfurecida. Mujer casi imposible, yo te evoco. Para acercarte más cierro los ojos y por cerrarlos casi que te toco. Te veo saltar del fondo de mis versos y caer junto a mi alma, con tu pecho dividido en dos tibios universos. Te oigo hablar y siento que me quema esa llama de música que vive dormida en las palabras del poema. Te miro andar y siento que tus pasos, siempre que en el crepúsculo se alejan, más se acercan al sitio de mis brazos. Pienso en tu cuerpo cálido y moreno, y el cóncavo brasero de mis manos de tu cuerpo se siente casi lleno. Cuando miro tu talle me pregunto si en una habitación deshabitada por estar solo lo tendré más junto. Cuando miro tus muslos yo me digo que quizás en el tiempo de la siega serán de mis trigales dulce trigo. Y cuando veo tu pelo anochecido, pienso que va a temblar como una estrella cuando mi beso arranque tu gemido. :enamorado: Te espero, si, con tanto desespero, que la cal de mis huesos ya no puede con la muerte profunda con que muero. Ahora solo falta que te atrevas y que congregues todas tus pasiones con la pasión recóndita que llevas. Mientras tanto yo soy el infinito, y tú el surco de estrellas asediado por la semilla amarga de mi grito. Carlos Castro Saavedra |
Respuesta: Poesía Romántica
Cita:
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Respuesta: Poesía Romántica
Elogio al infierno de una dama
Algunos perros que duermen a la noche deben soñar con huesos y yo recuerdo tus huesos en la carne o mejor en ese vestido verde oscuro y esos zapatos de taco alto negros y brillantes, siempre puteabas cuando estabas borracha, tu pelo se resbalaba de tu oreja querías explotar de lo que te atrapaba: recuerdos podridos de un pasado podrido, y al final escapaste muriendo, dejándome con el presente podrido. hace 28 años que estás muerta y sin embargo te recuerdo mejor que a cualquiera de las otras fuiste la única que comprendió la futilidad del arreglo con la vida. las demás sólo estaban incómodas con segmentos triviales, criticaban absurdamente el viejo indecente lo pequeñito: Jane, te asesinaron por saber demasiado. vaya un trago por tus huesos con los que este viejo perro sueña todavía. Charles Bukowski *** Hay ojos que miran, hay ojos que sueñan... Hay ojos que miran, -hay ojos que sueñan, hay ojos que llaman, -hay ojos que esperan, hay ojos que ríen -risa placentera, hay ojos que lloran -con llanto de pena, unos hacia adentro -otros hacia fuera. Son como las flores -que cría la tierra. Mas tus ojos verdes, -mi eterna Teresa, los que están haciendo -tu mano de hierba, me miran, me sueñan, -me llaman, me esperan, me ríen rientes -risa placentera, me lloran llorosos -con llanto de pena, desde tierra adentro, -desde tierra afuera. En tus ojos nazco, -tus ojos me crean, vivo yo en tus ojos -el sol de mi esfera, en tus ojos muero, -mi casa y vereda, tus ojos mi tumba, -tus ojos mi tierra. Miguel de Unamuno |
Respuesta: Poesía Romántica
Una ñoña:
¡Vámonos! ¡Vámonos! Estoy herido... César Vallejo I Lisa: desde que te amo, odio a mi profesor de Derecho Civil. ¿Puedo pensar en compraventas con rostros de ventanas de cárcel, en la teoría de la causa que me parece un túnel lleno de grillos rojos y de raíces que se frustraron sin el sol, en hipotecas con tuberculosis, en el registro de la asaltante propiedad raíz? ¿Puedo pensar en eso, digo, si tengo en pos de mi ansia tus grandes ojos simples y oscuros como un lago nocturno, tu voz reciente como la fresca madrugada de mañana, tu aroma musical -oh, fugitiva- que guardo entre los dedos de mi mano derecha? Lisa, la transparente hija del aire: tu desnudez me pide el matutino sol de la pradera, mis manos descendiendo desde la flor del agua para salvar tu sangre de las arterias verdes de la grama. Y yo, pobre galeote de este siglo, siervo inconcluso del hastío y la sangre, te escribo y te amo mientras todos hablan de los contratos de adhesión. Ah, Lisa, Lisa, estoy completamente herido. II Pobre de mí, querida, solo con mi terror entre los Códigos, estudiando Derecho con carne de presidio, negando al cielo entre muchachos gordos que creen firmemente en los rinocerontes, pensando siempre en encontrar un bar en donde si quitáramos las mesas quepan la madrugada y tú junto a mis ojos. Pobre de mí, pobre de mí, que soy marxista y me como las uñas, que amo los suaves garfios de la arena, las palabras del mar y la simplicidad de la gaviotas; que odio los Bancos, las inyecciones de complejo B, la nocturna crueldad de los motociclistas que lanzan rudas piedras al ángel de los sueños; pobre de mí, querida, pobre de mí, pobre de este muchacho que nunca hirió a los árboles, a quien todos exigen estos días que lea amablemente a Jellinek, que se acueste desnudo con las tarifas aduanales y así jure ante el viento que el juez es superior al asesino. Ah, Lisa, Lisa, estoy completamente herido. Roque Dalton. __________________________________________________ _________________ Una no ñoña Kilómetro 10 Hoy soy una aspirina, tal vez una anfetamina Highway mi amor Tengo el culo frío Una máquina negra destila un millón de tigres sangrientos en la mitad de mi cuerpo Hoy soy una aspirina, tal vez una anfetamina y parece que hoy nada camina No camina el camión Tengo ganas de saltar al vacío ganas de cortarme las venas con el filo de tu aliento con el filo de tus silencios para que la mañana y el cielo y las nubes se llenen con tu sangre Hoy soy una aspirina, tal vez una anfetamina Me falta un tornillo y seguramente se me ha perdido en tu caja de herramientas Highway mi amor, tengo el culo frío Marciana. |
Respuesta: Poesía Romántica
Este es un poema de un autor de mi país Ecuador!!!
A mi corazón de: Julio Zaldumbide Gangotena ¡Corazón! ¡Corazón! ¿Por qué suspiras? ¿Por qué los muros de tu cárcel bates? Es imposible, corazón…. ¡Deliras! Infeliz corazón, en vano lates! Siempre contuve tu ímpetu violento desde que pude conocer el mundo; siempre fui sordo a tu amoroso acento, sin tener compasión de tu ¡ay! profundo. ¿Sabes por qué? Tras vanas ilusiones (ilusiones no más, bien lo sabía) quisiste ir como otros corazones a buscar, necio… ¿qué?, lo que no había. A buscar el amor… amor no se halla; a buscar la virtud… la virtud, menos; por eso yo te opuse firme valla, y no tuviste días de horror llenos. Conozco el mundo y sé la red que tiende: su mano oculta enherbolada vira a cuya punta el corazón aprende lo que va del amor a la mentira… Y tú querías con ardor vehemente lanzarte al mundo, ciego en el engaño; ibas a perecer, pobre inocente, al filo de su arma, el desengaño… ¡No, jamás corazón! Cese tu acento; calma tu afán, desecha la esperanza; ese bien que demanda tu lamento es un bien que en el mundo no se alcanza. ¡La virtud! ¡La virtud!… es vano nombre; sonar la oirás en nuestra impura boca, pero en verdad no la conoce el hombre ni responde a su voz cuando la invoca. ¡El amor! ¡El amor! Dulce consuelo, supremo goce de la humana vida, única flor que aromatiza el suelo, felicidad del cielo descendida… Mas, otra vez, oh corazón, suspiras y el fuerte muro de tu cárcel bates. ¡Es imposible, corazón!… ¡Deliras! ¡Infeliz corazón, en vano lates! |
Respuesta: Poesía Romántica
Mario Benedetti
Hagamos un trato Compañera usted sabe puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo si alguna vez advierte que la miro a los ojos y una veta de amor reconoce en los míos no alerte sus fusiles ni piense qué delirio a pesar de la veta o tal vez porque existe usted puede contar conmigo si otras veces me encuentra huraño sin motivo no piense qué flojera igual puede contar conmigo pero hagamos un trato yo quisiera contar con usted es tan lindo saber que usted existe uno se siente vivo y cuando digo esto quiero decir contar aunque sea hasta dos aunque sea hasta cinco no ya para que acuda presurosa en mi auxilio sino para saber a ciencia cierta que usted sabe que puede contar conmigo |
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