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Sii tienes razón creo que podría decir que me quedaría con las dos últimas estrofas, pero tal vez si le quitaramos las dos primeras
no tendría mucho sentido no crees? Cita:
vaya, tenemos un poeta/isa :) |
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Soy hombre :P pero no poeta, eso sería una gran mentira! Saludos cinthya! |
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Sobreviví la noche de un modo secreto.
Sobreviví la noche de un modo secreto y entro en el día. Le basta al que está a salvo saber que fue salvado aunque no sepa el cómo. Tomo, pues, mi lugar entre los vivos, como quien deja que lo lleven, candidata al azar de la mañana pero citada con los muertos. Emily Dickinson |
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A los hombres futuros (I)
I Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos. Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa revela insensibilidad. El que ríe es que no ha oído aún la noticia terrible, aún no le ha llegado. ¡Qué tiempos éstos en que hablar sobre árboles es casi un crimen porque supone callar sobre tantas alevosías! Ese hombre que va tranquilamente por la calle ¿lo encontrarán sus amigos cuando lo necesiten? Es cierto que aún me gano la vida Pero, creedme. es pura casualidad. Nada de lo que hago me da derecho a hartarme. Por casualidad me he librado. (Si mi suerte acabara, estaría perdido). Me dicen: «¡Come y bebe! ¡Goza de lo que tienes!» Pero ¿cómo puedo comer y beber si al hambriento le quito lo que como y mi vaso de agua le hace falta al sediento? Y, sin embargo, como y bebo. Me gustaría ser sabio también. Los viejos libros explican la sabiduría: apartarse de las luchas del mundo y transcurrir sin inquietudes nuestro breve tiempo. Librarse de la violencia. dar bien por mal, no satisfacer los deseos y hasta olvidarlos: tal es la sabiduría. Pero yo no puedo hacer nada de esto: verdaderamente, vivo en tiempos sombríos. Bertolt Brecht |
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On Seeing the Elgin Marbles
By John Keats My spirit is too weak—mortality Weighs heavily on me like unwilling sleep, And each imagined pinnacle and steep Of godlike hardship tells me I must die Like a sick eagle looking at the sky. Yet ’tis a gentle luxury to weep That I have not the cloudy winds to keep Fresh for the opening of the morning’s eye. Such dim-conceived glories of the brain Bring round the heart an undescribable feud; So do these wonders a most dizzy pain, That mingles Grecian grandeur with the rude Wasting of old time—with a billowy main— A sun—a shadow of a magnitude. Traducción I Al ver los mármoles de Elgin Mi alma es demasiado débil; sobre ella pesa, como un sueño inconcluso, la espera de la muerte y cada circunstancia u objeto es una suerte de decreto divino que anuncia que soy presa de mi fin, como un águila herida mira al cielo. Pero es un delicado murmullo este lamento por no tener conmigo una nube, acaso un viento que hasta abrir su ojo el alba me dé tibio consuelo. Estas borrosas glorias que imagina la mente prestan al corazón un territorio escondido y un extraño dolor cuyo prodigio silente mezcla la helénica grandeza con el sonido del Tiempo ya pasado o de un mar inclemente, con el solo la sombra de un ser desconocido. Traducción II Al ver los mármoles de Elgin Noto débil mi espíritu: la mortalidad pesa sobre mí enormemente, como una pesadilla, y cada imaginada cumbre y cada cuesta de divino pesar me dice que yo debo morir: igual que un águila que, enferma, mira al cielo. No obstante, es un lujoso placer que ahora lamente no poseer nublados vientos que me mantengan fresco para nacer de nuevo al nuevo día. Tantos vagos prodigios que concibe la mente una contienda fuerzan en mi pecho del todo indescriptible; como provocan estas maravillas un doloroso vértigo que funde y que confunde el esplendor de Grecia con la ruda ruina del ancho tiempo, y un sol –que es una sombra de su anterior grandeza– con un furioso mar. |
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Caigo de mí hacia mí ¿Dolor? no ¿Angustia? no ¿Qué pues? Vacío que me espera Anuncios de la muerte Pequeña elegía Ya para qué seguir siendo árbol si el verano de dos años me arrancó las hojas y las flores Ya para qué seguir siendo árbol si el viento no canta en mi follaje si mis pájaros migraron a otros lugares Ya para qué seguir siendo árbol sin habitantes a no ser esos ahorcados que penden de mis ramas como frutas podridas en otoño Raúl Gomez Jattin ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ¡La hemos vuelto a hallar!... ¡La hemos vuelto a hallar! ¿Qué?, la Eternidad. Es la mar mezclada con el sol. Alma mía eterna, cumple tu promesa pese a la noche solitaria y al día en fuego. Pues tú te desprendes de los asuntos humanos, ¡De los simples impulsos! Vuelas según.. Nunca la esperanza, no hay oriente. Ciencia y paciencia. El suplicio es seguro. Ya no hay mañana, brasas de satén, vuestro ardor es el deber. ¡La hemos vuelto a hallar! -¿Qué?- -La Eternidad. Es la mar mezclada con el sol. Rimbaud Versión de Umberto Toso |
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LA BELLEZA DE LOS HOMBRES
Ignoraban Que la belleza del hombre es más grande que el hombre Vivían para pensar pensaban en callarse Recuperaban su inocencia con la muerte Habían puesto en orden Bajo el nombre de riqueza Su miseria su amante Mordisqueaban flores y sonrisas Sólo encontraban corazones en la punta de su fusil No comprendían las injurias de los pobres De los pobres indiferentes mañana Sueños sin sol les convertían en eternos Pero para que la nube se transformara en barro Descendían ya no daban cara al cielo Toda su noche su muerte su bella sombra miseria Miseria para los demás Olvidaremos a esos enemigos indiferentes Una multitud muy pronto Repetirá la clara llama con voz muy dulce La llama para nosotros dos par nosotros sólo paciencia Para nosotros dos dondequiera que sea el beso de los vivos. Paul Eluard La loca farola, luce la noche y aun no aloca el día. Si llueve la luz del cielo, llora tu luz farola! llórala! no ocultes a ellas, las estrellas, que no encuentro sueños dueños de esperanzas. Farola tarada! tarira tirolalira Apagas su música, canto celestial. ¿qué loco te dio a luz? Anónimo/desconocido/alguien como yo/no lo sé Sueño de infancia muerta Esta noche me quiero poner una bufanda de soles en el cuello, quiero ser, la verdad que le hizo zancadilla a lo que siempre fue la mentira de mi vida, una pistola verde que solo dispare las enmohecidas balas de la euforia, un perro pequeñito que duerma en una cajita de fósforos junto a una chimenea; un engaño a Satanás, la clonación de algún niño feliz al que no le encontré nombre, una borona que se caiga en la mesa del cielo, un grito que suene como un canto, una vaca en la India pero en casa de un chino, un charco en la cima de un cerro, una locura que lleve gente a pasear, el asesino de mi asesino, una ola de piel, una orilla de sol, un camino directo al mundillo de las serpientes cabeza de ojo, que solo mide una milésima de hectárea, quiero ser, algo que sirva para ponerle una sonrisa, que no sea autoadhesiva. Anónimo/desconocido/alguien como yo/no lo sé EL LOCO He vivido entre los arrabales, pareciendo un mono, he vivido en la alcantarilla transportando las heces, he vivido dos años en el Pueblo de las Moscas y aprendido a nutrirme de lo que suelto. Fui una culebra deslizándose por la ruina del hombre, gritando aforismos en pie sobre los muertos, atravesando mares de carne desconocida con mis logaritmos. Y sólo pude pensar que de niño me secuestraron para una alucinante batalla y que mis padres me sedujeron para ejecutar el sacrilegio, entre ancianos y muertos. He enseñado a moverse a las larvas sobre los cuerpos, y a las mujeres a oír cómo cantan los árboles al crepúsculo, y lloran. Y los hombres manchaban mi cara con cieno, al hablar, y decían con los ojos «fuera de la vida», o bien «no hay nada que pueda ser menos todavía que tu alma», o bien «cómo te llamas» y «qué oscuro es tu nombre». He vivido los blancos de la vida, sus equivocaciones, sus olvidos, su torpeza incesante y recuerdo su misterio brutal, y el tentáculo suyo acariciarme el vientre y las nalgas y los pies frenéticos de huida. He vivido su tentación, y he vivido el pecado del que nadie cabe nunca nos absuelva. Leopoldo María Panero |
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EL HOMBRE QUE SÓLO COMÍA ZANAHORIAS
El hombre que sólo comía zanahorias ya no podía ni de noche cerrarse los ojos y eran dos faros abiertos para nada y no sabía sino mirar, mirar el hombre que sólo comía zanahorias. El hombre que sólo comía zanahorias vagaba por los campos, en lucha con conejos en pos de sus malditas zanahorias. El hombre que sólo comía zanahorias tenía miedo a tanta luz, a tanto sol que quema, y destapa, y desnuda, y acosa en medio del campo de las zanahorias, y vivía pues en madriguera oscura y breve, saliendo sólo de vez en cuando para buscar sus zanahorias. El hombre que sólo comía zanahorias era capaz de matar, y de robar, y cuentan que se deshizo de su mujer por una sola zanahoria. El hombre que sólo comía zanahorias salía a la tarde, que es la hora de las zanahorias y de noche, y de día, y al crepúsculo oía gritar llamándole a las zanahorias. El hombre que sólo comía zanahorias tenía el pelo rojo y largos colmillos para partir mejor las zanahorias y las piernas largas para correr mejor, porque tenía miedo de los hombres más todavía que del sol y así era el hombre que sólo comía zanahorias. La escribió hace siglos un amigo/conocido que tuve en mi juventud, no le gusta la poesía (especialmente, tanto como a mí), pero es una pena, puesto que me fascina su estilo y el mundo no sabe lo que se pierde. |
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Un poema del poeta Cesar Vallejo
Intensidad y altura Quiero escribir, pero me sale espuma, quiero decir muchísimo y me atollo; no hay cifra hablada que no sea suma, no hay pirámide escrita, sin cogollo. Quiero escribir, pero me siento puma; quiero laurearme, pero me encebollo. No hay tos hablada, que no llegue a bruma no hay dios ni hijo de dios, sin desarrollo. Vámonos, pues, por eso, a comer yerba, carne de llanto, fruta de gemido, nuestra alma melancólica en conserva. ¡Vámonos! ¡Vámonos! Estoy herido; Vámonos a beber lo ya bebido, vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva. y otro del mismo autor.... Espergesia Yo nací un día que Dios estuvo enfermo. Todos saben que vivo, que soy malo; y no saben del diciembre de ese enero. Pues yo nací un día que Dios estuvo enfermo. Hay un vacío en mi aire metafísico que nadie ha de palpar: el claustro de un silencio que habló a flor de fuego. Yo nací un día que Dios estuvo enfermo. Hermano, escucha, escucha... Bueno. Y que no me vaya sin llevar diciembres, sin dejar eneros. Pues yo nací un día que Dios estuvo enfermo. Todos saben que vivo, que mastico... y no saben por qué en mi verso chirrían, oscuro sinsabor de ferétro, luyidos vientos desenroscados de la Esfinge preguntona del Desierto. Todos saben... Y no saben que la Luz es tísica, y la Sombra gorda... Y no saben que el misterio sintetiza... que él es la joroba musical y triste que a distancia denuncia el paso meridiano de las lindes a las Lindes. Yo nací un día que Dios estuvo enfermo, grave. |
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Eran ayer mis dolores… Eran ayer mis dolores como gusanos de seda que iban labrando capullos; hoy son mariposas negras. ¡De cuántas flores amargas he sacado blanca cera! ¡Oh, tiempo en que mis pesares trabajaban como abeja! Hoy son como avenas locas, o cizaña en sementera, como tizón en espiga, como carcoma en madera. ¡Oh, tiempo en que mis dolores tenía lágrimas buenas, y eran como agua de noria que va regando una huerta! Hoy son agua de torrente que arranca el limo a la tierra. Dolores que ayer hicieron de mi corazón colmena, hoy tratan mi corazón como a una muralla vieja: quieren derribarlo, y pronto, al golpe de la piqueta. Antonio Machado *** Pues eso: antes, todo esto que arrastro, o sea la tristeza, el vértigo, el aburrimiento, la falta de sentido, y un mundo entero de cosas, de alguna manera me forjaban, me permitían destilar algo valioso que me distinguía, caracterizaba, que me daba la capacidad de persistir ante esto que se supone que es mi vida, o, en una alusión medio cliché, me daba la habilidad para sacar lo mejor de mí; ahora..., es sólo lo primero, y más, pues hay frío constante, temblores y náuseas y ganas de desaparecer, e impotencia, muchísima impotencia acompañada con un invasivo sentimiento de invalidez e indefensión. Y ¡mierda, maldita sea, mil demonios!, no sé qué hacer o por dónde empezar. Qué puto naufragio éste. PS. Tras del hecho, pareciera que el foro, por las fallas técnicas que ha tenido, estuviera agonizando. Incluso postearon que el dominio sólo está registrado hasta el enero que viene. |
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Sé bien, sé bien que estoy en el fondo de la fosa;
que todo aquello que toco ya lo he tocado; que soy prisionero de un interés indecente; que cada convalecencia es una recaída; que las aguas están estancadas y todo tiene sabor a viejo; que también el humorismo forma parte del bloque inamovible; que no hago otra cosa que reducir lo nuevo a lo antiguo; que no intento todavía reconocer quién soy; que he perdido hasta la antigua paciencia de orfebre; que la vejez hace resaltar por impaciencia sólo las miserias; que no saldré nunca de aquí por más que sonría; que doy vueltas de un lado a otro por la tierra como una bestia enjaulada; que de tantas cuerdas que tengo he terminado por tirar de una sola; que me gusta embarrarme porque el barro es materia pobre y por lo tanto pura; que adoro la luz sólo si no ofrece esperanza. Pier Paolo Pasolini. No sé que tienen los domingos que me hunden en la miseria más si cabe xD |
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A mi los domingos me exasperan, es como si me fueran a fusilar al amanecer. La de tu avatar es la mujer de Fellini? la de La Strada? |
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Sí, Giulitta Masina, una de mis actrices favoritas. Sinceramente creo que las mejores películas de Fellini son aquellas en las que sale ella (las primeras, vaya, aunque luego también sale en alguna más "moderna", como Ginger and Fred, con el Mastroianni, en plan viejecicos adorables :)). La Strada es preciosa.
Pasolini no se merecía terminar como terminó, nadie merece morir de esa forma. Yo nunca he creído la versión oficial que se publicó sobre su asesinato... poco antes de morir anunció que estaba escribiendo un libro sobre la relación entre grandes empresas, políticos y la mafia. Blanco y en botella. Sus escarceos sexuales fueron la cortina de humo perfecta. |
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La Strada me gustó mucho, recuerdo la escena en que entran a una casa y hay una fiesta, y ella va una habitación en la que hay un niño acostado en una cama, al parecer está enfermo y gelsomina trata de sacarle una sonrisa.
Luego aparece una monja... |
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A mi me produce una gran ternura la escena en la que se va Zampano con la pilingui y se queda ella esperando sentada en la calle, y cuando viene a buscarla Zampano y ella se va sola a la playa y sonrie de contenta.
E arrivato Zampano! zampano e arrivato ZASCA con la vara Por si alguien la quiere ver, magnifico también Anthony Quinn |
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Insomnio.
Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas). A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro, y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna. Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla. Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid, por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre? ¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches? Dámaso Alonso Estoy sola, está oscuro, me llevara el duende :o:meparto: |
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Me acabo de encontrar con esto en un blog, del 84 a.C.
Catullus 16. Vaya tela con el poeta incomprendido :D ¡Qué poco hemos cambiado! Pedicabo ego vos et irrumabo, Aureli pathice et cinaede Furi, qui me ex versiculis meis putastis, quod sunt molliculi, parum pudicum. Nam castum esse decet pium poetam ipsum, versiculos nihil necesse est; qui tum denique habent salem ac leporem, si sunt molliculi ac parum pudici, et quod pruriat incitare possunt, non dico pueris, sed his pilosis qui duros nequeunt movere lumbos. Vos, quod milia multa basiorum legistis, male me marem putatis? Pedicabo ego vos et irrumabo. ---- Os daré por el culo y me la chuparéis, maricón de Aurelius y Furius el catamita, que me considerasteis poco decente por mis versos, porque son delicados. Pues es conveniente que casto lo sea el buen poeta en persona, pero en nada deben serlo sus versos, que sólo tienen sal y gracia si son poco decentes y delicados y pueden excitar los deseos no digo ya de los muchachos, sino de esos velludos que ni siquiera pueden mover sus duros lomos. Vosotros, que habéis leído muchos miles de besos, ¿me considerais un maricón? Os daré por el culo y me la chuparéis. |
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Destino Matamos lo que amamos. Lo demás no ha estado vivo nunca. Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere un olvido, una ausencia, a veces menos. Matamos lo que amamos. ¡Que cese esta asfixia de respirar con un pulmón ajeno! El aire no es bastante para los dos. Y no basta la tierra para los cuerpos juntos y la ración de la esperanza es poca y el dolor no se puede compartir. El hombre es ánima de soledades, ciervo con una flecha en el ijar que huye y se desangra. Ah, pero el odio, su fijeza insomne de pupilas de vidrio; su actitud que es a la vez reposo y amenaza. El ciervo va a beber y en el agua aparece el reflejo del tigre. El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve -antes que lo devoren- (cómplice, fascinado) Igual a su enemigo. Damos la vida solo a lo que odiamos. Rosario Castellanos |
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José Hierro ...quien lee a un poeta descubre mucho de éste, al tiempo que descubre mucho de sí. Y mucho de su tiempo. Porque el poeta es un hombre sometido a circunstancias temporales, zarandeado por los hechos, igual que los demás hombres. El poeta es una hoja más entre los millones de ellas que forman el árbol de su tiempo. Raíces comunes las alimentan. Por eso, lo que dice de sí mismo es válido para los demás. Lo único que distingue al poeta no es su mayor sensibilidad, sino su capacidad de expresión. Es una hoja que habla entre hojas mudas. Lo cierto es que no me he propuesto, a priori, hacer éste o aquel tipo de poesía: salió lo que salió, muchas veces algo totalmente distinto de lo que pretendía. La verdad es que me preocupa poco la cuestión de su encasillamiento, poco la licitud o la ilicitud, modernidad o vejez del asunto tratado. La honestidad de mi poesía —no su valor— reside en el hecho de que he escrito siempre para mí. Pero ¡cuidado!, que escribir para uno no significa escribir para que los demás no le entiendan, como ciertos fareros de las torres de marfil. El poeta tampoco puede escribir sólo para que le entiendan los demás: escribe para entenderse a sí mismo, que es la única manera de que puedan entenderlo los otros, ya que somos una porción de esos otros. De la misma manera que se acepta que sólo es universal y eterno el que es local y muy de su tiempo, ha de aceptarse que sólo puede hablarse a los demás cuando se habla para uno mismo. Pero antes hay que haber vivido entre los demás. De ellos procedemos y a ellos fatalmente hemos de volver a través de la poesía, que es lo más noble que el ser humano puede ofrecer a los demás. http://cvc.cervantes.es/literatura/e...exiones_02.htm Respuesta Quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras. Sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente. Que tú me entendieras a mí sin palabras como entiendo yo al mar o a la brisa enredada en un álamo verde. Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte, Hace ya mucho tiempo aprendí hondas razones que tú no comprendes. Revelarlas quisiera, poniendo en mis ojos el sol invisible, la pasión con que dora la tierra sus frutos calientes. Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte. Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve. Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma, yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te hiriese. Criatura también de alegría quisiera que fueras, criatura que llega por fin a vencer la tristeza y la muerte. Si ahora yo te dijera que había que andar por ciudades perdidas y llorar en sus calles oscuras sintiéndose débil, y cantar bajo un árbol de estío tus sueños oscuros, y sentirte hecho de aire y de nube y de hierba muy verde... Si ahora yo te dijera que es tu vida esa roca en que rompe la ola, la flor misma que vibra y se llena de azul bajo el claro nordeste, aquel hombre que va por el campo nocturno llevando una antorcha, aquel niño que azota la mar con su mano inocente... Si yo te dijera estas cosas, amigo, ¿qué fuego pondría en mi boca, qué hierro candente, qué olores, colores, sabores, contactos, sonidos? Y ¿cómo saber si me entiendes? ¿Cómo entrar en tu alma rompiendo sus hielos? ¿Cómo hacerte sentir para siempre vencida la muerte? ¿Cómo ahondar en tu invierno, llevar a tu noche la luna, poner en tu oscura tristeza la lumbre celeste? Sin palabras, amigo; tenía que ser sin palabras como tú me entendieses. |
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por un minuto de vida breve única de ojos abiertos por un minuto de ver en el cerebro flores pequeñas danzando como palabras en la boca de un mudo 13 explicar con palabras de este mundo que partió de mí un barco llevándome 14 El poema que no digo, el que no merezco. Miedo de ser dos camino del espejo: alguien en mí dormido me come y me bebe. 15 Extraño desacostumbrarme de la hora en que nací. Extraño no ejercer más oficio de recién llegada. 17 Días en que una palabra lejana se apodera de mí. Voy por esos días sonámbula y transparente. La hermosa autómata se canta, se encanta, se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos donde me danzo y me lloro en mis numerosos funerales. (Ella es su espejo incendiado, su espera en hogueras frías, su elemento místico, su fornicación de nombres creciendo solos en la noche pálida.) 23 una mirada desde la alcantarilla puede ser una visión del mundo la rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos. EL DESEO DE LA PALABRA La noche, de nuevo la noche, la magistral sapiencia de lo oscuro, el cálido roce de la muerte, un instante de éxtasis para mí, heredera de todo jardín prohibido. Pasos y voces del lado sombrío del jardín. Risas en el interior de las paredes. No vayas a creer que están vivos. No vayas a creer que no están vivos. En cualquier momento la fisura en la pared y el súbito desbandarse de las niñas que fui. Caen niñas de papel de variados colores. ¿Hablan los colores? ¿Hablan las imágenes de papel? Solamente hablan las doradas y de ésas no hay ninguna por aquí. Voy entre muros que se acercan, que se juntan. Toda la noche hasta la aurora salmodiaba: Si no vino es porque no vino. Pregunto. ¿A quién? Dice que pregunta, quiere saber a quién pregunta. Tú ya no hablas con nadie. Extranjera a muerte está muriéndose. Otro es el lenguaje de los agonizantes. He malgastado el don de transfigurar a los prohibidos (los siento respirar adentro de las paredes). Imposible narrar mi día, mi vía. Pero contempla absolutamente sola la desnudez de estos muros. Ninguna flor crece ni crecerá del milagro. A pan y agua toda la vida. En la cima de la alegría he declarado acerca de una música jamás oída. ¿Y qué? Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir. LA PALABRA DEL DESEO Esta espectral textura de la oscuridad, esta melodía en los huesos, este soplo de silencios diversos, este ir abajo por abajo, esta galería oscura, oscura, este hundirse sin hundirse. ¿Qué estoy diciendo? Está oscuro y quiero entrar. No sé qué más decir. (Yo no quiero decir, yo quiero entrar.) El dolor en los huesos, el lenguaje roto a palabras, poco a poco reconstituir el diagrama de la irrealidad. Posesiones no tengo (esto es seguro; al fin algo seguro). Luego una melodía. Es una melodía plañidera, una luz lila, una inminencia sin destinatario. Veo la melodía. Presencia de una luz anaranjada. Sin tu mirada no voy a saber vivir, también esto es seguro. Te suscito, te resucito. Y me dijo que saliera al viento y fuera de casa en casa preguntando si estaba. Paso desnuda con un cirio en la mano, castillo frío, jardín de las delicias. La soledad no es estar parada en el muelle, a la madrugada, mirando el agua con avidez. La soledad es no poder decirla por no poder circundarla por no poder darle un rostro por no poder hacerla sinónimo de un paisaje. La soledad sería esta melodía rota de mis frases. NOMBRES Y FIGURAS La hermosura de la infancia sombría, la tristeza imperdonable entre muñecas, estatuas, cosas mudas, faborables al doble monologo entre yo y mi antro lujurioso, el tesoro de los piratas enterrado en mi primera persona del singular. No se espera otra cosa que música y deja, deja que el sufrimiento que vibra en formas traidoras y demasiado bellas llegue al fonfo de los fondos. Hemos intentado hacernos perdonar lo que no hicimos, las ofensas fantásticas las culpas fantasmas. Por bruma, por nadie, por sombras, hemos expiado. Lo que quiero es honorar a la poseedora de mi sombra: la que sustrae de la nada nombres y figuras. VÉRTIGOS O CONTEMPLACIÓN DE ALGO QUE TERMINA Esta lila se deshoja. desde sí misma cae y oculta su antigua sombra. He de morir de cosas así. UN SUEÑO DONDE EL SILENCIO ES DE ORO El perro del invierno dentella mi sonrisa. Fue en el puente. Yo estaba desnuda y llevaba un sombrero con flores y arrastraba mi cadáver también desnudo y con un sombrero de hojas secas. He tenido muchos amores ---dije--- pero el más hermoso fue mi amor por los espejos. ESTAR Vigilas desde este cuarto donde la sombra temible es la tuya. No hay silencio aquí sino frases que evitas oír. Signos en los muros narran la bella lejanía. (Haz que no muera sin volver a verte.) NOCHE Quoi,toujours? Entre moi sans Cesse et le bonbeur! G. de nerval Tal vez esta noche no es noche, debe ser un sol horrendo, o lo otro, o cualquier cosa... ¡Qué sé yo! Faltan palabras, falta candor, falta poesía cuando la sangre llora y llora! ¡Pudiera ser tan feliz esta noche! Si sólo me fuera dado palpar las sombras, oír pasos, decir "buenas noches" a cualquiera que pasease a su perro, miraría la luna, dijera su extraña lactescencia tropezaría con piedras al azar, como se hace. Pero hay algo que rompe la piel, una ciega furia que corre por mis venas. ¡Quiero salir! Cancerbero del alma ¡Deja, déjame transpasar tu sonrisa! ¡Pudiera ser tan feliz esta noche! Aún quedan ensueños rezagados. ¡Y tantos libros! ¡Y tantas luces! ¡Y mis pocos años! ¿Por qué no? La muerte esta lejana. NO me mira. ¡Tanta vida Señor! ¿Para qué tanta vida? A LA ESPERA DE LA OSCURIDAD a Clara Silva Ese instante que no se olvida Tan vacío devuelto por las sombras Tan vacío rechazado por lor relojes Ese pobre instante adoptado por mi ternura Desnudo desnudo de sangre de alas Sin ojos para recordar angustias de antaño Sin labios para recoger el zumo de las violencias Perdidas en el canto de los helados campanarios Ampáralo niña ciega de alma Ponle tus cabellos escarchados por el fuego Abrázalo pequeña estatua de terror Señálale el mundo convulcionado a tus pies A tus pies donde mueren las golondrinas Tirirtantes de pavor frente al futuro Dile que los suspiros del mar Humeden las únicas palabras Por las que vale vivir Pero ese instante sudoroso de nada Acurrucado en la cueva del destino Sin manos para decir nunca Sin manos para regalar mariposas A los niños muertos. LA CARENCIA Yo no sé de pájaros, no conozco la historia del fuego. Pero creo que mi soledad debería tener alas. LA UNICA HERIDA ¿Qué bestia caída de pasmo se arrastra por mi sangre y quiere salvarse? He aquí lo difíci: caminar por las calles y señalar el cielo o la tierra. Exilio a Raúl Gustavo Aguirre Esta manía de saberme ángel, sin edad, sin muerte en qué vivirme, sin piedad por mi nombre ni por mis huesos que lloran vagando. ¿Y quién no tiene un amor? ¿Y quién no goza entre amapolas? ¿Y quién no posee un fuego, una muerte, un miedo, algo horrible, aunque fuere con plumas aunque fuere con sonrisas? Siniestro delirio amar una sombra. La sombra no muere. Y mi amor sólo abraza a lo que fluye como lava del infierno: una logia callada, fantasmas en dulce erección, sacerdotes de espuma, y sobre todo ángeles, ángeles bellos como cuchillos que se elevan en la noche y devastan la esperanza. La noche Poco sé de la noche pero la noche parece saber de mí, y más aún, me asiste como si me quisiera, me cubre la existencia con sus estrellas. Tal vez la noche sea la vida y el sol la muerte. Tal vez la noche es nada y las conjeturas sobre ella nada y los seres que la viven nada. Tal vez las palabras sean lo único que existe en el enorme vacío de los siglos que nos arañan el alma con sus recuerdos. Pero la noche ha de conocer la miseria que bebe de nuestra sangre y de nuestras ideas. Ella debe arrojar odio a nuestras miradas sabiéndolas llenas de intereses, de desencuentros. Pero sucede que oigo a la noche llorar en mis huesos. Su lágrima inmensa delira y grita que algo se fue para siempre. Alguna vez volveremos a ser. Azul mis manos crecían con música detrás de las flores pero ahora por qué te busco noche, por qué duermo con tus muertos Mi infancia y su perfume a pájaro acariciado. I nadie me conoce yo hablo la noche nadie me conoce yo hablo mi cuerpo nadie me conoce yo hablo la lluvia nadie me conoce yo hablo los muertos II sólo las palabras las de la infancia las de la muerte las de la noche de los cuerpos III el centro de un poema es otro poema el centro del centro es la ausencia en el centro de la ausencia mi sombra es el centro del centro del poema HISTORIA ANTIGUA En la medianoche vienen los vigías infantiles y vienen las sombras que ya tienen nombre y vienen los perdonadores de lo que cometieron mil rostros míos en la ínfima desgarradura de cada jornada. CUARTO SOLO (Versión inédita) Si te atreves a sorprender el sentido de esta vieja pared; y sus fisuras, desgarraduras, formando rostros, esfinges, manos, clepsidras, seguramente vendrá una presencia para tu sed, probablemente partirá esta ausencia que te bebe. FIESTA he desplegado mi orfandad sobre la mesa, como un mapa. Dibujé el itinerario hacia mi lugar al viento. Los que llegan no me encuentran. Los que espero no existen. Y he bebido licores furiosos para transmutar los rostros en un ángel, en vasos vacíos. EL CORAZON DE LO QUE EXISTE no me entregues, tristísima medianoche, al impuro mediodía blanco. EL OLVIDO en la otra orilla de la noche el amor es posible --llévame-- llévame entre las dulces sustancias que mueren cada día en tu memoria. MENDIGA VOZ Y aún me atrevo a amar el sonido de la luz en una hora muerta, el color del tiempo en un muro abandonado. En mi mirada lo he perdido todo. Es tan lejos pedir.Tan cerca saber que no hay. Enamorada de las palabras que crean noches pequeñas en lo increado del día y su vacío feroz. 4 Ser soñadora en su camisa azul que ama la tierra extraña o atreverme como la náufraga que vuelve al mar porque nadie se alegra de su salvación. PEQUEÑAS PROSAS (1968) UNA MUJER Una mujer muy fea, vestida de negro, se miraba en el espejo de su negocio del boulevard Raspail. Imaginé que le sacaba una foto y después ella me perseguía. SUEÑO Vivo en el Polo: montañas de sal, pájaros blancos sin pupilas ni patas. Es un desierto de nieve en cuyo centro hay un armario de madera. Los pájaros abren los cajones del armario. Cuando llega el último, salta una niña del tamaño de mi mano. LOS AUTOMATAS Nada mejor que pensar en los autómatas. Sobre todo ahora que hay esta luz espantosa, exactamente amarilla pero oscura. He caminado por la G/ rue Garancière y me reí al recordar que allí vivió Leibnitz. Luego volví a mi cuerpo y comencé a inventar autómatas, pegada la cara a la ventana mirando pasar gente y perros. Mi madre poética: Alejandra Pizarnik. No es de este mundo. |
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Criaturas en la aurora
Vosotros conocisteis la generosa luz de la inocencia. Entre las flores silvestres recogisteis cada mañana el último, el pálido eco de la postrer estrella. Bebisteis ese cristalino fulgor, que con una mano purísima dice adiós a los hombres detrás de la fantástica presencia montañosa. Bajo el azul naciente, entre las luces nuevas, entre los puros céfiros primeros, que vencían a fuerza de -candor a la noche, amanecisteis cada día, porque cada día la túnica casi húmeda se desgarraba virginalmente para amaros, desnuda, pura, inviolada. Aparecisteis entre la suavidad de las laderas, donde la hierba apacible ha recibido eternamente el beso instantáneo de la luna. Ojo dulce, mirada repentina para un mundo estremecido que se siente inefable más allá de su misma apariencia. La música de los ríos, la quietud de las alas, esas plumas que todavía con el recuerdo del día se plegaron para el amor como para el sueño, entonaban su quietísimo éxtasis bajo el mágico soplo de la luz, luna ferviente que aparecida en el cielo parece ignorar su efímero destino transparente. La melancólica inclinación de los montes no significaba el arrepentimiento terreno ante la inevitable mutación de las horas: era más bien la tersura, la mórbida superficie del mundo que ofrecía su curva como un seno hechizado. Allí vivisteis. Allí cada día presenciasteis la tierra, la luz, el calor, el sondear lentísimo de los rayos celestes que adivinaban las formas, que palpaban tiernamente las laderas, los valles, los ríos con su ya casi brillante espada solar, acero vívido que guarda aún, sin lágrimas, la amarillez tan íntima, la plateada faz de la luna retenida en sus ondas. Allí nacían cada mañana los pájaros, sorprendentes, novísimos, vividores, celestes. Las lenguas de la inocencia no decían palabras: entre las ramas de los altos álamos blancos sonaban casi también vegetales, como el soplo en las frondas. ¡Pájaros de la dicha inicial, que se abrían estrenando sus alas, sin perder la gota virginal del rocío! Las flores salpicadas, las apenas brillantes florecillas del soto, eran blandas, sin grito, a vuestras plantas desnudas. Yo os vi, os presentí, cuando el perfume invisible besaba vuestros pies, insensibles al beso. ¡No crueles: dichosos! En las cabezas desnudas brillaban acaso las hojas iluminadas del alba. Vuestra frente se hería, ella misma, contra los rayos dorados, recientes, de la vida, del sol, del amor, del silencio bellísimo. No había lluvia, pero unos dulces brazos parecían presidir a los aires, y vuestros cabellos sentían su hechicera presencia, mientras decíais palabras a las que el sol naciente daba magia de plumas. No, no es ahora, cuando la noche va cayendo, también con la misma dulzura pero con un levísimo vapor de ceniza, cuando yo correré tras vuestras sombras amadas. Lejos están las inmarchitas horas matinales, imagen feliz de la aurora impaciente, tierno nacimiento de la dicha en los labios, en los seres vivísimos que yo amé en vuestras márgenes. El placer no tomaba el temeroso nombre de placer, ni el turbio espesor de los bosques hendidos, sino la embriagadora nitidez de las cañadas abiertas donde la luz se desliza con sencillez de pájaro. Por eso os amo, inocentes, amorosos seres mortales de un mundo virginal que diariamente se repetía cuando la vida sonaba en las gargantas felices de las aves, los ríos, los aires y los hombres. |
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Me ha conmovido tu poema, javier. Fecundo, y a la vez trágico.
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Respuesta: Poesía
Я запомнила тебя смехом после улыбки и ёкающим нытьем где-то глубоко. Я запомнила тебя первым снегом на моих перилах и первым «вдвоем легко». Я запомнила тебя губами, ветвями, дрожащими проводами над проспектом. Я запомнила тебя Городом. Холодом. Ветром. Я прониклась тобой до ниточек ДНК. А потом ты сказал «пока». Мне осталось всего-то немного моего навязчивого, Вечно смеющегося, вечно думающего, не спящего Тепла. Что бы я тут тебе не плела. Да я просто хотела бы высказать, я же прозой-- в стихи не ложится все. А у меня занятия, у меня по-новой и меня несет. Я здесь просто в бумагу и в слово впечатала тень души. Я и ими тебя запомнила, и я имя твое в тиши небосводу шепчу таблеточно. Я бы рада в тебя внутриклеточно просочиться. Не в том урок. и за каждым закатом -- слог. прерываюсь. достаточно лирики. ясно все город помнит. холод помнит. Снег грызет . помнит небо. дым. помнит чай. А ты простой скучай. humm , </3 -------------------------------------------------------------------------- Я в глазах твоих утону, можно? Ведь в глазах твоих утонуть – счастье. Подойду и скажу: “Здравствуй, Я люблю тебя”. Это сложно… Нет, не сложно, а трудно Очень трудно любить, веришь? Подойду я к обрыву крутому Стану падать, поймать успеешь? Ну а если уеду – напишешь? Я хочу быть с тобой долго Очень долго… Всю жизнь, понимаешь? Я ответа боюсь, знаешь…. Ты ответь мне, но только молча, Ты глазами ответь, любишь? Если да, то тогда обещаю Что ты самым счастливым будешь Если нет, то тебя умоляю Не кори своим взглядом , Не тяни своим взглядом в омут Пусть другую ты любишь, ладно… А меня хоть немного помнишь? Я любить тебя буду, можно? Даже если нельзя, буду! И всегда я приду на помощь Если будет тебе трудно! Me permites hundirme en tus ojos, ¿puedo? Ya que hundirse en ellos es volverse feliz. Te acercaré y diré: Buenos días, Te amo. Es complicado… No, no es complicado, es duro… Es muy duro amar, ¿me crees? Me acercaré al abismo abrupto, Empezaré a caer, ¿llegarás a tiempo para cogerme? Y qué pasará si me voy, ¿me escribirás? Quiero estar contigo luego Largo tiempo… Toda la vida, ¿entiendes? Me temo la respuesta, sabes… Contéstame, pero sin despegar los labios, Con los ojos contéstame, ¿me amas? Si la respuesta es sí, te prometo Que el más feliz serás Si la respuesta es no, te ruego No me reproches con tu mirada, No me arrastres al torbellino Que quieres a otra, que sea así, vale… ¿Te acuerdas de mí, aunque sea un poquito? Te voy a amar, ¿puedo? ¡Aunque se prohíba, lo haré igual! Siempre estaré allí para cuando me necesites, ¡Cuando el mundo se vuelva duro para ti! |
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Hay un morir
No me lleves a sombras de la muerte Adonde se hará sombra mi vida, Donde solo se vive el haber sido. No quiero el vivir del recuerdo. Dame otros días como éstos de la vida. Oh no tan pronto hagas De mí un ausente Y el ausente de mí. ¡Que no te lleves mi Hoy! Quisiera estarme todavía en mí. Hay un morir si de unos ojos Se voltea la mirada de amor Y queda solo el mirar del vivir. Es el mirar de sombras de la Muerte. No es Muerte la libadora de mejillas, Esto es Muerte. Olvido en ojos mirantes. Macedonio Fernández |
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Silencio No digas nada, no preguntes nada. Cuando quieras hablar, quédate mudo: que un silencio sin fin sea tu escudo y al mismo tiempo tu perfecta espada. No llames si la puerta está cerrada, no llores si el dolor es más agudo, no cantes si el camino es menos rudo, no interrogues sino con la mirada. Y en la calma profunda y transparente que poco a poco y silenciosamente inundará tu pecho de este modo, sentirás el latido enamorado con que tu corazón recuperado te irá diciendo todo, todo, todo. Francisco Luis Bernárdez |
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y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo y qué es lo que vas a hacer voy a ocultarme en el lenguaje y por qué tengo miedo Cold in hand blues, Alejandra Pizarnik. |
Respuesta: Poesía
Cuca está hueca. Sí, ¿no sabías? Le quitaron la matriz, los ovarios, todo. Quizá por eso él la llama Hiroshima Mon Amour. Sí mujer, y ella se cree que no se ha enterado nadie. Y en realidad todo el mundo finge ignorarlo, no sólo, naturalmente, ante ella. Sí, sí, yo creo que lo saben, que sí mujer, cómo no lo van a saber. Fíjate qué importancia le da a la cosa. No, no, a mí la matriz no me la quitaron, pero sin embargo yo misma se lo conté a todo el mundo como la cosa más natural. No, cómo iba a llevar un vestido malva. Y qué obsesión que si la miran, que si la tocan. Y nadie la mira, ¡cómo la van a mirar! y nadie la toca. Qué cosas tienes. Sí, sí, pues dice fíjate que si por un momento se olvida de correr bien los visillos, y se ha quitado las medias, ¿ qué otra cosa iba a decir, la pobre? En seguida ¡plaf! los curiosos, como les llama ella, se asoman a la ventana de enfrente, del patio. Los curiosos. Algo así como los ovnis, los curiosos.
Para evitar a los ladrones de bolsos, Leopoldo María Panero. |
Respuesta: Poesía
Cada día aprecio más a Panero. Aquí otro en la misma vena "zen" (aunque en este, más explícito):
La poesía destruye al hombre mientras los monos saltan de rama en rama buscándose en vano a sí mismos en el sacrílego bosque de la vida las palabras destruyen al hombre ¡y las mujeres devoran cráneos con tanta hambre de vida! Sólo es hermoso el pájaro cuando muere destruido por la poesía. |
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Dice... escribo como escupo, contra el suelo
LÁSTIMA Me haces daño, Señor. Quita tu mano de encima. Déjame con mi vacío, déjame. Para abismo, con el mío tengo bastante. Oh, Dios, si eres humano, compadécete ya, quita esa mano de encima. No me sirve. Me da frío y miedo. Si eres Dios, yo soy tan mío como tú. Y a soberbio, yo te gano. Déjame. ¡Si pudiese yo matarte, como haces tú, como haces tú! Nos coges con las dos manos, nos ahogas. Matas no se sabe por qué. Quiero cortarte las manos. Esas manos que son trojes del hambre, y de los hombres que arrebatas. |
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LOS DADOS ETERNOS"
Para Manuel Gonzales Prada, esta emoción bravía y selecta, una de las que, con más entusiasmo, me ha aplaudido el gran maestro. Dios mío, estoy llorando el sér que vivo; me pesa haber tomádote tu pan; pero este pobre barro pensativo no es costra fermentada en tu costado: ¡tú no tienes Marías que se van! Dios mío, si tú hubieras sido hombre, hoy supieras ser Dios; pero tú, que estuviste siempre bien, no sientes nada de tu creación. ¡Y el hombre sí te sufre: el Dios es él! Hoy que en mis ojos brujos hay candelas, como en un condenado, Dios mío, prenderás todas tus velas, y jugaremos con el viejo dado. Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte del universo todo, surgirán las ojeras de la Muerte, como dos ases fúnebres de lodo. Dios míos, y esta noche sorda, obscura, ya no podrás jugar, porque la Tierra es un dado roído y ya redondo a fuerza de rodar a la aventura, que no puede parar sino en un hueco, en el hueco de inmensa sepultura. Cesar Vallejo |
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La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos. El niño la mira, mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño. Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, harían con tu corazón collares y anillos blancos. Niño, déjame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque con los ojillos cerrados. Huye luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. Niño, déjame, no pises mi blancor almidonado. El jinete se acercaba tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el niño, tiene los ojos cerrados. Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados. Cómo canta la zumaya, ¡ay, cómo canta en el árbol! Por el cielo va la luna con un niño de la mano. Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. El aire la está velando. Romance de la luna. Federico García Lorca. |
Respuesta: Poesía
os reto.. a descubrirme algo más ..algo
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Respuesta: Poesía
Oscuridad habita en tu interior,
el vacío que llena tu vida es real, Lágrimas de sal, abrasan tu piel una vez mas... Una silueta, una sombra vive en tu interior, algo oculto tras el dolor.. ¿Qué eres? Aplastando cada atisbo de esperanza, rompiendo cada sueño, desenmascarando la mentira, destrozando la bondad, Algo tan profundo que desgarra la verdad. |
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Le arranqué las alas a la mosca y descubrí un hombre.
"Le arranqué las alas a la mosca y descubrí un hombre. Un hombre pequeñito. Sé que no se hace, pero no es el punto. Ya habrá tiempo para eso. Lo importante aquí es que descubrí al hombre. Y el descubrimiento me aturdió. Entonces quise ordenar. Ordenar el descubrimiento, me refiero. Saqué un cuaderno. Busqué un lápiz. Sin alas la mosca se convierte en hombre, anoté. Luego pensé que no convenía hacer máximas. Cerré el cuaderno. Sobre la mesa, a un costado, estaba la mosca sin alas. O más bien el hombre pequeñito. No sabía cómo nombrarlo, por cierto. Ese era parte del problema. Así, me acerqué hasta aquello para saber si hablaba. Lo apreté un poco, incluso, para ver si hacía ruido. Pero él no se inmutaba. Tal vez solo es una mosca rara, me dije. Una mosca sin alas que me ha causado impresión. Pero claro… justo entonces la mosca se puso de pie y se sacudió un poco. Miró una de sus patas como si tuviese un reloj y dio unos pasos. Erguido. Yo debía, sin embargo, seguir con mi rutina. Deberes, ordenar algunas cosas… no podía hacerme cargo de esa mosca. Luego deberé preocuparme por sus sentimientos, pensé. Quise retroceder el tiempo y ponerle las alas. Desee que aquello volviese a ser una mosca simplemente. Nada más. Comprender por qué la acción esa, de arrancarle las alas. Sin pensar. Sin decidirlo, incluso. La mosca erguida, desde la mesa, me miraba como exigiendo comprensión. Le arranqué las alas a la mosca y descubrí un hombre, le dije. Un hombre pequeñito." |
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Ya hablaremos de nuestra juventud Ya hablaremos de nuestra juventud, ya hablaremos después, muertos o vivos con tanto tiempo encima, con años fantasmales que no fueron los nuestros y días que vinieron del mar y regresaron a su profunda permanencia. Ya hablaremos de nuestra juventud casi olvidándola, confundiendo las noches y sus nombres, lo que nos fue quitado, la presencia de una turbia batalla con los sueños. Hablaremos sentados en los parques como veinte años antes, como treinta años antes, indignados del mundo, sin recordar palabra, quiénes fuimos, dónde creció el amor, en qué vagas ciudades habitamos. Pedro Lastra |
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Relato de Sergio Stepansky "¡Juego mi vida! ¡Bien poco valía! ¡La llevo perdida sin remedio!" Erik Fjordsson. Juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos la llevo perdida... Y la juego o la cambio por el más infantil espejismo, la dono en usufructo, o la regalo... La juego contra uno o contra todos, la juego contra el cero o contra el infinito, la juego en una alcoba, en el ágora, en un garito, en una encrucijada, en una barricada, en un motín; la juego definitivamente, desde el principio hasta el fin, a todo lo ancho y a todo lo hondo —en la periferia, en el medio, y en el sub-fondo...— Juego mi vida, cambio mi vida, la llevo perdida sin remedio. Y la juego, o la cambio por el más infantil espejismo, la dono en usufructo, o la regalo...: o la trueco por una sonrisa y cuatro besos: todo, todo me da lo mismo: lo eximio y lo rüin, lo trivial, lo perfecto, lo malo... Todo, todo me da lo mismo: todo me cabe en el diminuto, hórrido abismo donde se anudan serpentinos mis sesos. Cambio mi vida por lámparas viejas o por los dados con los que se jugó la túnica inconsútil: —por lo más anodino, por lo más obvio, por lo más fútil: por los colgajos que se guinda en las orejas la simiesca mulata, la terracota nubia; la pálida morena, la amarilla oriental, o la hiperbórea rubia: cambio mi vida por una anilla de hojalata o por la espada de Sigmundo, o por el mundo que tenía en los dedos Carlomagno: —para echar a rodar la bola... Cambio mi vida por la cándida aureola del idiota o del santo; la cambio por el collar que le pintaron al gordo Capeto; o por la ducha rígida que llovió en la nuca a Carlos de Inglaterra; la cambio por un romance, la cambio por un soneto; por once gatos de Angora, por una copla, por una saeta, por un cantar; por una baraja incompleta; por una faca, por una pipa, por una sambuca... o por esa muñeca que llora como cualquier poeta. Cambio mi vida —al fiado— por una fábrica de crepúsculos (con arreboles); por un gorila de Borneo; por dos panteras de Sumatra; por las perlas que se bebió la cetrina Cleopatra— o por su naricilla que está en algún Museo; cambio mi vida por lámparas viejas, o por la escala de Jacob, o por su plato de lentejas... ¡o por dos huequecillos minúsculos —en las sienes— por donde se me fugue, en grises podres, la hartura, todo el fastidio, todo el horror que almaceno en mis odres...! Juego mi vida, cambio mi vida. De todos modos la llevo perdida... León De Greiff |
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Todo es muy simple Todo es muy simple mucho más simple y sin embargo aún así hay momentos en que es demasiado para mí en que no entiendo y no sé si reírme a carcajadas o si llorar de miedo o estarme aquí sin llanto sin risas en silencio asumiendo mi vida mi tránsito mi tiempo. Idea Vilariño |
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