Cierta vez, un hombre que mordió a un can a la posteridad pasó;
Nucelo le llamaban, pues mejor reclamo de atención no halló.

Ginger, Lanena, Vida y un progre pedante y liberal que atiende por Eliseo;
son los múltiples clones de un émulo de Mortadelo, que es más bien fariseo.

Bravatas trufadas de improperios y amarga hiel componen su habitual atavío,
pero no fustigues al respetable; si no follas te la machacas, nos ha jodío.

Ambicioso en el intento, aspiraste a ser la vedette del foro otrora;
temo que por pretencioso, te quedaste de bufón, lo siento mi señora.

En azote del adocenado se autoerige y hasta su minino reniega de él;
empero el menda ufano se jacta porque su lema es “yo soy aquél” de Raphael.