Respuesta: Nuestras pulsiones sexuales en nuestra infancia.
 

Mis primeros recuerdos relacionados con la sexualidad son muy remotos y se aparecen difusos, con el mismo débil contorno que el primer día de colegio o la primera vez que monté en bicicleta. Sin embargo, mientras esos son recuerdos puntuales, infinitesimales, el descubrimiento de la sexualidad no es tal, porque se trata de algo progresivo de lo que no se tiene constancia siendo un infante que no entiende la trascendencia de sacarse la picha en medio de la calle o el valor de una teta de las reverendas mamachico.

De hecho es con éstas con quien creo, también descubrí lo hermético del mundo sexual: un chicuelo inocente ve en la tele unas cuantas jamonas danzando y enseñando unas mamas familiares por el periodo lactante. Todo es jolgorio a su alrededor, y deberían acompañar las caras de los televidentes. Sin embargo recuerdo cómo en mi casa había una especie de silencio incómodo, como los que se produjeron más tarde al haber coitos en pantalla o hablarse de noticias de calado sexual. Cuando vi una teta en la tele y observé incomodidad a mi alrededor deduje, con tres, cuatro años: 1) que aquello era cosa "de mayores" y por tanto seria y de lejano acceso para mí, y 2) que el mundo estaba abocado al fracaso reprimiendo la sexualidad.

Respuesta: Nuestras pulsiones sexuales en nuestra infancia.
 

Las mamachico na menos....

Respuesta: Nuestras pulsiones sexuales en nuestra infancia.
 

Mis inicios en la sexualidad la considero "normal". Empeze a eso de los 10-11 años a mirar las niñas de forma diferente xD.

Respuesta: Nuestras pulsiones sexuales en nuestra infancia.
 

qué niña no ha hecho follar a barbie y kent? :roll:

Respuesta: Nuestras pulsiones sexuales en nuestra infancia.
 

Mi despertar sexual fue bastante tardío, dedicando la mayor parte del tiempo ocioso de mi infancia a jugar, romper cosas, y contemplar esa máquina alienadora a la que algunos suelen llamar televisión. Lo único para lo que me acercaba a las niñas era para gastarles alguna broma. Hasta que aparecieron ellas…
Se trataba de un par de jóvenes universitarias que habían alquilado el piso de al lado. Es entonces cuando me empecé a notar más inquieto con respecto a las señoras. No debería contar esto, pero… qué demonios!! comencé a espiarlas a través de mi ventana, por lo que prácticamente descubrí la sexualidad y el “voyeurismo” al mismo tiempo. Estaba deseando regresar del cole para ir a mi cuarto a ver si ese día tocaba muslo o pechuga.
Hasta que un día, a pesar de mis precauciones para ver sin ser visto, una de ellas que ya estaba en sujetador me dirigió una mirada, lo cual hizo que yo disimulase intentando aparentar que estaba limpiando el polvo (una cosa muy normal en un niño).
Pero creo que no se lo tomó a mal, porque al día siguiente la vi en el ascensor y me dedicó una pícara sonrisilla.:oops:

Respuesta: Nuestras pulsiones sexuales en nuestra infancia.
 

jajaja, que bueno.

Respuesta: Nuestras pulsiones sexuales en nuestra infancia.
 

Por eso hacen a los muñecos sin sexo debajo de la ropa, para que los niños no se vuelvan mas salidos de lo que están saliendo ya (?) xdd

Respuesta: Nuestras pulsiones sexuales en nuestra infancia.
 

Mis padres dudaron y mucho de mi sexualidad después de que yo reclamase muñecas para jugar. Ellos creían que se trataba de algo inocente, candoroso, y estaban muy lejos de intuir las humillaciones y tropelías que sufrirían aquellas muñecas gracias a mi precoces y macabros excesos sexuales.

Respuesta: Nuestras pulsiones sexuales en nuestra infancia.
 

Pues las Barbies no es que sean muy asexuales que digamos:lol:

Respuesta: Nuestras pulsiones sexuales en nuestra infancia.
 

¿Tendrá que ver la zoofília sobre la que nos ilustró Floraa con haber jugado con ponys?
http://www.omgponyblog.com/wp-conten...pony_large.jpg