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Respuesta: Adivina el libro
Sí...a mí también me gusta!....
Aquí otro, a ver si saben de quién es: No han pasado dos segundos: el sol está exactamente a la misma altura; las sombras no han avanzado un milímetro. Bruscamente, acaban de resolverse para el hombre tendido las divagaciones a largo plazo: se está muriendo. Muerto. Puede considerarse muerto en su cómoda postura. Pero el hombre abre los ojos y mira. ¿Qué tiempo ha pasado? ¿Qué cataclismo ha sobrevivido en el mundo? ¿Qué trastorno de la naturaleza trasuda el horrible acontecimiento? Va a morir. Fría, fatal e ineludiblemente, va a morir. El hombre resiste -¡es tan imprevisto ese horror!- y piensa: es una pesadilla; ¡esto es! ¿Qué ha cambiado? Nada. Y mira: ¿no es acaso ese el bananal? ¿No viene todas las mañanas a limpiarlo? ¿Quién lo conoce como él? Ve perfectamente el bananal, muy raleado, y las anchas hojas desnudas al sol. Allí están, muy cerca, deshilachadas por el viento. Pero ahora no se mueven... Es la calma del mediodía; pero deben ser las doce. Por entre los bananos, allá arriba, el hombre ve desde el duro suelo el techo rojo de su casa. A la izquierda entrevé el monte y la capuera de canelas. No alcanza a ver más, pero sabe muy bien que a sus espaldas está el camino al puerto nuevo; y que en la dirección de su cabeza, allá abajo, yace en el fondo del valle el Paraná dormido como un lago. Todo, todo exactamente como siempre; el sol de fuego, el aire vibrante y solitario, los bananos inmóviles, el alambrado de postes muy gruesos y altos que pronto tendrá que cambiar... |
Respuesta: Adivina el libro
¿Es de Horacio Quiroga? Me juego por "Cuentos de locura, de amor y de muerte" del antemencionado autor.
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Respuesta: Adivina el libro
Sí, se trata de Horacio Quiroga, pero es un fragmento del cuento “El hombre muerto”, que se encuentra en “Los Desterrados”.
Muy bién Comecoco!!! |
Respuesta: Adivina el libro
"Al verla caminar por la vereda de enfrente todas las variantes se amontonaron y revolvieron en mi cabeza. Confusamente, sentí que surgían en mi cabeza frases íntegras elaboradas y aprendidas en aquella larga gimnasia preparatoria: "¿Tiene mucho interés en el arte?, "¿Por qué miró sólo la ventanita?", etcétera. Con más insistencia que ninguna otra, surgía una frase que yo había desechado por grosera y que en ese momento me llenaba de vergüenza y me hacía sentir aún más ridículo: "¿Le gusta Castel"?
El autor es un premio Cervantes. |
Respuesta: Adivina el libro
El túnel!!!!, de Ernesto Sabato.
Siempre que me conectaba miraba qué onda por este post y no atinaba ni uno... |
Respuesta: Adivina el libro
Siiiiiiii, era "el túnel". Te toca poner un fragmento SupMarcos.
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Respuesta: Adivina el libro
Ahí va un pedacito de un cuento:
"-Así que llegaste, che -dijo Luis. Naturalmente, decía "che" muy mal. -¿Qué tú crees? -le contesté, igualmente mal. Y volvimos a doblarnos como idiotas, y medio mundo se reía sin saber por qué. Trajeron agua y las noticias, hicimos la rueda mirando a Luis, y sólo entonces nos dimos cuenta de cómo había enflaquecido y cómo le brillaban los ojos detrás de los jodidos espejuelos. Más abajo volvían a pelear, pero el campamento estaba momentáneamante a cubierto. Se pudo curar a los heridos, bañarse en el manantial, dormir, sobre todo dormir, hasta Pablo que tanto quería hablar con su hermano. Pero como el asma es mi amante y me ha enseñado a aprovechar la noche, me quedé con Luis apoyado en el tronco de un árbol, fumando y mirando los dibujos de las hojas contra el cielo, y nos contamos de a ratos lo que nos había pasado desde el desembarco..." El autor se merecía un Nobel y no le dieron. Creo que ni el Cervantes le dieron... |
Respuesta: Adivina el libro
¿"Todos los fuegos el fuego"? de Cortázar.
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Respuesta: Adivina el libro
bravooooo!!!
Te toca. |
Respuesta: Adivina el libro
"El que posee mucho, con frecuencia es avaro. El que tiene poco, se halla siempre dispuesto a compartirlo con otro. Me daría completamente igual tener que dormir en verano sobre la hierba fresca y en invierno tener que buscar un refugio caliente en un almiar de heno, o bajo un gran henil, siempre que en mi corazón se abrigase el amor. Las cosas exteriores de la vida me parecen ahora carecer por completo de importancia. Con esto puedes ver cuán lejos he ido ya en el camino del individualismo, o, mejor dicho, he de ir poco a poco, pues la jornada es larga y "mi camino está sembrado de espinas"
Este libro es en realidad una larga carta, que el autor escribió casi sin la posibilidad de efectuar correcciones. |
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