Me acaban de llamar la atención en público. Muy en público. Tan en público como que yo estaba en mi balcón y un hombre ha cruzado la calle para hablarme desde abajo.
Tengo que decir que entiendo que el hombre estuviera molesto (ha sentido que le estaba mirando, yo también me sentiría molesta si me mirasen, en general, y él además estaba trabajando). Pero aparte de disculparme a gritos no he sabido qué hacer y me he sentido bastante mal. Hasta el punto de que ahora una parte de mí no se aleja de la ventana porque otra parte de mí no quiere volver a mirar a nadie nunca más.
Lo más envidiable de Friends era cuando uno metía la gamba y el resto se reían de él sin piedad, pero sin dejarle solo. Eso sí que tiene que curar bien la neurosis.