Entrevista a Orlan, artista performance
C.S.A.: A menudo he pensado con preocupación que el artista ocupa en nuestra sociedad un rol sacrificial; como Juana de Arco y hasta como Cristo mismo, debe hacerse incendiar o crucificar para ofrecer un servicio a la sociedad, ¿cuál es tu reflexión al respecto?
Orlan: Sí, es muy terrible el lugar que le toca al artista contemporáneo si no acepta hacer un arte para el mercado, para complacer al establishement. Hoy son pocos los artistas que arriesgan, el arte está domesticado, todo es complaciente anodino, inofensivo.
C.S.A.: Con tus obras, no hay duda que pretendes extender los límites del arte. Me pregunto hasta dónde es eso posible, manteniendo las características del arte mismo. ¿Cuáles son tus límites, Orlan? ¿Dónde se rompe la cuerda?
Orlan: No tengo límites, por eso soy una artista radical. Mi acción es precursora de un cambio de estatus del cuerpo, hay que repensar el cuerpo desde lo político, social.
C.S.A.: Si pudieras renacer en el año 2000, comenzar de nuevo, ¿elegirías ser artista?
Orlan: No, seguramente no, el medio del arte es horrible, patético, es una lucha muy dura para mí. Hubiera elegido ser científica, médica, o bióloga.
C.S.A.: ¿Por qué? Cuál es el trabajo que te gustaría hacer?
Orlan: Investigaría el cuerpo, trabajaría para alargar la vida. En el futuro, la tecnología logrará todo lo que se proponga.
C.S.A.: ¿Porqué no has tenido hijos?
Orlan: No he querido. Yo soy feminista y pienso que los hijos me hubieran impedido llevar adelante mi trabajo. Y siempre he pensado que la mujer tiene que liberarse de esa exigencia social, debe tenerlos sólo si los desea, yo no los deseé. No lo lamento.
C.S.A.: Se diría que quisieras poner todas tus energías en evitar la muerte.
Orlan: Es terrible tener que envejecer y morir. No lo acepto, no, nunca lo voy a aceptar. (…) Yo he dado mi cuerpo al arte. Después de mi muerte, no se lo daré a la ciencia, sino a un museo. Será la pieza central de una instalación con vídeo; ya lo he previsto todo, pero no quiero hablar de mi muerte, yo no la creo. Pienso que, en el futuro, la gente no va morir, la ciencia, te decía, brinda esperanzas, y si tengo que morir demostraré que soy una artista hasta el final.