Por las cualidades que suelen tener, independientemente de cómo las canalizan o demuestran.
Por lo que he observado, y de cierta forma experimentado, a las chicas les gusta alguien con carisma, que inspira respeto, que es confiado, directo y fuerte. Así sea un bastardo, tiene carácter.
El problema es que el hombre -y sobre todo, el adolescente- promedio canaliza estas cualidades de una forma negativa, que aunque conserva el encanto, en la práctica y a la larga pueden ser detestables. Por ejemplo, cuando el carisma se convierte egocentrismo, la inspiración de respeto en arrogancia, la confianza en prepotencia, su capacidad de ser directo se torna bruta y usa su físico como atrayente principal.
Yo pienso que "el chico bueno" sólo tiene para ofrecer buenas intenciones, y nada más.
El ideal sería lo que denomino "el hombre virtuoso", que posee de un catalogo muy atractivo de cualidades y buenas intenciones para canalizarlas de forma productiva y positiva. No se queda en pretensiones, va y demuestra lo que es capaz.
El problema es que abundan los lobos de baja categoría y los "chicos buenos", y los lobos ganan en atractivo a estos segundos.