No sabrán cómo ser afectuosos, digo yo. Y sería apenas natural si no lo fueron con ellos. Del mismo modo, son seguros (o aparentan serlo, más bien) porque se habrán enfrentado a la disyuntiva: hacerse fuertes, o perecer (entiéndase vivir una existencia miserable y no tener descendencia).
En todo caso, y como por ahí escribió alguien, hay cosas que simplemente no se heredan. Aunque sí hay que rescatar que buenos genes (inteligencia, salud, capacidades físicas, etc.), condiciones socioeconómicas, educación, y núcleo familiar estable, siempre serán mejores que lo contrario, y explican, en forma no despreciable, "el exito" de las personas. (Detesto reconocer que concuerdo con el detestable y arrogante "libertariano" de Stefan Molyneux en estos aspectos eugenésicos.)
Aun así, vale la pena recordar a Nietzsche (porque el pesimismo/nihilismo, irónicamente, es la semilla de la esperanza): "En mis hijos quiero reparar el ser hijo de mis padres: ¡y en todo futuro – este presente!"
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