Así son los ancianos en su mayoría, vivieron su vida procurando hacer lo que los demás les imponían, en aquellos tiempos, cuando no podían elegir mucho, ahora viene con celos de los que vivimos en estas épocas, que somos más libres en ciertas acciones.
Ahora, ellos quisieran nuestra vitalidad, nuestra juventud, y nuestra capacidad, algunas veces mayor a la que ellos pudieron adquirir, pero no son malos, sólo son los trozos del hombre que quedan ahí para mostrarnos un progreso, hay que escucharles en lo bueno y en lo malo hay que ignorarles.
Yo tengo esos pensamientos con mi abuelos, ellos son así, no les queda mucho y no quiero lamentarme todo el día de lo malo, sino engrandecer lo bueno, los consejos, las vivencias, las enseñanzas, por que para bien o para mal, no les queda mucho, y esas personas se llevarán lo suyo al fin, las palabras, mejor extraer lo bueno, hacer oído sordo a lo malo.
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