Los diagnósticos van cambiando según uno va saltando de terapeuta en terapeuta, y a menudo también cambian en un mismo terapeuta a medida que va pasando el tiempo. Eso es lo normal, es lo que suele pasar, qué raro que nunca se diga, qué raro que no haya estudios científicos que estudien este fenómeno conocido por todo el mundo, todo el que está en el ajo, claro.
Es lógico que pase, porque un diagnóstico de psicopatología no está basado en pruebas objetivas como en la medicina convencional (análisis, radiología, escáners, etc) sino en el criterio subjetivo del profesional de la cosa, que tiene que intenta encanjar (difícil rompecabezas) el sufrimiento que le relata su paciente, relato también subjetivo, dentro de uno de los trastornos descritos en su manual de diagnóstico a base de una lista de síntomas, síntomas por supuesto también subjetivos y de carácter general, que hasta el más sano ha sentido en alguna ocasión (ansiedad, etc)
|