alazni

JAJAJAJAJAJAJA....Aaayyyy Doloresss..¿Y por qué Dolores? ¿Estabas obsesionado con una mujer llamada así?

Y encima Doctora? JAJAJAJAJAJa

LivingReverse

Siendo chico, en el primario durante un acto patrio, tenía que hacer un saludo al público, girar a la derecha y ponerme a bailar el pericón con mi compañera, resultado? no hice el saludo, gire a la izquierda, perdí a mi compañera de baile y termine zapatenado solo a un costado del escenario, un total desastre!. En el secundario en un campeonato intercolegial de voley (o boley ) todo el colegio mirandome, la monja directora atras de mi mirando mis movimientos, saque final para pasar a la semifinal, entro en mi más profundo estado de concentración, me preparo . . . le doy con toda la furia y la mando a volar a mas o menos una cuadra del gimnasio! les hice perder el campeonato!

CORintio

Eso también me paso a los 13 años

Nucleo

Yo recuerdo con humor que un día hace muchos años me registré por primera vez en este foro. Aun sigo riéndome.

alazni

También a un lado CORintio? o tú acertaste de lleno?

LivinReverse, eso pasa por no bailar agarrao..que luego uno no sabe dónde ha dejado a la compañera jua jua juaaa....

coffeeandtv

Debo tener más pero ahora me auerdo de ésta: tenía que comprar un libro para la facultad con el nombre de "Las raíces y los frutos" y yo pedí "Los bienes y sus raíces". En fín, el vendedor me corrigió, me puse colorado, pagué el libro y salí huyendo de ahí.

CORintio

Cai encima de ella y la tire, era clase de educación física. Lástima no haber aprovechado la oportunidad para meter mano de manera disimulada

alazni

Bueno coffeandtv...al menos tuviste suerte de que el que pedías no existiera...

En una ocasión yo me comprometí a "preparar" la esperada cena de empresa entre los compañeros, porque por razones laborales más o menos todos conocían mi teléfono. Cité a todos en un bar de tapas donde no había reservado, me pareció una tontería y pensé que podríamos "hacer barra" si había que esperar por una mesa (y de paso me evitaba el trastorno del recuento de los que iban jejejeje)
Esa noche me lié de vinos y me acerqué tardísimo (sobre las 23h.) y sin móvil, que había olvidado en casa. Cuando llegué a ese barrio comprendí cómo es que nadie parecía conocerlo...tenía un nombre completamente distinto, había hecho una asociación de ideas con el nombre de otro establecimiento...a 700 kilómetros!!
Muchos no fueron capaces de reunirse, yo me enteré de dónde habían acabado cenando los 4 pelagatos que se localizaron entre ellos y con ellos me quedé..Cuando volví a casa de madrugada tenía más de 30 llamadas perdidas, algunos compañeros lo tomaron como un boicot personal y no volvieron a mirarme bien

comecoco2010

Me acordé de otra anécdota. Disculpen que me haya entusiasmado, pero es que tengo muchas historias de este tipo. Siempre fui talentoso para hacer el ridículo.

Al principiar mi carrera universitaria tuve como compañera a una chica hermosísima: una pelirroja de rulitos, de curvas infartantes y con unos ojos verdes de apariencia felina. Recuerdo que me preguntaba qué hombre sería lo suficientemente afortunado como para estar con una mujer así, perfecta en todos y cada uno de sus rasgos. Durante las clases, solía ubicarme a unos pocos metros de ella para poder observarla; me hipnotizaba su sonrisa y era capaz de quedarme horas admirando esos labios rojos, suaves y frescos. Tal vez por haberme sentado cerca durante tanto tiempo, o simplemente por un azar del destino, terminé siendo su compañero en un grupo de estudio. Pronto nos hicimos amigos y me enteré de que era la actual reina de la flor en mi provincia natal. No me sorprendió que fuera una reina de belleza, por el contrario, lo que me sorprendió es que sólo la hubieran coronado en ese festival relativamente desconocido, cuando yo estaba seguro de que era merecedora de un título de más renombre, tal vez del de Miss Universo.

Cuando estudiábamos juntos no era tímido frente a Marina (ése era su nombre), posiblemente debido a que no me consideraba partido para una mujer así, por lo que podía relajarme pensándo en que, hiciera lo que yo hiciera, ella siempre me vería sólo como a un amigo. Sin embargo, todo eso estaba a punto de cambiar. Al poco tiempo uno de mis compañeros me contó que Marina había dicho que le encantaría salir conmigo, me dijo que ella incluso le había pedido a otra de mis compañeras de grupo que la ayudara a conquistarme - como si eso hiciera falta. Al principio pensé que mi compañero se burlaba de mí, pero después de que me afirmó varias veces que era verdad todo lo que me había dicho, empecé a considerar seriamente la posibilidad de salir con Marina. Desde el instante en que me di cuenta de que podía llegar a ser su novio, no pude evitar comportarme como un idiota cada vez que me encontraba con ella. Trataba de todas las maneras posibles de ser el de antes, pero los nervios me carcomían y terminaba diciendo estupideces que después, cuando estaba solo, me avergonzaban terriblemente. A pesar de todo me armé de valor y resolví invitarla a salir.

Por inexperiencia decidí invitarla al cine, que es por mucho el peor lugar para una primera cita, dado que si uno decide hablar durante la película se arriesga a quedar como un maleducado y como un inoportuno, mientras que si decide permanecer callado el silencio se vuelve incomodísimo - amén de que la chica puede interpretar este silencio como una muestra de desinterés. Cuando la invité a salir me falló la voz y conseguí hacerme entender a duras penas. Para mi sorpresa, ella aceptó. Quedamos en encontranos al día siguiente a la entrada de la facultad, lo cual fue otra genial idea mía (debería haberla pasado a buscar por su casa, como corresponde).

El día en que nos encontramos para ir al cine estaba más hermosa que nunca. Venía directamente de la peluquería y estrenaba un peinado nuevo, que dicho sea de paso le quedaba muy bien. Pensé en decirle que estaba preciosa, pero la maldita timidez me lo impidió. Caminamos casi en silencio hasta el cine. Intenté hablar varias veces, pero todos los temas que me pasaron por la mente me parecieron demasiado trillados, nada digno de la ocasión (sí, ya lo sé, soy un estúpido). Para colmo esa misma mañana me había salido un granito en la mejilla, y se me ocurrió la brillante idea de que si tomaba mucho líquido desaparecería (esta idea estaba fundada en una de esas medicinas populares que a veces resultan ser efectivas). Como me había bebido casi dos litros de agua antes de pasar a buscar a Marina, tenía la vejiga a punto de explotar, y me pasé toda la película, que era nada más y nada menos que Titanic, en el baño junto a un gordito de dudosa orientación sexual, mientras Marina lloraba por Dicaprio sola en su asiento, sin que yo pudiera prodigarle el oportuno consuelo. Esa misma noche hice mal prácticamente todo lo que puede llegar a hacer mal un hombre en una primera cita, obviamente por causa de la inexperiencia y del nerviosismo. Nuestra salida fue un rotundo fracaso y perdí la posibilidad de ponerme de novio con Marina. No lo lamento porque sé que en el fondo no éramos compatibles, es decir, en cuanto al carácter. Pero lo de haber tomado tanta agua fue una verdadera imbecilidad.

comecoco2010

Huy Alazni! Que mala suerte!