En muchas ocasiones, viene por rachas.
Pero es curioso, aparecen y son pensamientos fuertemente alojados dentro de ti, estás convencido de que lo que sientes es así, y debes acabar por todos los medios con tu vida. Es de un arraigo increíble, y por lo menos bajo mi experiencia, es una convicción tan plena que piensas que nunca se irá de tu cabeza.
Pero no nos engañemos, cualquier mañana te despiertas y te das cuenta de que eso pasó, por lo menos hoy ves las cosas de otro modo no tan catastrofista y te das cuenta de que no era tan segura esa convicción de esos pensamiento suicidas.
Es cuando te das cuenta de que todo está en la cabeza, no se trata de malas experiencias o de buenas, lo externo siempre pasa por un filtro que nosotros mismos disponemos, y dependiendo de eso, así sentiremos.
El movimiento de resistencia para sobrevivir, viene siempre de dentro, y para dentro. Hasta que no te acostumbras a ese cambio de pensar, todo serán tropiezos y decepciones. Pero no hay que dar lugar al desánimo nunca.
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