Me-rov--i-ngio*, yo no comprendo por qué dices que te he traicionado. Ya te mandé un privado, pero no me respondes.
Ya te dije alguna vez que no me interesaba ser moderador si a cambio no se me permite un uso satisfactorio del foro, de modo que la "destitución" es lo de menos, o lo sería si no acelerase la destrucción del sitio. Lo que de verdad me preocupa son los inestables juicios que me has dirigido. Al principio me agradecías que te ayudase todo lo posible a desarrollar el foro. Lo hacía porque me ilusionaba, y, confiando en vuestro apoyo, intenté atajar la confrontación cuando aparecieron los dos primeros provocadores. En vez de eso, ellos consiguieron sembrar el caos, porque nadie atendió al acierto o error de mis respuestas, sino sólo a mi insistencia, como consecuencia de la cual fui acusado de ser yo el responsable del conflicto. Ya me he extendido detallando como intenté, repetidas veces, cortar el choque desmintiendo las acusaciones falsas de que fuimos objeto tanto el foro en general como yo individualmente, y anunciando mi desinterés por lo que dijesen a continuación y mi retirada del conflicto.
Esa estrategia fue el principal de tus consejos, y no sólo no lo desestimé, sino que intenté llevarla a cabo de todas las maneras posibles. Encontré toda clase de obstáculos, entre los cuales fue bastante significativa la debida a mensajes de alguno de vosotros que, por cortesía, me forzaban a intervenir de nuevo allí donde había prometido retirarme. Os agradecí vuestro intento pacificador, pero no puedo negar que eso provocó en buena medida lo que tú ahora consideras un desaire a tus indicaciones.
Debo agradecer a isaver su argumentación, y evitaré repetir la mayor parte de lo que ya ha expuesto ella. Yo no necesito responder a ninguna provocación, pero lo que no quise aceptar fue que envenenasen el entorno a base de acusar en falso, primero a M-e-r-o--vin-gio* respecto a las normas, y luego a mí, como respuesta a mi intento de librar al foro de un montón de críticas falaces. No defendí a M-e-r-o--vin-gio* por intromisión, sino porque lo que criticaban gratuitamente eran las normas por las que todos aquí nos comprometimos a guiarnos, y consideré importante demostrar que aquí no se había quejado nadie que estuviera usando el foro como un lugar de comunicación respetuosa, sino tan sólo un par de usuarios que aparecieron y no comunicaron otra cosa que la propia queja. Hacían, pues, de la queja un fin y no un medio, y es obvio que quien así se conduce, se quejará siempre de todo, con cualquier subterfugio, y nunca aportará más que malestar. Diversión malsana, en definitiva, y peligrosa, porque esas críticas tendían a autocumplirse. No hay mejor forma de lograr que en un foro nadie pueda expresarse que armar una batalla campal a base de repetir doscientas veces que no hay libertad de expresión, empezar a llamar fascista, histérico y todo cuanto hay al primero que trate de hacerte entrar en razón, provocar con eso disputas entre los primeros miembros del foro, y, por último, forzar al administrador a medidas llamativas, que restrinjan fuertemente el acceso a unos usuarios, y conseguir que los participantes más pacíficos y colaboradores se sientan incómodos y se marchen o no se atrevan a decir nada. En resumen, a fuerza de decir que no hay libertad, se consigue que no la haya; a base de llamar públicamente loca o histérica a una persona, sin posibilidad de defensa y logrando que todos se lo crean, o aparenten creérselo, se consigue volver a la persona loca o histérica, y a base de acusar a una persona o a unas normas de fascistas, se consigue imponer un fascismo, sea el del administrador adoptando medidas autoritarias, sea el de los asaltantes que lo vencen, arrasan con el buen ambiente y espantan a cualquiera con buenos propósitos.
Ése es el peligro que intenté evitar, pero nadie lo quiso ver, y aquí lo tenemos.
Elogio el celo con que pachaibiza cuida sus amistades, pero le rogaría que pensase por un momento si le parece que yo debo aceptar que una persona, sea quien sea, aparezca aquí y empiece a denigrarme públicamente, repitiendo hasta la infinidad las mismas acusaciones que yo considero falsas, y haciendo todo lo posible para que la gente se las crea, y ni se moleste en escucharme para comprobar si yo de verdad soy el monstruo en que ella me convierte. Bien, pues aunque no sea agradable de oír para un amigo de Annie_Oakley, eso fue lo que ella me hizo. Aún están los mensajes dispersos por ahí si los queréis leer.
La otra dificultad respecto a los consejos de M-e-r-o--vin-gio* consiste en que cuando el interlocutor no coopera, no hay forma de distinguir el buen humor de la agresión paulatina. Uno confía, intercambia unos cuantos mensajes con algún usuario, incluso con la esperanza de ayudar así a que el foro crezca, y poco a poco empieza a recibir sorpresas desagradables. ¿En qué momento cabe decidir que se terminó el diálogo con ese usuario? Y para cuando uno lo decide, ¿qué hacer si él ya ha iniciado ese ciclo de acusaciones falsas autocumplidas? Pues probablemente nadie sepa muy bien qué cabe hacer, y el caso es que aquí nadie adoptó una solución perfecta.
Yo me he llevado todas las críticas, sencillamente porque tomé la iniciativa primero. ¿Qué habría pasado si el día de los dos asaltantes, me hubiese callado? Pues que toda esa lluvia habría caído sobre otro. ¿Era acaso eso lo deseable, o habría sido mejor cooperar conmigo, facilitándome la labor de desmentir sus acusaciones y retirarme inmediatamente, en vez de dificultármela? El objetivo del foro, como dicen las normas, es ante todo mantener un clima de respeto. Eso sería razón suficiente para expulsar a cualquiera que repetidamente muestre una actitud contraria al respeto, a pesar de un número prudente de advertencias, como las tres reglamentarias. ¿Por qué no se hizo eso, en vez de seguir revolviendo el gallinero?
M-e-r-o--vin-gio* es el administrador, y ha sido el segundo más criticado; en mi ausencia, aún lo habrían hostigado más. Ahora se muestran atentos con isaver, porque apenas había intervenido, pero incluso a ella le intentaron estropear un hilo donde hablaba profusamente de un tema de su interés, y del de alguno más de nosotros. Fui yo quien moví ese mensaje, y no di explicaciones porque lo estimé contraproducente. Quería evitar a toda costa que forzasen a isaver a rendirse, callando a la mayor proveedora de temas científicos y filosóficos del foro, y logrando con ello un avance más hacia el caos. Ahora parece que también soy culpable por ello. Pues vamos listos, ¿no?
Me consta que M-e-r-o--vin-gio* atraviesa momentos difíciles, pero no es cierto que yo haya rechazado su amistad. En el privado que le envié, quise resolver un malentendido que surgió ayer por la noche, y que quizá lo haya indispuesto del todo. Fue lamentable, porque yo soy el último que querría estropear este proyecto o disgustar a su iniciador. De hecho, yo también me siento traicionado, porque desde el principio puse aquí todas mis ganas para encontrar un entorno virtual más provechoso que aquel del que la mayoría procedemos, y abierto a nuevas gentes, y, como premio, ahora me echan con cajas destempladas.
Pero aunque así me sienta, no guardo rencor a M-e-r-o--vin-gio*, porque creo que los acontecimientos lo han superado. No me extraña, porque esto se ha vuelto casi inmanejable. Si hay algo que realmente quisiera entender, para sacar alguna conclusión de lo sucedido, es esto:
Ayer le demostre como es perfectamente posible dejarles sin pilas. Yo no le tengo miedo a las palabras, asi que deje que uno de ellos se "desahogara" conmigo. Se agoto de lanzar indirectas y sarcasmos que me entraban por un oido y me salian por otro, y encima con la mayor de las sonrisas. escribió:
Quisiera saber qué mensajes son ésos, y qué hizo M-e-r-o--vin-gio* para desarmar a los provocadores, frente la ingenuidad con que, reconozco, yo me dejé atrapar una vez que las circunstancias que ya he descrito me tenían fuera de mis casillas. No dudo de su palabra; sencillamente me gustaría disponer de esa experiencia para el futuro.
He visto el clima del foro de fobia social, y me temo lo peor para este foro. Intenté ayudarlo a prosperar, pero esto no da más de sí. Deseo que logréis agarrar el timón a tiempo y llevar esto a buen puerto, pero mis esperanzas son escasas.
Como dijo alguien hace poco, es fácil bromear desafiando cualquier norma, sin preocuparse por el objetivo con que se ha instaurado, pero el verdadero caos es una cosa muy seria. No lo recomiendo. Y ahí viene.
Os deseo lo mejor a todos. Aunque se haya apresurado uno de los atacantes a descontextualizar una frase parecida a la que ahora voy a articular, estampándole el sello "FALSO", es verdad que yo no tengo ningún incentivo para seguir odiando a nadie de aquí. La vida ya plantea suficientes obstáculos para conseguir lo que uno quiere, como para encima gastar inútilmente las oportunidades peleando entre nosotros. Vivid y dejad vivir.
Un saludo sincero.