Es algo que está fuera de todo control consciente. Si bien las miradas inquisitivas de los adolescentes que juegan al futbol o los que van de botellón me resultan molestas a veces porque se que van a hacer daño, las que más me alteran a igualdad de relación "intención/resultados" son las de las mujeres... vamos, sin duda.
Y aclaro. Hoy de nuevo he atendido a "mi público" en el trabajo. ¿Será posible que no puedo atender a las chicas medianamente majas/atractivas/cercanas porque no hay manera de que no me entre la sudada padre? Curiosamente he de decir que en este caso TAMBIÉN había allí delante una "inmensidad". Uno ya en esos casos no sabe donde mirar...
¿Cómo no tener ansiedad ante semejantes momentos?
Del mismo modo, ayer pude contemplar... de hecho, lo comentó mi madre, no yo... cómo visten algunas chicas... y más en tiempos de achicharramiento. Estaba yo con ella en la calle, caminando cerca de la Plaza Mayor, y nos encontramos delante nuestro dos chicas sudamericanas. Una de las cuales tenía un cul***... un culazo que no era disimulado sino más bien todo lo contrario... era "reverenciado" por la forma en que había elegido su ropa.
Con los atributos sexuales tan evidentes y a veces tan a la vista, personas como yo tan oxidados en ese aspecto y tan "buenistas", tan "castrados" que no queremos pensar siquiera en sacar a la palestra temáticas sexuales con mujeres por miedo al que dirán, esas personas nos acomplejamos cuando vemos tan cercano y a la vez tan lejano el maduro fruto de nuestros deseos.
Me han dicho que esta chica tiene una potente personalidad... cuidao, me lo han dicho, que no lo he comprobado.