El cambio climático es real. Las pruebas se ven en las modificaciones de patrones a largo plazo.
Pero el que los huracanes cada vez resulten en más pérdidas materiales se debe a que cada vez hay más población que puede resultar afectada. En la India, Bangladesh y Myanmar (éste cambia de nombre tan seguido que no sé si actualmente es Myanmar, Birmania o Burma o lo que sea) han ocurrido ciclones mucho más mortíferos pero menos costosos desde siempre, antes de que se diera el calentamiento global, pero desde luego nadie les presta atención por no pertenecer al primer mundo. Allá causan más muertes por el evidente exceso de población que ha habido siempre pero menos pérdidas económicas porque allá es menor la infraestructura que se pueda destruir. No va a haber la misma pérdida económica en un huracán destruyendo Nueva York o Nueva Orleans, que uno golpeando algún área selvática poco poblada por humanos.
Además la cantidad de ciclones fluctúa en todos los océanos cada año por la influencia de los fenómenos de El Niño y La Niña, y patrones de corrientes océanicas que cambian más o menos cada 25 o 30 años. En el Océano Atlántico se está atravesando por una fase que favorece la formación de tormentas desde 1995, pero está muy próxima a concluir. De 1944 (creo) a 1969 hubo una desmedida actividad ciclónica en dicho océano; de 1970 a 1994 el número de tormentas fue mucho menor (1982 vio 5 tormentas y 1983 sólo 4), y de nuevo desde 1995 ha habido condiciones apropiadas para su formación (en 2005 hubo 28, y en 1995, 2010, 2011 y de momento 2012 ha habido 19 en cada uno de esos años), aunque siguiendo ese patrón, está muy próximo a finalizar el periodo de hiperactividad y pronto los huracanes volverán a ser menos frecuentes, mientras que en el Pacífico sucede a la inversa, la actividad ha sido escasa desde 1995 pero está próxima a retomar fuerza.
Por otro lado, cabe mencionar que cada tormenta es como un individuo, todas son completamente diferentes. Su tamaño no guarda ninguna relación con la velocidad de sus vientos, y el huracán Sandy, a pesar de haber golpeado E.E. U.U. con fuerza de categoría 1 (en una escala del 1 al 5) ha obtenido el record del ciclón tropical más grande registrado en el Atlántico tomando en cuenta su diámetro. De hecho rompió el récord anterior casi duplicándolo (huracán Olga, 2001, que nadie sabe de él (o ella) porque no tocó tierra en ningún sitio). También hay que tomar en cuenta que si bien la velocidad de los vientos no es influida por el tamaño, la presión barométrica sí, y mientras más grande es un ciclón, su presión será menor, y Sandy tuvo una presión anormalmente baja para un huracán de categoría 1 (su presión de 945 mb es más propia de un huracán de categoría 4 (Katrina golpeó Nueva Orleans con 938 mb, siendo de categoría 3); y mientras más baja es la presión, la cantidad de agua de océanos que es literalmente "succionada" hacia arriba es mayor, incrementando la marejada. Además el fenómeno impactó con Luna llena, cuando la marea estaba en su máximo nivel, así que condujo mucho más agua tierra adentro.
El único factor anormal en relación con este huracán que sí guarda relación con el calentamiento global fue el haber golpeado el noreste de E.E.U.U. al final de octubre, cuando normalmente el riesgo de ciclones tropicales para el noreste de ese país disminuye al término de septiembre. Normalmente los ciclones en el Atlántico abierto en octubre y noviembre se desplazan en dirección noreste, alejándose del continente y las islas del Caribe, pero Sandy se desplazó de sureste a noroeste, como un ciclón de agosto o septiembre, y aun para esos meses resultaría raro, porque en latitudes más arriba del trópico, el patrón de vientos atmosféricos que predomina es de oeste a este, todo el año. Por lo tanto, un solo huracán de estas dimenciones bien pudo ocurrir en cualquier otro momento de la historia, con o sin calentamiento global, pero los patrones de corrientes atmosféricas SÍ están alterados por el calentamiento, y llevaron a este ciclón literalmente en la dirección opuesta a la que debió seguir.
Cómo sé todo eso (que dicho sea de paso, sé que a nadie le importa): pues porque cuando no tenía tantos trastornos uno de mis mayores pasatiempos era la atmósfera. En realidad por un tiempo cuando era joven quise estudiar la licenciatura de Ciencias Atmosféricas, pero no existe (o no existía hace 10 años) en mi ciudad y no podía trasladarme adonde sí la hay.
Cita:
Iniciado por Verandris
Esa es la razón por la que he propuesto este hilo... Todos recordamos dramas muy cercanos. Las catástrofes naturales afectan también a España, si acaso de otra manera, algo más localizada pero no por ello menos cruenta. Murcia, Lorca, son las palabras que me vienen ahora a la memoria. Si después de un año todavía estamos recuperándonos de un terremoto de grado 5,2 en una escala Richter que llega hasta 6,9, potente, sí, pero centrado en un área concreta de España, ¿que pasaría si nos viésemos sometidos a un fenómeno que afecta a una región tan inmensa (desde Virginia a Nueva Inglaterra, unos 980 km.) como todo nuestro país?
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Sólo comentar que la escala de Richter no tiene un límite superior definido, porque no se sabe qué tan fuerte podría haber sido el mayor terremoto que haya ocurrido o que vaya a ocurrir, pero 6,9 está lejos de ser el tope. El de Japón del año pasado fue de 9,0; el que causó el tsunami en el océano Índico en 2004 fue de 9,3, y el mayor registrado, en Chile en 1960, fue de 9,5, y el aumento de la magnitud es en forma exponencial, no geométrica, así que no quiero ni imaginarme cómo será uno de esos cuando aquí en México uno de 8,1 destruyó la mitad de la capital en 1985 (y pronto volverá a suceder y quizá peor).
Si dije que sé sobre meteorología porque era mi hobby, sé de sismicidad (aunque en realidad menos que de meteorología) por la razón opuesta, porque se trata de mi mayor fobia, la mayor cruz que cargo.