No entres nunca, jamás, bajo ningún concepto, por muy aburrido que estés o por muy buena idea que pueda parecerte interesarte por los demás, en eso que llaman
Facebook, a no ser que lo hagas para visitar tu perfil, con el único e innegociable objetivo de contestar a uno de esos mensajes que te llegan más que esporádicamente.
Y es que, ya que no puedes ser como ellos, permanece al menos en la inconsciencia, ignóralo todo, no rememores tus carencias, no te obligues a recordar qué mierda de vida te ha tocado.
Hazme caso.
O acabarás escribiendo mensajes de mierda en aquel foro.