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Marchu:
A ella ya la conocen, pues es la campanita de este foro. Así es que sólo les comentaré que en los últimos meses no sólo he chateado mucho con ella sino que hemos hablado varias veces por teléfono, y déjenme decirles que me ha manifestado en esas ocasiones la misma dulzura, amabilidad, sensibilidad y todas las demás cualidades con las que nos ha deleitado con su participación en este foro. Siempre recuerdo aquel post de ella donde dice: "a mí me gustan los hombres buenos"; me quedó grabada esa frase.
Lu:
A partir de Flor78 (que es del foro) chateé allá por septiembre con Java78 (también del foro), que me pasó el e-mail de Diegofernando78 (también del foro). Y cuando chateé con Diego y le comenté de mi veta artística, me pasó entonces el e-mail de esta chica, una "piba distinta" según él, que no participa acá en el foro. Ella tiene 21 años, y es apenas más alta que yo. Se dice tímida, y jamás estuvo enamorada (aún siendo que, según su hermana, es una rompecorazones); dice que no está buscando nada, que esas cosas se dan o no se dan, o algo así. Y toca el bajo y canta en una banda donde hacen temas de los Beatles. Vive en Luque, provincia de Córdoba, pero de vez en cuando se hace una escapada a Buenos Aires ya que tiene parientes acá; y entonces me prometió en el chat que este verano se iba a dar una vuelta por estos pagos y que entonces nos íbamos a conocer, lo cual en efecto sucedió, el 13 de enero. La llevé a tomar algo y después fuimos a ver un espectáculo de tango (ya que a ella le gusta mucho todo eso), que estuvo excelente. "La pase espectacular leo. Estoy muy contenta de haberte conocido", me escribió al teléfono celular mientras volvía para la casa de su hermano, en la ciudad de Campana, que es donde se aloja cuando se viene para Buenos Aires.
María:
Es una chica de 21 años que tuve como alumna acá en casa en noviembre, dándole clases particulares de física, y con la que empecé a intercambiar mensajes a partir de que me invitase ella a su entrega de diplomas (se acaba de recibir de Profesora de Educación Física), a la cual no pude asistir porque justo ese finde estaba yo a full con el estudio. Pero a partir de allí nos empezamos a mandar mensajes a nuestros respectivos teléfonos celular contándonos cómo nos estaba yendo en nuestros respectivos exámenes y todo eso, y yo hasta le llegué a comentar de mis problemas para el trato con la gente. El hecho es que me terminó cayendo tan bien que, se me dio por invitarla para que tomemos unos mates, aunque más no sea para charlar y pasar un buen rato.
Y así fue como un día de diciembre nos encontramos para tomar unos mates; y entonces ella, que es evangelista, me invitó ese mismo día para ir luego a una de sus reuniones cristianas, así es que fui (como curioso nomás). Y después rematamos la noche yendo a una cuadra peatonal que hay ahí cerca, a comer pizza y tomar helado, después de lo cual la acompañé hasta su casa.
Y el 30 de diciembre sucedió que fui yo con gente de mi trabajo a un bar a tomar algo, y la verdad es que no la pasé del todo bien. Así es decidí luego no prenderme la próxima vez que me invitasen, ya que me di cuenta de que hubiese terminado yo aquel día mucho mejor si no hubiese ido. "Evidentemente, la gente no es lo mío" pensé. Y cuando se dio que le comenté de esto a María me escribió un mensaje diciéndome "no te preocupes por cómo la pasaste hoy; no vas a dejar de ser especial".
Florencia:
Es la Flor78 del foro. Ni bien empecé yo a participar del foro, leí un post de ella en donde decía que era de San Miguel (yo vivo en Muñiz, a tan solo 5 cuadras del límite con la localidad de San Miguel); así es que traté de ponerme en contacto con ella. Y entonces ella me propuso chatear, cosa que yo no había hecho nunca así es que no tenía ni idea de cómo era. Pero por supuesto no quería perderme de conocerla, así es que aprendí, y entonces empezamos a chatear. Y se dio que ella se estaba por mudar, y cuando me dijo a dónde resultó ser que era ¡a la vuelta de mi casa! (antes vivía como a 30 cuadras). Se dio pues que al poco tiempo de mudarse arreglamos para conocernos: el 17 de diciembre salimos a caminar y nos sentamos debajo de la sombra de un árbol a tomar unos mates y charlar. Y al día de hoy hace más de una semana que estamos noviando oficialmente, y hace ya más de un mes si contamos desde el día de nuestro primer beso (aquella madrugada del 18 de enero). ¿Pueden creerlo? Un par de semanas antes de aquel primer beso habíamos estado sentados en el sillón de su casa mirando televisión y yo no me animé a pedirle que se sentase bien al lado mío y se apoyase sobre mi hombro. Después ella se fue una semana y media de vacaciones, y yo me prometí que cuando volviese se lo iba a pedir de presentarse nuevamente la oportunidad. Y así fue. Aquel 18 nos volvimos a encontrar en su casa, y, pasada ya la medianoche, me animé y se lo dije, y ella dijo que no, pero un par de segundos después cambió de opinión (durante ese par de segundos recuerdo haber pensado: "y bueno, al menos lo intenté"; luego ella me explicó que dudó porque le dió cierto temor el desconocer mis intenciones; y yo le expliqué que, si bien aquella noche nos terminamos besando, yo me hubiese conformado con el simple hecho de poder abrazarla, ya que aquello por sí sólo representaba todo un suceso para mí). La rodeé con mi brazo derecho, mientras con el izquierdo comencé a acariciarle el pelo. Minutos después, se dio ella vuelta y me besó.
Resultó ser además que su hermana es nuera de una de las mejores amigas de mi mamá. Y además estamos yendo Flor y yo al mismo terapeuta, ya que cuando aún no nos habíamos conocido personalmente, yo estaba buscando uno, y entonces ella me recomendó el suyo.
Para los que no lo saben, ella tiene 27 años, estudia veterinaria y trabaja como recepcionista en una clínica. Mide 1.55 de estatura (es decir, 5cm menos que yo).
Claudio (nuestro terapeuta) le diagnosticó fobia social, mientras que de mí dice que soy melancólico y obsesivo, sobre todo melancólico (depresivo), pero que lo mío no tiene los caracteres de una fobia.
Una de las cosas que más disfrutamos cuando estamos juntos es cuando le acaricio el pelo y la cara. Yo le comento que en ocasiones cuando estoy con gente me siento niño, y ella me contesta que me siente muy hombre, por momentos casi que paternal, y que eso le gusta.
Entre mis metas para este año, estoy indeciso entre aprovechar el sueldo que tengo ahora para independizarme o para hacerme un rinoplastia. Pero ella no quiere que me opere: dice que le gusta mi nariz.
Hace tres o cuatro sábados atrás me acompañó a visitar a unos compañeros míos del laburo que estaban estrenando departamento. Le agradecí varias veces por haberme acompañado; fue muy importante para mí, y sé que no fue del todo sencillo para ella. La pasamos bien; estos compañeros míos son muy buena gente, muy amables.
El sábado siguiente pasó por casa y toqué en la guitarra y canté para ella algunas canciones (la primera vez que toco la guitarra para una chica).
Hace dos jueves alquilamos la película El Gran Dictador, de Chaplin, ya que a mí me gustan mucho las películas de él; la vimos en la casa de ella, y la disfrutamos mucho, nos reímos mucho.
El otro lunes cenó en mi casa con mis padres, mi hermana y su novio (y yo, claro) con motivo de mi cumpleaños número 26. Y el martes, con motivo de San Valentín, anduvimos paseando por la capital, visitando el Palacio Paz (una visita guiada a la casa más grande que ha existido en la ciudad de Buenos Aires, construida a principios del siglo XX), yendo a comer a McDonald y viendo finalmente una película en el cine.
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