Es curioso lo que dices, me ha recordad un anécdota de la semana pasada. Fui a hacer un trámite burocrático y la funcionaria de turno fue amable conmigo, me explicó todo muy bien y me contestaba con paciencia a todas mis preguntas. Mientras imprimía unos papeles, en ese tiempo que a veces me resulta tan incómodo, me animé incluso a hacer algunos comentarios en forma de broma, tontadas al fin y al cabo, nada ingenioso, pero me he sorprendido a mi mismo haciendo eso. Seguramente si me hubiese tocado alguien con mala cara, ese momento de espera hubiese sido peor.
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