dadodebaja27072

Yo no soy de los que hablan. Tampoco veo una razón por la que me tenga que implicar en una conversación. Soy selectivo con las personas, con muy pocas me gusta charlar.
Todo en la sociedad es lo establecido por la mayoría, esto discrimina al resto, en este caso a mi. Veo más importante el silencio, que el bla, bla, bla...
Es siempre lo mismo, no dar la libertad para escoger, imponer lo que la sociedad considera adecuado. Para que unos estén contentos yo tengo que ceder, que cedan ellos para que este contento yo. Ya no sé si mi vida es mía, o mi vida es de los demás.

No cumplo deseos porque no soy Aladino.

chispa

Viva España viva el Rey, viva el orden y la leeeeey viva honraaaaaaada....

LOU SPIN

Si me encuentro bien de energía, motivación y autoestima (lo que suele suceder cada vez que Júpiter entra en conjunción astral con la constelación de Capricornio) puedo llegar a ser un excelente conversador. Pese a ello, por mi carácter pragmático, prefiero la conversación breve, directa y concisa a las interminables tertulias papagayescas sobre temas que ni me conciernen ni me aportan absolutamente nada a las que me someten algunos sujetos de parentesco muy próximo (y por tanto, ineludibles en su mayoría). En esas ocasiones, sólo me queda componer cara de póker (a veces, de jóker) y asentir como esos perritos de adorno que sólo mueven la cabeza.

Nihilista

A mí me sucede. En general, no me gusta hablar y el caso es que cuando no tengo otra opción me expreso con frescura, amén de claridad. Asumí los complejos sobre mi voz, mi tono grisáceo o la tendencia a expresarme con monosílabos en donde se adquieren todos los vicios (léase la escuela). La realidad es distinta.

Detesto a la gente dicharachera porque suelen escupir más que hablar, aunque, también me llegan a irritar las personas que no dicen nada y, poco menos, te ves impelido a sacarles la lengua con unos alicates. Me preguntaba la razón para tal aversión si me sentía identificado con ellos; pensaba que sería un odio a mí mismo focalizado en los demás. Sin embargo, lo he ido descubriendo. Hay gente que no dice nada porque no tiene nada que decir. Por lo menos, son más prudentes que los charlatanes, pese a demostrar el mismo nivel de baja cultura. Aparte, no me gusta llevar el peso de una conversación, soy un magnífico oyente, según distintas versiones.

Lo que versas sobre el contexto debe ser la clave. El único contexto motivador es donde me encuentro conmigo mismo, la persona con la cual deseo hablar de verdad .

dori45

Que no hablen no significa que no tengan nada que decir, puede que no tengan nada que decirte a ti o simplemente no le apetezca. Y tampoco demuestran bajo nivel de cultura, no sé qué tiene que ver una cosa con la otra.

carmex

A mi solo me gusta hablar si hay una conversacion interesante para mi y con personas que esten dispuestas a escucharme, con algunas tengo mas confianza que con otras, a veces tengo que hacerlo de manera obligada aunque no quiera como en mi trabajo por tener que decir algo importante.

OM_RA

Yo soy un gran conversador si se dan los factores idóneos, y me siento motivado. Para que pueda expresarme tanto como desee debe darse una de dos (o las dos) situaciones:


A) Que se trate un tema de mi interés.

B) Estar con personas que me inspiren confianza y con quienes me sienta cómodo.


No es necesario que ambos requisitos se cumplan, puedo conversar sobre un tema que me interese mayestáticamente con alguien que tenga poca confianza. Esto último sería similar a lo que hace Sheldon Cooper cuando es capaz de intervenir en un conversación que versa sobre algo intelectual (naturalmente, a mí no sólo me interesan "temas intelectuales"), aun cuando no haya tenido mayor acercamiento anterior con sus interlocutores. Eso sí, no creo ser tan insoportable como Sheldon Cooper.

Ahora bien, si no sé da ninguna de esas situaciones simplemente permanezco callado y cuando trato de expresarme lo hago de manera torpe, tartamudeando incluso.


Dos ejemplos de lo que me pasa:

- Estoy en clase, y mis compañeros son una sarta de subnormales profundos que sólo hablan de juergas y estupideces varias. El resultado es que permanezco en absoluto mutismo todas las horas de clase que comparto con tales compañeros. Eso suele pasar prácticamente siempre, no tengo mayor acercamiento con el grueso de mis compañeros de clase, empero, puede darse el caso (otras tantas veces no) que llegué a relacionarme con algún alumno tranquilo/marginado, con él que, eventualmente, me sentiré cómodo y podré charlar amenamente.


- Las reuniones - por lo general dos veces al año - con mi siempre antipática familia paterna con la que no tengo mayor confianza. Cuando tratan un tema que capta mi interés y atención puedo intervenir de una manera muy versada. Esto sucede, sobre todo, cuando mi tío y mi papá tienen una de sus luchas de egos en dónde tratan de ver quién es más inteligente (¡pobres berzotas!, lo tienen ante sus ojos y no se dan cuenta ), o cuando algún otro pariente narra alguna anécdota lo suficientemente relevante como para que yo me interese por ella. Sin embargo, el resto de la velada se lo pasan hablando sobre sus agitadas vidas sociales, anécdotas estúpidas y haciendo chistes tontos, por lo que no participo de la conversación. El problema es que, posiblemente al verme taciturno y sin mayor interés ante la avalancha de estupideces que vociferan, suelen comenzar a hacer "bromas" estúpidas sobre mí.

dadodebaja33930

No. Y no se porqué, pero tengo la idea de que a la hora de hablar o hay que ser interesante o gracioso. Y al ser tan... pero tan ignorante, lo primero nunca es una opción. Y al ser tan nervioso e inseguro nada de lo que digo tiene gracia. A no ser que me ría de mi mismo, es la única forma que tengo de hacer reír a los demás, pero es bastante patético.

Maria03

Lo mismo digo, no es que no me guste.... pero las oportunidades que se me dan son muy pocas y en ese momento me bloqueo y no sé que decir :L

No tenemos capacidad para hablar (solo algunos) eso depende de que tan grave sea el problema, si es fobia social o tal vez mutismo selectivo :C

Kaimer

killmeplz: No lei las respuestas pero te cuento mi opinión.

Creo que a todos nosotros nos gusta comunicarnos, nos encanta siempre y cuando, como vos decís, estemos cómodos. El problema es ese, que estamos cómodos en muy pocos lugares, o incluso solamente cuando estamos en casa solo, por lo que no podemos conversar con nadie, a lo sumo con nosotros mismos ensimismandonos.

A mi me pasa por ejemplo, que estando entre personas me cuesta más o menos hablar, dependiendo de factores como:

- Cantidad de personas.
- Grado de confianza con las personas.
- Entorno: si hay personas al rededor (por mas que estén fuera de la conversación) me es más difícil.
- Tema de conversación: si no tengo idea del tema que están hablando (ej: fútbol) no se que aportar y incrementa mi miedo a decir algo estúpido por lo que prefiero ir a lo seguro y no decir nada

Sobre todo este úlltimo punto que parece simple es bastante importante. Si yo fuera alguien super culto o con una cultura general avanzada, no tendría problema en conversar de casi cualquier cosa, y mi miedo a hablar se reduciría. Pero soy todo lo contrario, no me intereso por nada, perdí muchos años de mi vida PENSANDO y sacando conclusiones que no me sirven para nada, sin hacer nada muy importante, sin tener intereses, opiniones o conceptos, por lo que me cuesta encajar en casi cualquier conversación.

Otra forma de que sea mas fácil hablar es ser el que lleva el tema de la conversación, ser el dominante en la conversación, pero es algo difícil que depende mucho de con quien estés conversando. Por lo general la otra persona siempre es más "fuerte" que yo y no puedo manejar el tema a mi gusto.

Entonces, podríamos decir que no nos gusta hablar, pero dudo mucho que así sea, yo creo q morimos por comunicarnos, por eso estamos acá quejandonos de nuestra soledad