El sexo profesional no se orienta hacia el amor, sino hacia el abuso. Por eso hay que pagar. A las prostitutas no las defiende nadie, porque, como infraseres marginados, sirven para ventilar las frustraciones de la mitad masculina del pueblo puteado. La democracia se opone a la sujeción de la mayoría por una pequeña elite, pero defiende la humillación de unas pocas cabezas de turco por parte de la masa insatisfecha.
El cuadro sólo se completa con la sumisión pospatriarcal de la mujer, porque ellas difícilmente conseguirán placer sexual pagando, de modo que el planteamiento anterior es ajeno nada menos que a la otra mitad, silenciosa, del mismo pueblo.
Blah, blah, blah. Seguiréis defendiendo el recurso a la prostitución, porque para vosotros es tan natural como para nuestros tatarabuelos lo era la esclavitud de los negros. Vamos por buen camino
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Maldita sea, me estoy acordando de aquel grupo musical que se quejaba a cara de perro de muchas injusticias del mundo, citado por Kris_bcn como respuesta lacónica y amenazadora a mis reflexiones por allá abajo, pero de lo que no hablaban es de la explotación sexual de la mujer, que probablemente sea la calamidad que aún hoy afecta a un mayor número de seres humanos en el mundo. Me encanta la hipocresía del tirano.