Yo también estoy enganchadísimo al café. Prefiero hacérmelo yo o tomármelo en sitios conocidos y de confianza, no me gustan las "bombas de relojería" que te ponen en algunos sitios con tal de ahorrar leche, ya que con ellas estás "que no paras quieto" y eso tampoco.
Ya sé que podría sustituir un poco el café por un poco de motivación pero siempre necesito al menos 2 al día, uno por la mañana (me levante temprano o tarde) y otro después del almuerzo. De hecho no sé qué haré cuando me convierta en hipertenso.
No obstante tengo que reducir su consumo cuando veo que me voy a enfrentar a algo específicamente estresante; sucede por otro lado que, como en los últimos años me he apartado un poco de las grandes decisiones y proyectos vitales (ahora estoy intentando volver a ellos) no he sufrido de verdadero estrés/ansiedad tributaria de privación de estimulantes, por tanto me los he podido tomar sin problemas y la mar de a gusto.
Saludos. ¡viva el café con leche calentito bien hecho!