No, no me pasa.
Y la gente esta que habla mucho, me gusta. No siento tanta presión por hablar. Escucho, y cuando me apetece, y si me apetece, digo algo. No es como cuando esoy con alguien que no habla, que me siento en la obligación de decir algo, sacar temas de conversación. Y encima, después de tanto trabajo, la mitad de las veces si el otro es tímido te mira con esa cara de "no pensarás que voy a hablar, cabrona", que se te quitan las ganas de seguir intentándolo.
Sí, lo sé, yo también la pongo cuando me hacen hablar, pero quien ha dicho que la justicia exista.
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