Hola, soy chico, tengo 26 años y vivo en Madrid. Soy una persona siempre tímida y miedosa, aunque estoy seguro que en muchas situaciones no doy esa impresión por mi apariencia. Aún con esta ansiedad que he tenido toda mi vida, he desarrollado una personalidad normal, tengo amigos normales no tímidos ni fóbicos. Antes de presentar el proyecto fin de carrera, fuí al psiquiatra creo que por primera vez, porque no me veía capaz de presentar el proyecto ante un jurado. Bueno, finalmente se hizo...
Me diagnosticó fobia social. Me temía algo así a estas alturas de la vida. Tenía 24 años y no había sido capaz de estar cerca de una chicas ni hablar en grupos de gente amplios.
Como de pequeño era gordito pensé que mejorando mi aspecto físico aumentaría mi autoestima y la cosa me iría de otra manera. Practico ejercicio con pesas desde hace 6 o 7 años...Y si que ha aumentado mi autoestima, pero la estúpida fobia sigue ahí, aunque sea algo más manejable.
Siento miedo en situaciones realmente estúpidas (pues como todos supongo). Trabajo en una oficina y la ansiedad en ocasiones me resulta inaguantable. Una tos repentina, un móvil de repente..., y me corazón dá un auténtico vuelco. Una conversación con un jefe, o un compañero o peor una compañera, son una pesadilla.
Las reuniones en grupo al aire libre y bajo el sol son terroríficas. Todo eso hace alejarme de posibilidades de integración en nuevos grupos. Y dada mi apariencia, creo que la impresión que doy es que soy una persona tremendamente antipática. ¡¡Y por dios... no es así!!.
Hoy en día, me considero una persona muy atractiva físicamente, simpática y optimista. Me siento querido por las personas que realmente me conocen, incluso admirado en ocasiones.
Aún el sufrimiento de cada día, metro, autobús, oficina, autobús, metro, autobús, gimnasio, autobús, centro comercial, etc...sigo aquí y pienso que algo cambiará algún día.
Nunca he estado cerca de una chica y eso quizás será lo peor. Me gustaría sentir algo bonito y sentirme vivo alguna vez. Me gustaría formar una familia sana y que las personas de mi alrededor no sufrieran tampoco mi ansiedad.
Había dejado mi tratamiento con el primer psiquiatra por cambio de residencia, pero ahora en Madrid, he decidido buscar de nuevo ayuda, porque la vida no tiene porqué ser así. Nos merecemos disfrutar de momentos agradables como todos, y yo por supuesto que también, porque soy un buen chico, y me queda mucha vida por delante.