Es tanto nuestro afan de lograr la aceptacion de los demas que nos convertimos en las mejores personas del mundo; y no vemos la difusa linea divisoria entre la bondad y la estupidez. Proyectando asi una imagen de "caperucita roja perdida en el bosque", y de la cual muchos se aprovechan para hacer sus delicias agrediendonos.
Nuestra ofuscacion nos lleva al mutismo bloqueandonos por completo, reduciendonos a nuestra mas minima expresion
.
Hasta que por fin en la serenidad de nuestra habitacion, cuando pasamos revista de todo lo sucedido reaccionamos (terriblemente tarde), y llegan a nuestra mente las palabras correctas, cuando nuestro verdugo ya se satisfizo humillandonos.
SI, odio sentirme asi.