Da la impresion que actualmente, nadie tiene autoridad moral para decirle a otro, lo que esta bien ni lo que esta mal.
Las instituciones que evocaban un discurso moralista, demostraron en la practica, que estan muy lejos de practicar lo que predican.
Viendonos libres de un castigo probable, nos animamos a dejar fluir cada vez mas descaradamente, todas la tendencias que nos recuerdan que el hombre, es el lobo del hombre.