Hoy, necesito contar muchas cosas, sobre todo centrarme en un tema. Mi vida no siempre ha sido una mierda. Ya escribí un post donde indicaba que siempre se me ha discriminado por ser diferente, que no suelo hacer muchos amigos y eso... pero si tuviera que resumir mi situación ahora, sin duda sacaría solo dos cosas malas. La primera, es el maltrato sufrido por una chica. La segunda, es en lo que hoy me quiero centrar.
A lo largo de mi vida lo he tenido muy difícil, es cierto, pero realmente nunca he estado deprimido o tan triste como ahora. Con mis altibajos, como cualquier persona, pero no de esta forma. Abrí un post para desahogarme por el maltrato sufrido, los cuernos, el desamor... Hoy, necesito hablar de otro tema.
Siempre, al contar la historia de mi vida, omito el que quizás sea el dato más importante de todos. Es algo que no suelo contar a nadie, puesto que a las pocas personas a las que se lo he contado a lo largo de mi vida, no me han echado apenas cuentas, no le han dado la importancia que para mí merece. Por tanto, hoy quiero hablar, aunque solo sirva de desahogo, de mi amiga, mi mejor y más querida amiga, Maria del Carmen.
Ella era para mí el regalo más grande. Éramos uña y carne, siempre, SIEMPRE estábamos juntos para todo. Paseábamos juntos, jugábamos juntos, reíamos juntos... éramos prácticamente iguales en todo. Era la única persona que realmente me veía tal como era por dentro, la única que no me veía como un bicho raro.
Con el paso de los años, nuestra amistad se fue haciendo cada vez más y más estrecha. Al contrario del resto del mundo, que suele enfriarse con el tiempo, con Maica los días pasaban y hacía que la quisiese más y más. Ella al igual, me apreciaba mucho, y cada día también me quería más. Formamos un grupo de amigos, y todos eran realmente geniales. Sin embargo, para mí, no había nadie como Maica. Mientras que algunos de nuestros amigos iban dejando el grupo por cosas sin sentido (las primeras novias, enfados tontos...), Maica seguía igual. Siempre sonriendo, siempre alegrándonos a todos.
En clase, tenía mis problemas. Las discriminaciones, los motes... todo en el momento me afectaba, pero se me pasaba al ver a Maica. Ella siempre estaba dispuesta a escuchar, a hablar, a hacer reír. Si en este mundo existe una persona perfecta, sin lugar a dudas es Maica.
A día de hoy, la recuerdo mucho. Me acuesto en la cama, y recuerdo todos los momentos con Maica. Recuerdo su nombre, el nombre más precioso de chica para mi gusto, un nombre que no puedo pronunciar delante de nadie. Es la única chica que realmente merece mis lágrimas, y hoy lloro por ella porque creo que he malgastado demasiadas en quien no las merece.
Maica murió hace años. Nos dejó un vacío en nuestros corazones a todos, pero sin duda el más profundo me lo dejó a mí. Nunca le dije "te quiero", aunque sin lugar a dudas era lo que sentía por ella. Como amiga, como chica... no sé como la quería, pero que la quería era algo indiscutible. El perderla es algo que nunca superé, y que estoy seguro de que nunca superaré.
No quiero olvidarla. No quiero sustituírla. Pero quiero dejar de sufrir. Es muy egoísta por mi parte, pero no puedo vivir con su recuerdo dañándome cada día. Quiero poder hablar de ella sin echarme a llorar. Quiero que sepan que una vez estubo aquí, y que ella era importante. Quiero superarlo todo, pero se me está haciendo cuesta arriba.
Veo la luz de mis problemas, veo que voy a salir a flote y que por fín algún día estaré bien. Pero hoy, necesitaba explotar. Necesito pronunciar su nombre, llorar por ella, porque merece mis lágrimas. No quiero que muera su recuerdo. Por lo tanto, aunque nunca lo dije en vida, le dejo aquí escrito que la quise mucho, que la quiero, y que siempre la querré.