A mí me ocurre lo mismo. Cuando trato con alguien estoy muy pendiente de notar signos de aprobación para adquirir seguridad y abrirme, de ahí que tienda a los extremos, o me llevo muy bien o no hay nada que hacer. En nuestro caso se agrava más por la inseguridad propia de la fobia social. Y es algo que creo que tenemos casi todas las personas, necesidad de aprobación, pero en nuestro caso se agudiza más. También creo que el hecho de no tener seguridad acerca de lo que piensa o siente la otra persona en tu compañía (por eso de la ceguera mental) nos sentimos confusos y perdidos y nos lleva a interpretar un gesto neutro como un desplante, o como falta de interés, lo cual no tiene por qué ser así, pero eso condiciona ya la relación y la predispone al fracaso. Estoy convencida de que cuanto menos grave es la ceguera mental, cuanto más cerca estás de poder interpretar la mente porque entiendes que los demás tienen su propia mente distinta a la tuya, más problemas tienes a la hora de interpretar correctamente sin caer en la distorsión (por eso somos propensos a la fobia social), un asperger con ceguera mental menos leve seguramente no tendría ese problema porque en ningún momento se plantea lo que el otro piensa o siente, o dan por hecho que piensan igual que ellos. Tal vez ese comportamiento es frecuente en las mujeres asperger porque tendemos por naturaleza a ponernos más en el lugar del otro. O sea que, lo que podría ser una sobrecompensación en realidad se vuelve lo contrario, porque tendemos a distorsionar con más frecuencia, creemos captar claramente al otro/a y en realidad metemos la pata por nuestra tendencia a verlo todo en blanco y negro y a ser tan desconfiados. Ese problema los hombres asperger creo que lo tienen menos marcado que nosotras. De todos modos, pese a esa necesidad de aprobación me resulta imposible muchas veces no decir las cosas de manera que a los demás no les resulten bruscas, es algo en lo que me esfuerzo por evitar, pero aún así es imposible y muchas veces caigo mal o me malinterpretan por tal motivo cuando mi intención en absoluto era ofender a nadie.