Haz la prueba siguiente: cada vez que los veas al llegar al trabajo, salúdalos tú, no esperes a que ellos te saluden. Verás que si empiezas saludándoles, ellos te responderán, y al cabo de unos días serán ellos los que den el primer paso y te saluden. Eso sí, saluda alto y claro, que si no, no te oyen. Si haciendo ésto, ninguno de ellos te devuelven el saludo, no le des mal vueltas, simplemente son unos maleducados. Es su problema y no el tuyo.
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