Si el origen de la ansiedad fuera solamente debido a trastornos metabólicos, cardiovasculares, diabetes, trastornos respiratorios, hipertensión arterial, colesterol elevado, infecciones, micro sangrado interno, etc., ¿para qué machacar inútilmente la mente? Cuando lo más práctico y saludable es concentrar energías en hacer reparar la causa física de esa ansiedad. Ahora si la causa fuera otra, como es tu caso, recién cabría ir donde un psicoterapeuta, como lo has hecho tú. Con el sólo “poder mental” no se consigue gran cosa.
En cuanto a los psicofármacos que estás tomando, espero que sean de una dosis moderada y que solo te los hayan prescrito para los inicios del tratamiento.
“Me gustaría encontrar el trasfondo de esto...”
A mí también, pero cuando fui donde mi médico general, la única explicación que tuvo para mis ataques repentinos (habiendo sido descartadas previamente cualquiera de las causas arriba mencionadas) fue que el origen está en el sistema nervioso vegetativo que se ve alterado debido al estrés, alguna emoción intensa vivida, por ejemplo un accidente, la pérdida de un ser querido, algún hecho traumático, un divorcio, etc.
Una consecuencia de la ansiedad que acarrea otros síntomas es la hiperventilación (respiración acelerada) que se produce debido a la sensación de falta de aire, ésta hiperventilación produce bajos niveles de dióxido de carbono en la sangre y debido a esto surgen los vértigos, mareos, pérdida de control, confusión mental, inestabilidad, hormigueo, temblores.
Aquí un poco de información sobre la hiperventilación:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/s...cle/003071.htm
Una buena medida de apoyo para reducir la ansiedad, es practicar técnicas de relajación, las hay numerosas, pero esto requiere consecuencia, disciplina y paciencia.
Igualmente es aconsejable reducir o eliminar el consumo de estimulantes, como las bebidas alcohólicas, el café, el té negro, el tabaco, etc.