La música diferente está buena.
Desde Chopin hasta System of a Down.
Ser diferente está bueno.
Las personas diferentes de uno están buenas.
Igual todos compartimos la misma Tierra y el mismo fondo.
La ironía de Chop Suey es magistral: porque en realidad los ángeles nunca merecen morir, a pesar de lo que digan los partidarios del "daño colateral".