08-ago-2012
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Yo voy a compartir lo que estoy escuchando ahora porque hoy tuve un día más que de mierda y mientras estaba atascado en el tránsito de la autopista que no avanzaba nunca gracias a toda esa gente que se la pasa de paro cortando las calles, los subtes y demás, miré hacia el cielo desde la sucia ventana del colectivo, puse esta música y todo a mi alrededor se transformó.
Abajo el infierno de asfalto, bocinas y monóxido de carbono; arriba los rayos de sol que se filtraban entre los nubarrones que presagiaban tormenta, una imagen impresionante que se hace más dulce todavía escuchando algo así:
Cuando Israel salió de Egipto y la casa de Jacob en medio de aquel pueblo bárbaro, consagró Dios a su servicio a Judá y estableció su imperio en Israel.
El mar vio, y echo a huir, volvió hacia atrás el Jordán cual carneros brincaron de gozo los montes y cual corderitos los collados.
¿Que tienes tú, oh mar, que has huido? y tú, oh Jordán, ¿por qué has vuelto atrás?
Vosotros, oh montes, ¿por que brincásteis de gozo como carneros?
¿y vosotros, oh collados, como corderitos?
A la vista del Señor se estremeció la tierra. A la vista del Dios de Jacob; que convirtió la peña en estanque de aguas, y en fuentes de aguas, la roca.
No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria, para hacer brillar tu misericordia y tu verdad a fin de que jamás digan los gentiles: "¿Dónde está su Dios?" Nuestro Dios está en los cielos;
Él ha hecho todo cuanto quiso. Plata y oro son los ídolos de las naciones obra de las manos de los hombres.
Boca tienen, mas no hablan; Tienen ojos, pero no ven. Orejas tienen y nada oyen; tienen narices sin olfato. Tienen manos y no palpan, pies, mas no andan;
ni articulan una voz con su garganta.
Semejante sean a ellos quienes los hacen, y cuantos ponen en ellos su confianza.
La casa de Israel coloca en el Señor su esperanza; El Señor es su amparo y su protección.
La casa de Aaron espera en el Señor; El Señor es su amparo y su protección.
En el Señor esperan los que temen; El Señor es su amparo y su protección.
Acordóse de nosotros el Señor, y nos bendijo.
Bendijo a la casa de Israel,bendijo a la casa de Aaron.
Bendijo a todos los que temen al Señor, así a los pequeños, como a los grandes.
Aumente el Señor sobre vosotros sus bendiciones, sobre vosotros y sobre vuestros hijos.
Benditos seais vosotros del Señor, quien hizo el cielo y la tierra.
El cielo empíreo es para el Señor; mas la tierra la dio a los hijos de los hombres.
Oh Señor, no te alabarán los muertos; ni cuantos descienden al sepulcro.
Mas los que vivimos, bendecimos al Señor, desde ahora, y por todos los siglos.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Nosotros que vivimos, bendecimos al Señor.
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