Hola, soy una chica, mi nombre real es Sandra, y tengo 24 años.
Siempre he sido muy reservada con mis temas personales, y he querido ocultar quien soy por miedo al rechazo; curiosamente, siempre he acabado conociendo ese rechazo.
Hace unos años, esto habría sido lo normal, adolescencia, años duros y todo eso ¿no?, de hecho, muchos de los que por aquí estamos, no habremos tenido una relación en nuestra adolescencia, por problemas de timidez, de no me atrevo a hacer esto, a decir aquello...
Bueno eso, que no tenía amigos cuando era una niña, y como adolescente no iba a ser menos, y llegue a mis 20 años con unas ganas locas de poder compartir lo que fuera con alguien, y ese alguien resultó no ser una buena persona, o al menos no, desde mi punto de vista.
Resumiendo un poco, la historia acabó un año y medio después, cuando ya estaba todo el mal hecho, se había encargado de minarme la autoestima y ponerme los cuernos con prácticamente todas las mozas que se encontró por internet. La putada es (perdón por los tacos) que parece ser que esta persona sabia muy bien lo que se hacia, porque se tomó la molestia de separarme de mis amigos y seres queridos a través de engaños y mentiras, antes de no tener ningún problema en insultarme o en alguna ocasión ponerme la mano encima.
Bueno pues, acabé sintiéndome mas sola con el, que sin el. Acabé en el psiquiatra, en el psicólogo, por problemas de bulimia porque creía que en realidad, la gente no iba a tomarme en serio por los kilos que marca una báscula, que yo no merecía tener a nadie a mi lado por ese maldito numero, que no merecía tener sentimientos, ni ser vulnerable.
La medicación hizo que todo me diese igual y empecé a tontear lo mío con el alcohol; lo sé, está mal, pero cuando no tienes nada que perder, intentas lo que sea con tal de que pase algo. Hice algunos amigos, quien dice algunos dice... Uno, y el resto es gente en mi vida que viene y va. Desde hace un año, no tonteo con el alcohol, tampoco es que tuviese un problema de alcoholemia, pero si me apetecía echarme unas cervezas un martes por la mañana, pues iba a hacerlo.
Ahora llevo las riendas de mi vida, intento ser mas social y tal con la gente, pero no soy capaz de relajarme y abrirme a nadie, no es por miedo, porque creo que a día de hoy con todo lo pasado... Buf, no sé. Pero no siento que se me esté tomando en serio, me siento juzgada las 24 horas del día por mi físico, y pienso que en cualquier momento, cualquier persona que hable conmigo, se está burlando de mi.
Soy capaz de entablar conversación con la gente, y sentarme en una mesa con gente que apenas conozco, pero no soy capaz de dejar que nadie me conozca lo suficiente. Sin embargo, en internet me siento mucho más libre, nadie tiene una imagen predefinida de mi, ni por mi forma de vestir ni por mi apariencia general, y eso me gusta.
Y no sé qué más decir, me boikoteo a mi misma poniéndome a la defensiva ante preguntas personales, y yo solo quiero poder relajarme y estar tranquila y no sentir esa carga sobre los hombros que lo único que hace es que haya dejado de intentar tirar ese muro.
Gracias por leer el tostón, Moria
