Anonimo

Este tema me tiene muy preocupado durante años. Mi experiencia con psicologos no fue muy allá, creo que alguna mejoría sí tuve en aquel momento pero el día a día me ha ido llevando al rincón de siempre. Cosas tan cotidianas para otros como responder al teléfono a alguien que no conoces, reuniones en el trabajo, atender a visitas, ... se me hacen muy dificiles de llevar. Trabajo en el Dpto. de Marketing de una empresa y aunque no sea un trabajo tan de cara al publico como puede ser el trabajo de comercial, cuando hay que estar presente en ferias y actos promocionales de la empresa lo suelo pasar francamente mal. Todo lo inesperado me produce tensión, si no lo tengo todo planeado y algo hay que reconducirlo sobre la marcha sufro un bloqueo mental, un nerviosismo y unos sudores que me son muy dificiles de controlar. Ir al banco para cualquier gestión, asistir a reuniones del vecindario, ... intento actuar para que no se me noten mis tensiones internas, pero creo que no lo consigo.
Me siento culpable por no haber mantenido más relación con mis amigos (realmente no he tenido problemas con ellos) pero me ido encerrando cada vez más y ahora de repente quedar con ellos de la noche a la mañana me generaría una ansiedad tan rande que prefiero seguir en soledad. Mi mujer fue la que me empujó a acudir al psicologo en su día, pero muchas veces creo que no me comprende ...
Si os digo la verdad, contar todo esto a vosotros me está relajando bastante, con lo que pienso seguir compartiendo con vosotros mis inquietudes.
Gracias a todos

Anonimo

No te preocupes, al menos escribiéndo te desahogas y sabes que la gente que te lea te va a comprender, pues todos/as o casi todos/as los que estamos aquí tenemos tu mismo problema, así que ánimo y no estás solo en esto!.

Yo también quiero contar un poco mi caso, porque yo también estoy un poco de bajón, pero ahora tengo que irme, así que no me da tiempo, en otro momento lo haré, saludos!!!

Gladiator

En mi caso tengo muchos altibajos (menos que en el pasado, eso si) no soy como otras personas que mantienen un estado de ánimo siempre igual, a pesar de las dificultades.

Eso si, siempre consigo rehacerme, aunque me cueste al principio mucho. Esta forma de ser no creo que pueda cambiarla nunca, va en mis genes. Tengo momentos de euforia, otros de normalidad y de bajones grandes, pero suelen ir todos muy seguidos o hay días que tengo esas tres sensaciones en un espacio de pocas horas e incluso minutos. Lo único que he podido hacer es pulir este defecto en la medida que he podido.

Anonimo

Estoy cansado de oir hablar y de leer sobre la supuesta teoría de la predisposición genética, que todo el mundo enarbola y que nadie demuestra. Antes se achacaba todo lo del espacio a los agujeros negros, y ahora todo lo del caracter a la genetica. Es otra forma de decir que no se tiene ni idea pero que da verguenza reconocerlo porque se tiene una carrera y tal.

Yo tambien sentía que no tenía control sobre mi estado de ánimo hasta que seguí un consejo de mi psicóloga, el mejor que me han dado en toda mi vida: escribe un diario.
Al principio me costó porque sentía que no tenía nada que escribir, así que eso fue lo que puse. Luego me sirvió como desahogo y, despues de unos meses me di cuenta de que, todos esos problemas que me angustiaban y que despues de resolver eran sustituidos por otros distintos, en realidad eran cíclicos. No los resolvía, solo los parcheaba y despues volvían a aparecer.

Esto me dió visión de conjunto y empecé a tener control sobre mi vida y mis emociones. Me atreví a dejar el trabajo que mi padre me consiguió y conseguí otros por mi cuenta, me atreví a independizarme y hasta a comprarme casa propia, salí con gente del trabajo...
Mejor que dar vueltas a las cosas es dejarlas por escrito, por que cuando las vuelves a leer meses despues, ya no sientes lo mismo y las puedes analizar con frialdad, con otra perspectiva. Ayuda muchisimo.

Going_Under

Estoy como vosotros. También tengo altibajos todo el rato. Un día me acuesto pensando 'todo esto tiene que cambiar, voy a hacer tal y tal' y a la mañana siguiente ya no tengo ganas de intentarlo. Los cambios inesperado, como bien decía bogum1609 me sientan como patadas en el estómago y me hacen volverme a refugiar en mis bajones. Pero es que en el fondo, creo que como no tenemos muchas razones para salir comunes con las demás personas (me refiero a amigos, pareja, trabajo, compañeros de trabajo o estudio, cosas que todo el mundo tiene y nosotros en muchos casos no), nos vamos minando. Deberíamos pensar en lo que tenemos y los demás no tienen. En fin, también itnento disimular cuando lo paso mal; pero mi cara roja me delata y es inevitable.

german23

Amì tambièn me sirve eso de escribir en un diario todo lo que hago, las cosas que me pasan, mis objetivos, los logros, los pequeños avances, en fin todo y le pongo la fecha la verdad que sirve para tener màs en claro como le va a uno porque queda todo registrado y uno despues puede comparar y ver en que mejoraste.

Anonimo

Hola: mi psicóloga también me dio el consejo del diario pero de una manera un poco diferente que a mi me resultó (y me resulta) de gran ayuda. Se trata de que todas las mañanas tenía que escribir tres cosas de mi que me gustaran y que quería potenciar en el futuro, de la misma manera tenía que escribir cosas que no me gustaran pero dando las gracias por ellas porque, todo, lo bueno y lo malo, me había ayudado a seguir viviendo. Es una manera de integrar todo nuestro ser, con sus defectos y sus virtudes, y no ser tan duros con nosotros mismos. Yo lo sigo haciendo, parece una tontería, pero funciona.

Otra cosa son las afirmaciones positivas. El ejemplo más claro de cómo funcionan fue hace unos meses, cuando tenía que hacer el examen oral de las oposiciones. Siempre he tenido pánico a hablar en público, de hecho en la carrera suspendí asignaturas por eso, jamás hablé en público, siempre inventaba excusas y me iba. Pero claro, aquí se trataba de oposiciones y tenía que hacerlo sí o sí: el hecho es que estuve una semana repitiéndome dos afirmaciones positivas constantemente, las escribía alrededor de veinte veces al día, me las decía delante dle espejo, antes de dormir, cuando me levantaba, etc. El caso es que, increíblemente, me puse nerviosísima, pero me atreví, no me dio miedo mis nervios y de hecho, aprobé las opos. Ahora trabajo las afirmaciones con otros temas como la inseguridad, el miedo a hacer el ridículo o la baja autoestima. No digo que sean milagrosas, pero es una manera, al menos, de no dar cabida a pensamientos negativos.

Un saludo