En relación al tema conseguí ésto que me parece interesante:
Ser nosotros mismos
Conectar con nuestras necesidades, atender a lo que queremos y necesitamos, priorizar el cómo estamos en cada momento y situación, nos obliga a saber decir "no". En ocasiones, decir "no" deviene necesario para conocernos, para significarnos y mostrarnos al mundo tal como somos. Desde la sinceridad empática (acercándonos a la situación del interlocutor), entablaremos unas relaciones de autenticidad, en las que impere un diálogo más veraz, fluido y constructivo. Y podremos decir que sabemos con quién hablamos y cómo se encuentra la persona con la que lo hacemos. Hay demasiadas relaciones vacías, formales, vestidas de cordialidad y buenos modales.
Una cosa es la sociabilidad y otra muy distinta, la hipocresía del "quedar bien" a toda costa.
No nos sintamos culpables por decir "no". Dar (adecuadamente) prioridad a nuestras necesidades, opiniones y deseos
no es una manifestación de egoísmo, sino de responsabilidad, autoestima y madurez. Decir "no" cuando lo consideramos justo o necesario es la mejor forma de comprobar en qué medida se nos valora y se nos quiere por cómo somos en realidad.
Permitámonos verificar que nuestras negativas no sólo no rompen vínculos con los demás, sino que plasman un compromiso de sinceridad, respeto (por los demás y por nosotros mismos), responsabilidad y autenticidad. La confianza se fortalece cuando el diálogo y la interacción no se sustentan en falsos asentimientos y condescendencias. Si ejercemos nuestro derecho a decir "no", podremos pensar que los demás hacen lo propio, y asentaremos una comunicación más fiable, veraz y fluida.
Fuente:
http://revista.consumer.es/web/es/20031 ... riormente/