Me encuentro en el autobús, el asiento me queda ridículamente pequeño, las rodillas chocan con el de adelante, así que tengo que estar de lado, o me duele la espalda, o las rodillas, o el cuello, sencillamente no quepo. A cada rato sube gente, oigo conversaciones a mi alrededor, los de el asiento a mi lado suben y bajan, llevo 5 horas de viaje, lado de la ventana, hace calor y hay mucho olor a tigre.
Voy pensando en mis cosas, entre otras me lamento de haberme masturbado ayer porque estoy algo tenso, odio estar quieto sin hacer nada.
Al fin llego, salgo del bus con ganas y también pensando en qué impresión causaré, estoy bastante nervioso. Y ahí en la parada del bus está la chica esperándome.
Desde el primer momento que la veo, desde el primer instante que la miro a los ojos, pienso “es como todos”. No obstante caminamos, yo sin saber que decir, pidiendo ir a un lugar sin gente. Llegamos a un lugar sin gente, pero la tensión no desaparece, sé que no tenemos nada en común, no sé que decir. Así que dejo el piloto automático puesto más o menos.
Vamos a tomar algo, le digo de un bar de esos que son con mesas separadas donde tienes cierta intimidad. Y hablamos, ni siquiera recuerdo de qué, pero me acuerdo que la cerveza no me gusto. Luego vamos a su casa, las dos compañeras de piso están tiradas en el sofá, vegetando, me miran con curiosidad al entrar, hace la comida (mal), como. Al entrar en su habitación se le nota que está juzgando cuanto me pone cachondo. No mucho. Y llega la tarde mientras caminamos por ahí, intenta que no me sienta tenso, por ejemplo echando a correr.
Terminamos sentados en un puente… bueno, la tipa no tiene nada en común conmigo, pero al menos, le va el rollo “soy diferente” así que puedo sentarme donde me de la gana y en ese sentido me siento algo liberado. Está hablando como loca, y recuerdo esa escena de los Simpson de Nelson Y Lisa, cuando Nelson le da un beso pensando “seguro que así se calla”, el caso es que me siento muy tenso y necesito hacer algo, así que la cojo y de la manera más forzada que han visto los cielos, le planto el morreo más frio que pueda haber. Y la tipa se queda rara. Y yo pienso, ay, lo he hecho mal que ridículo, así que lo intento otra vez. Ella sigue hablando y a mi no me sirvió para eliminar tensiones, pienso “a ver, en realidad sabes a qué viniste aquí, viniste por hacer algo, por no pasar tu vida encerado en casa e igual quitarle tanta tontería al tema del sexo, asúmelo, no te gustó nunca y viniste para probar a echar un polvo y lo sabéis los dos de una manera u otra, viniste, hay que joderse, porque el año pasado pensaste que antes de intentar volver a… pues tenías que estar preparado”. Así que decido emborracharme. De todas maneras está cayendo la noche. La ciudad es bonita.
Y voy de bar en bar, emborrachándome, ella habla, son las típicas chorradas vitalistas contradictorias, es una yupi que quiere dedicar su vida al arte y esas cosas, pero sin esforzarse, vamos de las que les va el arte abstracto y esas cosas. A medida que voy bebiendo y entrando a bares para meter la cabeza debajo del grifo (no sé porque me encanta mojar mi cabeza), voy deshinibiéndome más.
Y entramos a un bar ella y yo solos, me gusta, es un garito pequeño. Y dios, que surrealista, el camarero tiene tres carreras, una de ellas la de filosofía, las otras creo que derecho y no sé que más. Y me pongo a hablar con el camarero entre chupitos. Me gusta tener el sitio solo para mi. Me siento algo sucio en esa situación, pero todos asumen que es eso, todos saben lo que es. Al final llega gente, he bebido suficiente como para intercambiar estupideces con ellos, recuerdo que en determinado momento a ella se le cae un pendiente, lo busco y no lo encuentro, así que digo “20 euros al que lo encuentre”, que fácil es ser un mantenido de mierda. Al final, y sin estar cachondo realmente, bebo suficiente como para perder toda inhibición, así que me la pongo encima, le meto la mano por debajo de la camiseta para tocarle la espalda y tal. Es… mecánico, es difícil de explicar pero fácil de comprender, es como casi todos parecen ver el sexo, el deseo se ha materializado y no importa con quien, te convierte en parte en medio “monstruo”, aunque yo no me dejo llevar (y mejor, porque dada mi psicología, si me dejase llevar sería peligroso para mi y para otros). Irónicamente, a eso que más que ganas de sexo es algo de agresividad o algo así, bien poquita, si responde. Cuando me la quito de encima, le apetece ir a vomitar. Y siento que es “apropiado”, que encaja, decido acompañarla al baño.
Luego quiere coger un taxi a pesar de estar cerca de casa, el taxista tiene miedo de que ella vomite. Recuerdo que me mira a la cara, como si viese algo que no puede ser. Le digo que debe de conocer muchas personas curiosas en su trabajo, intento comunicarme con él “de verdad”. Pero en seguida llegamos.
Ella se va a su habitación, me pregunto si me llevará con ella, pues no. Así que me tumbo en el sofá, pero al cabo de media hora o así, con esa zozobra agradable que me deja el cerebro como meciéndose, llega ella y se tumba conmigo. Se pone a hablar o algo, como si tratase de “conectar”, no lo sé muy bien. Al final le pregunto si puedo ir a su cama. No tengo intención de follármela, palabra. Y asiente.
¡Cama asquerosa y ridículamente pequeña! De largo y de ancho. Creo recordar que hablamos del alfabeto griego o algo así, yo trataba de memorizarlo. Bueno, el caso es que hay roces. Y no me pone… a ver, esto creo que se entenderá, hay una diferencia enorme entre tener de verdad ganas de tener sexo con alguien, o como una mosca cojonera en el cerebro que solo quiere desahogo y quitar de en medio, eso lo pueden entender hombres y mujeres a la vez. No me pone, lo sabemos ella y yo, las mujeres además pueden ver muy bien cuanto las desea un hombre en la cama, pero es la primera vez que estoy en esa situación o parecida y me rozo con ella constantemente. Y fui allí a eso. Y estoy borracho y a la zozobra del alcohol se le une la zozobra de “coño, tetas, mola, están blanditas y grandes, tetas, tetas, tetas”, así que me restriego contra ella. La tipa tiene esa psicología en parte… en parte por eso lo decidí hacer con ella, es frígida, a medias. O sea que no responde ante alguien que no se la quiera follar de verdad o algo así, lo deprimente es que ella, a diferencia de mi, busca que yo la haga “sentir viva” y de paso dar envidia a su ex, yo busco, probar algo nuevo y poder luego quedarme tranquilo con todo ese rollo del sexo, pensando “ale, ya está, ahora ya no me podeis decir tantas gilipolleces”. O sea, que deja que la toque (aunque no le meto mano en la entrepierna, una parte de mi, no se la quiere follar… y sonará a mentira, pero es así, estoy seguro de eso al 100 por 100) lo cual no ayuda a que se me quite esa mosca de detrás de la oreja, pero nada más.
Al final me duermo, más o menos.
Estuve 3 días con esa ropa, incluida la ropa interior. Los hombre también lubricamos algo, aunque menos, en cualquier caso, oler huele aunque no hagas nada, y sudar sudé como un gochín de carreras, olía a humanidad aquello al volver a casa… XD.
Paso ya del orden cronológico, contaré ya los eventos más llamativos. Digo que me voy, me pide que me quede. Vamos al cine. Pone la mano en el asiento para que se la coja y lo hago ¿por qué no? En realidad me van esas chorradas. Aunque siento que le estoy tocando la mano a un cadáver. La película me da revolutura de estómago más que la situación, hace que sienta lástima por ella, es “melancolía” de Lars Von Trier. Es de un meteorito o algo así, que se va a estampar contra la Tierra y van a morir todos. Es asquerosa. Al acabar la película, dos partes de mi chocan, la parte de mi “incorrupta” por así decirlo, se siente culpable por estar ahí con ella, si es humana, le debo explicar cosas, los errores que tiene en su cabeza son grandes como para haberla tocado. Eso es algo que me pasa a menudo, me siento en plan pederasta o zoofílico (era de mi edad, estudiante de filosofía), dice cosas como que hay que saber “utilizar” el dolor, me pregunto si está hablando de la belleza, a menudo me pregunto si los demás están hablando de eso, el caso es que está diciendo que hay que “abrazar” al dolor, o algo así… y de verdad que me hiela la sangre.
Nos encontramos a un grupo de turistas y ella sigue con sus chorradas jipis, pero dice algo cierto, me pregunta ¿qué les ves? Ya sé lo que quiere que diga, “que se aburren”, los turistas nos miran a nosotros también, si que parecen también muertos que hacen solo lo que les toca, pero eso no es nada nuevo.
Un día subimos a los tejados de la ciudad… y me preocupa que se me caiga, me siento responsable de ella.
Un día le da por tumbarse en el suelo y me pide que haga lo mismo, en medio de una carretera a las 4 de la mañana. Me siento tan ridículo… ¿es esto lo que tristemente entiende por “hacer lo que quiere”?
El último día siento un dolor en el pecho que nunca había sentido, ni he vuelto a sentir, es como sentir el vacío, comemos en un chino. Y hay una **** niña china que me mira y se rie. Juro que todavía no sé que coño es eso que llama tanto la atención. Intento “ayudar” a esa chica, parece muerta por dentro. Me doy cuenta de que estoy empezando en ese momento y solo en ese momento, a enfrentarme a como es, a lo perdida que está… y a lo solo que estoy yo. En realidad enfrentarme a la sensación de pleno todo el rato no lo hago, siempre estoy borracho de algo, mi parte “heróica”… está metida muy adentro, siempre a la espera de ver sentido a salir. De todas maneras me marcho al día siguiente.
Después empieza a llamarme por la noche para decirme que me quiere o cosas así, durante un tiempo me siento responsable de ella, un día, me dice mientras estoy en clase a punto de dar una charla, que está pensando en “hacer algo muy grande para que todos se enteren, que está cansada, que ha estado pensando mucho en la muerte…” y esa cosa muy grande, es la idea de desnudarse en público. Y yo llegué a salir de clase para poder hablar y preocuparme algo.
Luego de eso le digo que me deje en paz pero sigue acosándome un tiempo. Mi cabeza además se va enfriando… me confunde haberme rozado con ella. También intenta hacerme daño. Dice cosas como “no sé para qué pensar si hay quien piensa mejor que yo”. Al menos, tal vez la “desperté” un poco, a veces me pasa eso.
Después de unos meses, consigo que me deje en paz.
Y fueron felices y comieron perdices.
------------
Para quitar el ruso, o cualquier ruido, necesitas un programa que, lo distinga de los demás, quitar ruidos de fondo y dejar voz, es fácil, porque son distinguibles con facilidad por programas informáticos, distinguir una voz de otra, o un idioma de otro, o que se interprete toda la voz como un mismo patrón de ruidos, es algo posiblemente más difícil (dependerá de los vídeos, que no los vi), para un no iniciado en el tema, como yo, posiblemente sea más trabajoso quitar el ruso de los vídeos, que oírlo con él. Pero si el ruso se distingue con claridad del resto y tiene un tono similar todo el tiempo etc, es encontrar una parte del vídeo en que se oiga solo eso y con cualquier editor normal te lo quitas.
-------------