Resulta que acabo de plantar una planta. Me ha costado mucho encontrar las semillas adecuadas para la planta que yo quiero.
En otras ocasiones he intentado plantar otras plantas pero todas acabaron muertas porque no les di el riego o el abono debido o crecieron tan débiles que fueron arrancadas por el viento. Algunas de ellas, incluso, al ir creciendo vi que no se convertían en la planta que yo quería así que las arranqué o pisoteé. Algunas pocas me gustaban cuando empezaron a germinar pero no puse el empeño que debía en su cuidado así que se marchitaron muy pronto dejandome sumida en una gran pena porque pensaba que nunca podría hacer crecer una planta a mi gusto, que lo de la jardinería no era lo mío.
A lo largo de muchos años he pasado por muchos jardines y campos y he encontrado plantas muy bellas así que cortaba una que me gustase y me la llevaba a casa. La ponía en un jarrón muy bonito pero sabía que más tarde o más temprano se secaría y acabaría en la basura. Entonces volvía a algún jardín y volvía a coger otra bonita planta que reemplazaba a la que se había marchitado. De esta manera suplía el no tener mi propia planta, era más fácil tener plantas sin raíces y cambiarlas por otra cuando se secaban. Pero en el fondo yo no dejaba de estar triste porque sabía que aquellas plantas sin raíz tenían los días contados. No eran mi planta.
Por fin, como he dicho antes, creo que he dado con las semillas correctas y creo que ahora sé la manera de hacer que mi planta crezca. El cuidado de mi planta me va a llevar mucho esfuerzo, lo sé. Pero esta vez estoy decidida a hacer todo lo posible para que crezca sana y fuerte. Hermosa.
Primero tendré que trabajar la tierra que está yerma para convertirla en tierra fértil, luego tendré que trabajar para encontrar el agua con que regarla cada día, darle sus vitaminas, cuidarla de los vientos mientras no tenga la fuerza suficiente etc. etc.
Puede que al principio, dado que no soy buena jardinera, mi planta sea un poco débil pero esta vez no la voy a dejar morir. Sé que mi planta no va a crecer en dos días, me va a llevar tiempo pero voy a tener paciencia y le voy a dar todos los cuidados que estén en mi mano. Lo voy a hacer yo sola y espero que se convierta en una gran planta, con grandes raíces capaz de aguantar los vientos y las tormentas más fuertes y me sentiré muy orgullosa de ella.